Capítulo 4

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—¡¿De verdad te ha pasado eso?! —grita Gloriana, pero prefiere que la llamen Gloria.

—Un poco más alto, por favor. Creo que mi oído aún no ha explotado —me llevo la mano a la oreja, que emite un pitido extraño.

—Lo siento, es que no me esperaba que dos chicos súper guapos, como tú dices, hablaran contigo. ¡Y sobre todo son tus amigos de la infancia!

—Aún me quedan por ver dos amigos, parece que están jugando al escondite.

—O más bien al "adivina tu amigo guaperas" —su cara de perversión no tiene límites.

—Tú tienes a Tom, así que no te pongas a soñar con ellos.

—Soñar es gratis, y no sabes lo que estoy pensando —me lo puedo imaginar.

Gloria es la novia de Tomy, quien, con sus dieciséis años, tiene un cuerpo de modelo muy desarrollado. Su cabello pelirrojo tintado brilla como el fuego mismo y sus ojos pardos descolocan a cualquiera y los conquista con tan solo una mirada, ya sea de reojo. Aún me sigo sin creer que, siendo polos opuestos, se sigan atrayendo. Maldito cliché...

—Como sea... —miro a los lados—. ¿Cuándo va a llegar Tomy? Llega diez minutos tarde.

—Paciencia, amigo. Seguro está al llegar.

Estamos en la calle, cerca de la fuente de Central Park para irnos de paseo, como siempre hacemos. Llegué el primero y, en cuanto llegó Gloria, las preguntas de porqué estaba sonriente estaban atacando mi cuerpo. Es normal en ella, le encanta los cotilleos, pero nunca los cuenta, nunca entenderé eso.

A lo lejos vemos a un Tomy salvaje corriendo hacia nosotros, con ganas de dar un beso a la princesa que está sentada en el borde de la fuente. Sí, aquí a mi lado. Llega, le da un beso de disculpas a su novia y nos ponemos a caminar por ahí.

Es lo que siempre hacemos. A Gloria y a mí nos encantan los paseos por el parque, pero al chaval de aquí no mucho. Pero con tal de estar con su chica hace lo que sea. Veo la baba que le resbala, da asco.

—¿Hablabais de algo mientras llegaba? —pregunta intrigado, mientras se trate de él, no se cansa.

—Sí, de cuando mi amigo te tiró al suelo.

—Ja, muy gracioso —el sarcasmo está activado, vamos a morir todos—. Pues yo me he encontrado un vagabundo que le ha tocado la lotería.

—¿Más sarcasmo?

—No, que va. Un tío saltaba de placer por haberle tocado la lotería.

—Ah... —no es que me interese mucho, la suerte que tiene el mundo puede llegar a límites insospechados.

—Por cierto, Tomy. Tienes que prepararte para una cosa.

—¿Qué cosa? —gotas de sudor aparecen en su frente por los nervios.

—Tienes que conocer a mis padres —traga saliva, los nervios van aumentando y ni siquiera llevamos cinco minutos caminando.

—Pero... Pero... ¿No es mejor esperar un poco?

—Llevamos más de un año saliendo,es hora de que te conozcan. Por eso vamos a ir a mi casa en una hora, y Peter será testigo de lo que vayas ha hacer.

—¿Podré ayudar? —pregunto.

—No —respone tajante.

—¿Hablar?

—No.

—¿Caminar?

—No.

—¿Respirar?

Vuelvo Por Ti (C.M. #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora