Capítulo 6

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—¡¿Es en serio?! ¡¿Casey?!

No me puedo creer que este chico de cabello negro con mechas sea Casey, ¡ha cambiado más que los demás! No me debería de sorprender, porque viendo a los demás están más que cambiados y maduros.

No me puedo creer que este chico de cabello negro con mechas sea Casey, ¡ha cambiado más que los demás! No me debería de sorprender, porque viendo a los demás están más que cambiados y maduros

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—Acertaste —sonríe sin mostrar los dientes, una sonrisa leve—. Ya veo que Mario se ha puesto nervioso.

—Tú también acertaste —apoya sus ojos oscuros en mí.

—Deja que vaya al baño mientras tú y yo hablamos un rato a solas, ¿te parece bien, Mario?

—Esto... Claro —me pide que deje de agarrarle y yo cedo.

Casey me acompaña a la mesa en la que estábamos Mario y yo mientras veo al recién nombrado con rostro triste irse sólo al baño para refrescar esa cara roja que tiene.

Llegamos a la mesa y entonces hago que pida algo, ya que invita la casa. Se pide un café y, cuando su pedido ya está en la mesa, comenzamos a platicar.

—Cuanto tiempo, ¿verdad? —sigue sonriendo, lo cual me sorprende, ya que él no era mucho de sonreír.

—Sí, verdad. ¿Qué ha sido de tu vida?

—Digamos que casi lo mismo que aquí. Nuevos amigos, nuevas aventuras... Nuevos líos.

—Y no aprendías nada de tu padre, ¿cierto?

—Me intentaba ayudar enseñándome los problemas que conllevaría una vida llena de delincuencia, una vida con tan solo maleantes a mi alrededor.

—¿Y lo consiguió?

—¿Tú qué crees? —alza las manos, mostrando esos brazos fuertes.

—Que estás trabajando de narcotraficante.

—¿Acaso eres adivino o un tipo de brujo? —suelta en tono sarcástico —. No, tranquilo. Soy un tío cien por cien legal.

—¿Seguro? —le lanzo la típica mirada de "no me creo lo que dices".

—Vale, puede que fumase un poco hace unos años, pero lo he dejado totalmente.

—Sincero a la segunda, así me gusta, al menos eso no ha cambiado de ti.

—Que bien —rodea los ojos, intentando evitar mi mirada, pero vuelve hacia mí—. He oído que todo lo que hiciste fue un paseo oscuro, ¿ahora estás bien?

—Desde que sé que estáis aquí, sí.

—He hablado también con nuestra querida Layla, ¿de verdad eres dueño de la mitad de todo este bar?

—Es correcto.

—Sí, fue un paseo oscuro —otro sarcasmo—. Te ha ido mejor que a nosotros entonces.

—Que va, seguro vosotros os la pasabais mejor que yo con esas fiestas a las que ibais y con todas las chicas, o chicos, estando detrás vuestra.

—No te creas. Para algunos fue una " fumada" total —hace comillas con los dedos—. Pero sí, nos ha ido bien después de todo. No somos dueños de medio bar que genera grandes ingresos, pero tenemos trabajo al menos.

Vuelvo Por Ti (C.M. #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora