La sesión de fotos es interminable, la espera para poder tomar un refresco con Mario después de tanto tiempo me mata. ¿Cuántas fotos se necesita? Si luego van a borrar cuatrocientos de los que han hecho. Estoy sentado al lado del cámara, observando todo el tiempo a Mario, quien tiene una sonrisa más que radiante que el fotógrafo agradece.
—Chaval, te doy las gracias —me dice mientras sigue echando fotos—. Hace tiempo que no se le ve esa sonrisa tan brillante.
—¿Tanto tiempo?
No suelta ninguna respuesta, está claro que hace tiempo que no sonríe de esa manera por haber dicho que echaba de menos esa sonrisa.
—Siempre se le había dado los trabajos que necesitaban un modelo muy serio, pero ahora que le has hecho sonreír las fotos quedan más jugosas. Podremos terminar la pauta de hoy por ti.
—Tampoco exageres —me rasco la nuca, me he sonrojado a basto.
Suelta una carcajada y sigue con su trabajo.
¿De verdad yo le he hecho sonreír así? La verdad es que él también me ha sacado una sonrisa bastante amplia. Volver a encontrarte con tus amigos de la infancia después de tantos años no pasa cada día.
La sesión termina por fin, pero no se queda aquí, sino que es un descanso. Mario se acerca a mí, aún sonriendo, pero lo detiene su jefe y le pide algo.
—La pauta la hemos terminado por hoy, pero hay que adelantar. Ahora, por haber trabajado tan bien, te mereces un descanso más que largo. Tienes una hora para volver al estudio, ¿vale? —asiente y se va por donde ha venido.
Suspira cansado y me mira fijamente a los ojos, una gran calma inunda mi cuerpo al notar seguridad en si mismo.
—¿Nos vamos? Creo recordar que aún sigue mi cafetería favorita en pie.
—¡Pues claro que sigue en pie! Yo he estado yendo cada día a tomar algo.
—Entonce nos vamos para allá. Ven, tengo mi coche por aquí, si no lo han invadido las chicas.
Caminamos por el parque con todas las miradas pegadas a nuestra nuca, tengo miedo de que se lancen hacia mi amigo y me maten a mí por el camino, porque soy un poco pequeño y me podrían matar unas cuantas pisadas. Sí, al lado de mis amigos parezco un maldito gnomo y ellos parecen unos gigantes.
¡Por fin salimos del parque! No digo que no me guste estar ahí, con la tranquilidad que se respira con los árboles, pero es que el ambiente que ha creado Mario con su presencia ya es insoportable.
Se para, no sé porqué, y me doy la vuelta para mirarle. Saca las llaves y le da a un botón que hace sonar el coche que hay a su lado.
—¿Es en serio? —la verdad es que no me lo puedo creer.
—¿Te acuerdas del coche deportivo que tanto miraba de pequeño?
—Sí —cuando pasábamos al lado de un concesionario miraba siempre el escaparate, viendo a los adultos adinerados comprándose coches que parecían ser de un lujo inalcanzable.
—Pues he encontrado otro que me gusta más que ese. ¡Y lo conseguí! —como le encanta los coches vistosos, y encima rojo.
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Vuelvo Por Ti (C.M. #2)
Teen FictionEl mundo sigue, la rutina abarca nuestra vida y el tiempo lo aclara todo. Ya han pasado años desde la despedida que sufrieron, pero han vuelto, y con ganas de hacer algo que desde pequeños tenían guardado en su corazón. Algo que les hará sentirse nu...