Una respiración golpea mi frente con suavidad. Una luz que se posa en mi ojo derecho me despierta con buen humor. Algo caliente que me rodea me detiene.
Al abrir los ojos lentamente, me doy cuenta de que estoy entre los brazos de mi protector Liam, pero no en la posición en la que nos habíamos dormido.
Mi rostro apoyado en su pecho, sus brazos en mi espalda y su frente tan cerca de la mía que sus labios está a centímetros de mí.
Mi respiración está agitada por tenerle tan cerca, por pensar que probar no me matará, pero no quiero despertarlo de ninguna manera porque se le ve muy cómodo.
Me quito la idea de la cabeza y observo mi alrededor.
La persiana está bajada, pero los pequeños agujeros de este tienen que coincidir con el ángulo justo para estar en mi ojo y despertarme.
De fondo se escucha el piar de los pájaros, el canto de todas las mañanas que no sabemos lo que significa y que me gustaría saberlo.
Lo único que puedo ver más es el techo. Su cuerpo me bloquea el resto de la habitación.
Sus músculos me atrapan, me mantienen caliente y me protegen todo el tiempo sin demora, siempre y cuando esté a mi lado, ya que no va a estar pegado a mí como una lapa.
Su rostro muestra paz que lo induce en un sueño profundo. Me encanta verle en este estado, es hermoso.
Me intento deshacer de su abrazo, pero un tono me sobresalta. Su móvil está sonando no muy alto, pero lo suficiente para despertar al dormilón. Lo apaga echando un brazo atrás y tocando la pantalla. Debe de estar muy acostumbrado.
Abre los ojos con lentitud, al igual que yo, y sonríe al verme.
—Espero no haberte despertado con mi alarma.
—Tranquilo, no es nada —si supiera que me he quedado mirando su carita de ángel durmiente—. El sol me había despertado.
—¿Tan mala suerte tienes de que te haya dado el sol?
—Sí, ya ves —me quito del ángulo perfecto.
—Pues mira que te quería traer el desayuno sin despertarte.
—Eso habría sido un gesto muy bonito, pero no hacía falta —miro de nuevo sus brazos, que me abrazan—. Por cierto, no recuerdo haberme puesto así por la noche.
—Te movías un poco, tal vez inquieto por una pesadilla, pero al final acabaste abrazado a mí, lo que te relajó al instante. Me creó bastante ternura que me buscases.
—¿E-En serio? —me sonrojo, no me esperaba que pasara eso.
Normalmente, cuando tengo una pesadilla, me despierto al instante. Parece ser que hoy no ha sido de esa manera, tal vez porque lo tenía a él.
—En serio. Bueno, ya que son las nueve de la mañana, ¿vamos a desayunar? Nos vendrá bien —rompe el abrazo y quita las mantas de encima para levantarse, lo que deja vía libre de ver su cuerpo musculoso lleno de tatuajes.
—S-Sí, claro —no puedo parar de tartamudear, ¡¿por qué?!
Me levanto y él busca una camisa que ponerse.
—Una cosa, no tienes nada que ponerte, ¿verdad?
—Si hubiera sabido que pasaría aquí la noche, me habría traído algo.
—Entonces toma —me lanza una camisa y la agarro en el aire—. Pruébatela y dime si estás cómodo con ella.
Me la pongo. Una camisa gris normal un poco grande, pero es muy cómoda de llevar, ya que me da libertad de movimiento.
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Vuelvo Por Ti (C.M. #2)
Teen FictionEl mundo sigue, la rutina abarca nuestra vida y el tiempo lo aclara todo. Ya han pasado años desde la despedida que sufrieron, pero han vuelto, y con ganas de hacer algo que desde pequeños tenían guardado en su corazón. Algo que les hará sentirse nu...