Loco

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- ¿feliz? No lo sé, es que eso no depende de mi.

- ¿entonces de quien?

- del mundo, del orden de las cosas.

- ¿ahora eres feliz?

-no, por que todos están tristes, no les gusta que estés acá, no eres parte de la rutina.

- cierto, pero necesito hablar contigo, no quieres hablar con nadie más, debes...

- rutina.

-bueno, háblame de tu rutina.

- Es muy simple, por que todos hacemos lo que tenemos que hacer, soy feliz por que todo esta en orden. No espero que lo entiendas, por que no estas listo para hacerlo: aún así voy a contarte.

Las mañanas son el momento más difícil y hermoso del dia. La luz entra por la ventana que esta en la cabecera de mi cama: es una ventana pequeña, pero orgullosa de estar arriba, aveces logro escucharla susurrando "arriba, como los grandes, en la cima del mundo" ¿sabes? A veces pienso que es muy petulante, pero admiro su alegría ¡que seria de mi sin su luz!. Solo el roce del calor contra mi piel, hace que el sueño desaparezca con las pequeñas partículas de polvo que puedo ver flotanto. Me siento en la cama y agradezco a ventana por la luz, y a luz por llevarse el sueño, ellas son felices ahora y sé que hasta ese momento, todo esta en orden.

Veo el suelo, tranquilo, con un aire de superioridad, me acercó a él hasta que mi nariz lo roza, no puedo pisarlo si no me da permiso, no podría soportar que ese día sea malo, si no me da permiso se molestaría mucho; suele tener muy mal humor por las mañanas y no sería yo quien haga que el día no vaya en orden. Él amablemente acepta que yo pueda caminar. Las sabanas aún están dormidas, no les gusta levantarse con la luz, ellas duermen mejor con la luz, o sin ella, la verdad es que aman dormir, no las juzgo, ellas son felices y yo también .

Voy al baño, saludando al escritorio junto a la puerta del baño, los papeles, los colores, la silla y la mesa de noche; en todo el trayecto, puedo escuchar los bostezos y suspiros adormilados, indicando que todos están despertando. El lavado me saluda amablemente y yo respondo con una enorme sonrisa dispuesto a abrir el grifo; el agua cae lentamente, no quiero tocarla, esta fría, pero no puedo demorar mucho en hacerlo o dejará de venir, ya lo hizo una vez, fueron días tristes. Junto las manos para dejar que el agua se empose en ellas y lavo mi rostro, siento un escalofrío, el agua se ha llevado el sueño, ya comenzó el dia.

Después salgo del baño, no se que puedo hacer, no depende mi. Algunos días los colores son los primeros en pedirme que esté con ellos y hacemos  cosas bellas, si, esas obras que tanto le gustan, pero no, no soy yo, yo solo hago lo que me dicen, ellos son los artistas; aveces también el papel es el que quiere que escriba, cuentos antiguos de cuando existían reyes, es divertido escucharlo. Otras veces solo me siento y observo la ventana, esperando sentir un poco de brisa, hace tiempo no la siento, y extraño sus consejos, ella sabe cuando las cosas van a estar mal.

Cuando llega la hora de comer, abro la puerta y veo que dejaron esta vez La puerta me susurra débilmente "esta vez se quedaron a escuchar", no sé  cuál es su punto, pero lo ignoro. No me gusta desayunar, e igual dejan el desayuno: ahí estaban los dos, el almuerzo y el desayuno, así que me los como hambriento y feliz, claro pidiendo perdón a todos los involucrados: si me traen pan, pido perdón a cada ingrediente que tenga. No me gusta que me den comida sin saber que lleva.

Las tardes suelen ser de canto, por que sin música la vida no está en orden; cuándo recién aprendía el sentido de la vida y la felicidad, era solo un niño, y aún no podían llamarme loco, entonces era "un niño con mucha imaginación"  los humanos son tan ridículos. Mi madre cantaba todas las noches sólo para mi, la última vez que la vi me dijo que  siempre debía recordar sus canciones, para cantarlas cuando el sol se escondiera, así dormiría bien y la día siguiente saldría con mas fuerza, dandonos un hermoso amanecer . Y así lo hago y lo haré hasta mi muerte.

Canto, canto hasta que la garganta me duele y la luz del sol ya no entra por la ventana, a veces también bailo y termino muy cansado, saludo a mi público feliz de que todo siga en orden y voy al baño para lavarme; el grifo me espera a la misma hora de todos los dias, feliz de que todo este en orden. Me lavo, voy a la cama adormilado, debí dejar la comida en la puerta otra vez, sólo me da sueño, pero el hambre es mas grande que yo.

Mis sábanas aún están dormidas, son muy flojas como para cantar conmigo, ni siquiera son capaces de escuchar la historia de la ventana, no, historia no, cada noche le pido que me cuente que pasa afuera, y ella como toda una experta, describe cada pequeño detalle, en ese momento me quedo dormido, feliz de que todo este bien, todo esté en orden.

Si lo sé, estas pensado que estoy loco, pero no, los locos son ustedes, que no se dan cuenta de lo que hay alrededor, el simple hecho de que la vida exista debería ponerlos felices, deberían aprender a escuchar, por que las cosas saben cual es el orden que debe  seguir.

Cuentos cortosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora