Cuentos cortos

romantico

Un sonido diferente, un olor diferente, abro los ojos y todo esta en su lugar, pero no se siente igual. Mi mente aun esta nublada, mi cuerpo adormecido y mi corazón en paz. Tengo esa hermosa sensación, que tenemos, cuando no pensamos, cuando no existen problemas, o mejor dicho, los problemas aún no han despertado.

Pero por supuesto, soy humana, y es parte de mi naturaleza extinguir esa sensación, despertando, reemplazando la felicidad con miedo, inseguridades y dolor. Me levanto, aun adormilada, con lentitud, siento el cuerpo pesado ¿que paso? Mi mente está despierta, y siento como los pensamientos llegan como cuervos hambrientos destruyendo mi paz.

Siento esa presión desesperante en el pecho, de esas que tenemos cuando sabemos que algo anda mal, es inevitable; nada está mal, fue una noche hermosa.

Me suelto el cabello, puedo sentir el olor a alcohol y cigarrillos, ese olor a lluvia y amor ¿pero dónde está? - "Él ya se fue".

Solo quiero tomar una ducha, es reconfortante pensar que el agua puede llevarse los recuerdos. Siento las gotas rozando mi cuerpo con una delicadeza deliciosa y la sensación de agua en lo pies, como ayer. Ayer, con los pies sumergidos en el lago, jugando con el agua; La lluvia, empapando todo mi cuerpo;  y los escalofríos causados por su mirada, de esos escalofríos buenos, los de dicha. Nuestras miradas danzando, una danza peligrosa de seducción, jugando con la fogata de nuestros corazones.

No se si fue el alcohol, la lluvia en una noche tan hermosa o el lago brillando por el reflejo de la luna, pero ¡Dios! que ojos, me miraba con fuego y deseo ¿cómo no besarlo?

Salgo de la ducha, cubro mi cuerpo mojado con la toalla colgada en la puerta del baño. Mi boca está seca, tengo sed, así que voy a la cocina por un poco de agua, todo huele a él. La presión en mi pecho, se convierte en ira, de esa que no puedes apagar con una sonrisa, ni siquiera con un cigarro. Termino de tomar el agua, y voy a la cama, tengo el cuerpo adormecido y el alma calmada, tengo mucho sueño, así que me acuesto, y solo miro al techo, pensando...

" cuando fue que perdí la fe en el romance "