ansiedad

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Hoy, un día como cualquier otro, desperté con ganas de no levantarme. Pero esta vez, las ganas de no levantarme, eran diferentes; Sólo quería dormir, soñar y soñar, que estaba en casa, con mi gente. Cada vez que abría los ojos me daba cuenta de donde estaba, y esto solo hacia que sienta un nudo en mi garganta. 

Trataba de moverme, levantarme y hacer las cosas que tenia que hacer, pero era simplemente imposible, mis sueños eran mucho más reconfortantes que la realidad. Aún asi, tuve que levantarme, por que de los sueños no se puede vivir, aunque lo desee con todas mis fuerzas.

El día continuó, por que nadie está en condiciones de parar. Lo curioso de todo fue que, a pesar de que hice las mismas cosas que disfrutaba antes, ahora no lo hacía. Todo el día, acompañándome como una molesta sanguijuela, estuvo el nudo en mi garganta.  Después de el trabajo, y de la facultad, como un fantasma, me dispuse a caminar hasta casa, no tenia ganas de subir al bus, con esas miradas acusadoras, pensando quien sabe que cosas de mi; un pensamiento realmente egoista, lo sé, aun así, no puedo dejar de sentir sus miradas, juzgando.

Y ahí estaba yo, caminando, pensando  en que carajos pasaba conmigo, por que tanta tristeza sin sentido. ¿entonces que? Aunque la idea de analizarme no me agradaba mucho, necesitaba saber cual fue el tornillo que saltó para repararlo ¿soledad?  Tiene sentido, considerando la situación que estoy viviendo. ¿por que ahora ? Han pasado meses desde que me fui, no había sentido nada hasta ese dia, ¿que fue lo que cambió?

"Mierda, que difícil es analizar a un ser tan complejo"

Después de caminar mucho, sin prestar atención alrededor, llegue a casa. Un pequeño cuarto, con una cama, un estante de ropa, unas cuantas mesas, una cocina al lado del lavado y la heladera malograda en la esquina, el camino fue largo.

Deje la mochila en una de las mesas, el nudo en mi garganta se hizo más fuerte, y mi corazón empezó a latir con más fuerza, sentía que iba a explotar. Mis pulmones no hacían su trabajo, sentía que estaban oprimidos por dos grandes manos, no podía respirar y estaba mareada - "al carajo" - pensé, camine con dificultad hacia la cama e intente sentarme con cuidado, pero mis esfuerzos eran en vano. Caí al suelo sobre mis rodillas, el aire pasaba, pero no lo hacia, trate de levantarme, empeorando las cosas. Mi mundo empezó a dar vueltas, el mareo venia acompañado de un horrible sentimiento de miedo, estaba desamparada, tan vulnerable.

Me senté en el piso, esperando sentirme mejor, levante las rodillas, y las abracé con todas mis fuerzas. El nudo en mi garganta se hacía cada vez más doloroso,  hasta que sentí como se convertía en fuego, mi pecho quemaba.

Solté un pequeño quejido, seguido de una pequeña e insignificante lagrima, que recorría mi rostro, mojando todo a su paso, orgullosa de llevarse mi ultimo aliento, la ultima gota de fuerza.

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