Capítulo 4
Lo único que hemos hecho en esta clase ha sido presentarnos, y ahora el profesor nos ha puesto a tocar alguna canción para medir que tan avanzados vamos. Ya que aparecemos en la lista en orden alfabético yo soy la última, desventajas de apellidarse Walker.
Las canciones varían entre distintos clásicos, los cuales debo admitir que nunca me han gustado. No reprimo mi sonrisa cuando Taylor toca A Thousand Years de Christina Perri, pues estoy consciente de que es su canción favorita, y a decir verdad es la que mejor le sale. Finalmente han tocado todos menos yo, por lo que es mi turno, sin embargo Elijah mira la lista de todas formas.
—Walker, Michelle— dice antes de levantar la vista—. Tu turno.
Amarro mi cabello en una cola para que no me moleste a la hora de tocar. Me siento bien, tomo adecuadamente mi cello y comienzo a tocar la canción que tenía planeada desde que comenzó la clase.
—Aquí vamos otra vez— dice uno de mis compañeros.
Es verdad, no es la primera vez que toco He´s a Pirat del soundtrack de Piratas de Caribe en la clase, pero no es mi culpa que sea una de mis canciones preferidas en el cello. Como de costumbre cierro los ojos para escuchar detalladamente lo que toco, y no puedo evitar sonreír, esta canción realmente me emociona.
Al terminar la canción tomo un poco de aire y abro los ojos. Elijah me estaba mirando con sus penetrantes ojos. Me dedica una sonrisa y anota algo en ese libreta en la que ha estado escribiendo desde que llego.
—Muy bien— suspira—. Eso será todo por hoy, los veo el miércoles a la misma hora.
Cada quien guarda su cello en su respectivo estuche. Los chicos salen y Taylor sale tras ellos, no sin antes besar mi mejilla, pues no nos veremos sino hasta el miércoles. Levanto mi cello— el cual esta ya en su estuche— y lo pongo sobre una silla para subirlo a mis hombros, pero siento una respiración en mi nuca por lo que me volteo bruscamente. Elijah ríe divertido ante mi reacción.
—¿Y a ti que te pasa?— le pregunto exaltada, molesta y confundida.
—No quise asustarte— sonríe de manera amistosa.
—No sabía que tocabas el cello— cambio el tema.
—Pues ahora lo sabes.
—¿Y qué haces aquí en Maine? Pensé que vivías en Vermont.
—Ya no vivo ahí— se encoge de hombros—, ahora vivo aquí en Maine y soy profesor de música.
—¿Y Mandy?— pregunto al notar que no ha mencionado a mi hermana.
—Es por ella por quien me he mudado aquí. Dijo que no le gustaba estar tan alejada de su familia. Sin embargo su trabajo amerita que viaje mucho así que ahora se encuentra en New York.
—¿Y te ha dejado a ti solito?— pregunto divertida al ponerme las correas del estuche de mi cello.
—Creo que he encontrado compañía— acaricia mi mejilla.
Abro mis ojos sorprendida y me sonrojo. Me pierdo en los hermosos ojos de Elijah y luego miro fijamente sus labios, Dios como quiero besarlos. Me muerdo el labio para contenerme, no debo hacerlo. Cierro los ojos y de un manotazo aparto la mano de Elijah de mi rostro. Este me mira algo extrañado, quizá no este acostumbrado al rechazo. Le doy la espalda y me dirijo a la puerta, pero Elijah me toma por la muñeca, por lo que volteo a verlo.
—¿Ahora qué?— pregunto.
—No olvides que mañana tienes tus clases privadas— me guiña el ojo.
Gruñó ante su comportamiento. Si sabe que estoy molesta porque coquetee, ¿porqué sigue haciéndolo? Salgo por la puerta y camino por el pasillo— aunque voy tan rápido que parece que troto— y me encamino al elevador.
Cuando las puertas de este se cierran respiro tranquila. Detesto la idea de tener mañana clases privadas con Elijah. Billy admiraba mi supuesto talento por lo que me recomendó tener clases privadas con él, pero Billy era un viejo simpático del que no debía de preocuparme. Mientras que Elijah parece estar seduciéndome a pesar de saber que soy hermana de su novia.
Sacudo la cabeza ante la idea, a lo mejor soy yo quien me lo he imaginado. Tal vez él solo esta intentando ser bueno con su cuñada, mientras que yo y mis hormonas malinterpretamos todo lo que hace. Eso debe ser, es imposible que realmente coquetee conmigo.
Las puertas del elevador se abren y me encuentro con mi amigo Dani, quien sonríe al verme.
—Me preocupe cuando no bajaste con los demás— dice abriéndome el paso para poder salir del elevador—, iba a ir a buscarte.
—Me he quedado hablando con mi profesor— explico—, sobre mis clases privadas de mañana.
—Cierto, la consentida de Billy tiene clases privadas.
—No molestes— golpeo su brazo y ambos reímos.
—Tienes práctica de natación, ¿cierto?— pregunta mientras salimos de la academia.
—Si, ¿crees poder llevarme?— le dedico mi mejor sonrisa.
Suspira derrotado.
—Sabes que no puedo negarte nada cuando sonríes así— sacude mi cabello—. Pero insisto, deberías pedir un auto.
—¿Vas a decir que no te gusta llevarme?— finjo indignación.
—Me encanta llevarte, lo sabes— abre la puerta de atrás de su auto y deja mi cello ahí—. Pero también tengo una vida, Michi.
—Prometo hablar con mi padre del asunto— me subo en el asiento del copiloto.
Dani enciende el motor del auto y comienza a conducir. Yo enciendo la radio y al escuchar una de nuestras canciones favoritas comenzamos a cantar.
—THERE WAS A TIME— canta mi amigo—, I MEET A GIRL OF A DIFFERENT KIND.
—WE RULED THE WORLD— canto yo—. THOUGHT I´LL NEVER LOSE HER OUT OF SIGHT.
—WE WERE SO YOUNG, I THINK OF HER NOW AND THEN.
—STILL HEAR THE SONG, REMINDING ME ON A FRIEND.
—UPON THE HILL ACROSS THE BLUE LAKE— cantamos juntos—, THAT´S WHERE I HAD MY FIRST HEART BREAK. I STILL REMEMBER HOW IT ALL CHANGES.
—MY FATHER SAID— canta mi amigo de manera desafinada, cosa que nos hace reír a ambos.
Este era mi lugar feliz, el auto de Dani cuando solo estábamos nosotros dos. Aquí no importaba nada, ni nuestros estudios, ni nuestros problemas, ni nuestras clases y ni nuestro destino. Realmente no había lugar en todo el universo donde me sintiera mejor que en este auto, con mi mejor amigo.
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My Sister's Boyfriend [PAUSADA]
Novela Juvenil¿Qué harías tu en el lugar de Michi? Oh claro, permiteme hablarte de ella primero. Michi es una hermosa y talentosa joven, toca en cello como nunca nadie en la historia. Luego de que su profesor de toda la vida fallezca en la academia buscan un re...