Prólogo.

208 32 12
                                    

    Recuerdo la primera vez que te vi, tan inocente como era creí que se trataba de un ángel. Cabello de oro y ojos de plata. Eras el niño más guapo que había visto, jugabas fútbol con todos los demás chicos de tu edad y yo solo pasaba por las canchas por casualidad.

    El tiempo se detuvo mientras te veía jugar, tu piel se veía muy suave y blanca, tus mejillas carmesí me  impelieron a abrazarte tan fuerte como pudiera. Me estabas turbando de tal manera... Y no te dabas cuenta. 

    Y entonces paso, como si sintieras mi presencia volteaste en mi dirección, tus ojos plata colisionaron contra los míos garzos. Y sonreí. Y me miraste con terror. Y me gritaste. Y todo se volvió oscuro.

    Horas después desperté en el hospital, estar en medio de la carretera no fue la mejor idea. Pero cuando voltee y te vi sentado en el incomodo sofá, esperando a que despertara no pude más que solo pensar que había sido la mejor idea del mundo. Tus padres también estaban contigo y cuando se dieron cuenta de que me encontraba consciente se apresuraron a llamar a un doctor. Tu solo me observabas sonriendo. 

    El doctor reviso que todo estuviera en orden conmigo y luego pregunto el número de mis padres. Todos se encontraban preocupados e incluso cuando mis padres llegaron la idea que tenían de que me encontraba muy mal se debía más a que sonreía desquiciante y no al hecho de que mi pierna izquierda se encontraba enyesada y mi cuello con un collarín.

    Ese, sin duda en mis entonces ocho años de vida, había sido el mejor día de todos.

    No se como paso, pero para cuando cumplí los nueve años ya eramos inseparables.

    Los años pasaron volando y  el tumulto de emociones y pensamientos que sentía hacia ti era colosal. Me encontraba tan confundida, tan perdida... Eras mi mejor amigo, me veías como una hermana, me tratabas como a una hermana. ¡Dios era tan desconcertante! Por más pistas que te lanzara tu no parecías atajarlas.

    Sentía frustración e impotencia, no llamaba tu atención por más que lo intentara. 

    Ya tenia quince años cuando empezaron los problemas, no era una niña, no eras un niño. Todos a nuestro alrededor podían notarlo, todos excepto tú.

    Seguías creyendo que era una niña y yo quería demostrarte cuan equivocado estabas, pero, como siempre pifiaba. No quiero mentirte, había unos cuantos chicos haciendo fila por mi... Lastima que en mi vida solo existías tú, solo existes tú. ¿Por que mendigar por tu atención? ¿por que lastimarme con sentimientos no correspondidos? porque para mi tu valías todo y más.

    Ya había pasado un año y nada aparte de tu actitud sobre protectora cambiaba, ya en ese entonces dudaba de tu sexualidad, prefería eso a pensar que yo no era suficiente para ti. 

    Hasta que, en tu inconsciencia me heriste, más que nadie en este mundo me lastimaste. La conociste y la amaste, la adoraste, la veneraste. Mi corazón sufría, me moría lentamente y aun así debía sonreír porque eras feliz. 

   Creía que ya no podía más... Y me demostraste cuan errada estaba. Después de ella vino otra, y otra, y otra. Una por cada fractura que recibía mi corazón.   

    Me encontraba muy despechada y decidí darme una oportunidad con Mike Jakson el día que me lo presentaste en aquella concurrida fiesta tuya. Todo parecía ir en orden y por un momento el dolor se hizo soportable.  No lo amaba, lo quería más no lo amaba. Mi amor solo era para ti, siempre para ti.  los meses pasaban y él quería más, yo no podía darle lo que necesitaba y todo acabo más rápido de lo que empezó.

    Y de nuevo volví a caer en la depresión. Se que creías que se debía a él, ¿como podrías sospechar que todo en lo que a mi concierne te pertenece? Así que cuando me preguntaste que me pasa no pude aguantar más, me desarme, me rompí y me destroce. Llore como la niñas pequeña que creías que era y me odie un poco por eso. Le rompiste la nariz a Mike y me abrazaste tan fuerte por horas que paraste mis lagrimas, mis esperanzas estaban cayendo como mi dignidad que solo se conformaba con tus migajas. Te amaba tanto que dolía.

    Hasta que paraste, te cansaste de buscar el amor en otros brazos y mi corazón sano todos sus agravios. 

    Poco a poco, mi amor por ti crecía, mis esperanzas por un nosotros se fortalecían, mis deseos se intensificaban, mis sueños se multiplicaban... Ansiaba todo y nada a la vez.  

    Ya no sabia que esperar.

    Y aquí estamos, de nuevo donde comenzamos. Contigo ignorando mis señales y conmigo rogando sobras.

    No esta mal soñar, o tal vez si, cuando vuelas muy alto la caída es dolorosa.

    Yo solía pensar que el mundo estaba diseñado para que los pares pudieran encontrarse en las infinitas piezas del rompecabezas tan complejo llamado amor, pero cuando tu corazón se rompe en tantos pedazos que pierdes la cuenta es difícil creer en historias de amor y finales felices... porque solo son ilusiones.

    A veces el problema es que tu corazón no quiere admitir lo que tu mente ya sabe.

    Nunca soñé con ser la princesa que necesita al caballero, nunca aspire la perfección. Jamás paso ni remotamente por mi cabeza que la fragilidad me hacia ver atractiva. Lo que más admiro de un persona es su fortaleza para seguir adelante, su capacidad para curar sus heridas, para reconstruirse trozo por trozo.

    Me parece algo envidiable.

    Porque por más ahínco que demuestre en cimentar mi persona, no lo logro. Es algo que se hace más voluble con el pasar de los días.

    ¿Está mal querer recuperar cada fragmento de mi espíritu que permanece contigo? ¿o es peor el hecho de que eso me reconforta? No pasa ni un día en que logre relegar tu forma de reír y sonreír, ni una hora en que omita tu manera de mirar, ni un minuto en que pueda suprimir tu forma de sentir, no hay segundo en que consiga arrinconar ni el más mínimo ápice de tu recuerdo al lugar más olvidado de mi ser.

    Te convertiste en mi todo y me dejaste en la nada. No me duele el hecho de haberme enamorado, lo hace la realidad de que lo hice sola.

    Y tal vez nunca puedas amarme.

MAYBE NEVER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora