Tres chicos y solo una decisión.
¿Como poder elegir?
Si Deidara ha sido todo lo que siempre he amado y esperado. Pero Sasori es lo que necesito, lo que le hace bien a mi vida. Mientras que Sasuke es lo que mi corazón grita y exige.
¿Como podré deja...
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Entre al cuarto que parecía ser de Itachi. Me senté en el borde de la cama e intenté llorar para sacar todo lo que sentía en estos momentos pero nada, ahora ya nada salía de mi. ¿Era verdad? ¿El también gustaba de mi o el alcohol le hizo decir aquello?. Algunas veces a lo largo de nuestra amistad, él había coqueteado conmigo discretamente y era algo celoso, pero creí que eran cosas de mi imaginación, cuando uno está enamorado ve lo que quiere ver pero, aún así haya dicho que lo sentía, para mí era imposible creer que Deidara me veía como yo a él. Aunque ya no importaba, ya era demasiado tarde. No iba a dejar a Sasori por el, no lo lastimaría así. Deidara no merecía que corriera a él solo porque está inconforme.
La perilla de una puerta se giró y de ella salió Sasuke, al parecer me había equivocado. Me levante rápido de la cama, hice contacto visual con él y noté que sus ojos estaban hinchados y rojos.
—¿Lenna?—Habla extrañado mientras sale de lo que parecía ser el baño.
—Lo siento, creí que era la habitación de Itachi—Dije apenada mirando hacia el piso.
—No te preocupes, pero si no te molesta quisiera estar solo—Camina hasta la ventana y me da la espalda. Me quedo mirándolo y dudo en si debería preguntarle si estaba bien, no quería ser imprudente.
—¿Estas bien? Puedes hablar conmigo si quieres—Me atreví a decir y él se giró para verme con una diminuta sonrisa en su boca.
—Siempre tan linda, Kiyan—Me contesta cambiándome de nombre, yo fruncí mi rostro.
—Creo que te equivocaste de nombre—Le digo algo incomoda y él suelta una risa nasal.
—Ni siquiera puedes recordar tu nombre—Dice en un hilo de voz y sus ojos se cristalizan.
Me acerqué a él y puse una de mis manos en su hombro.
—¿Sasuke que sucede? ¿Bebiste?—El suspira y desvía su mirada de mi.
—¿Sabes lo difícil que es verte todos los días por la escuela y tener que pretender que no te conozco? Ya no puedo soportarlo—Soltó un sollozo que me erizo la piel.
No entendía que sucedía.
—¿¡Puedes decirme de que estás hablando!?—Pregunte alterada y tomándolo de los brazos. Su aliento no olía a alcohol por lo que era imposible que estuviera ebrio.
—Si tan solo pudiera regresarte todos los recuerdos—Me acarició el rostro, acción que me hizo sentir escalofríos. Verlo en esa situación, por alguna razón, me hizo sentir terrible—Te he extrañado tanto.
—Por favor, explícame qué sucede.
—No puedo, yo no puedo hacerlo—Apretó sus ojos dejando caer más lagrimas y luego los abrió—Pregúntale a Minato quien es Kiyan, es todo lo que puedo decirte por ahora.
—E-Está bien. Pero ya no llores más—Supliqué y Sasuke me abrazo, por instinto yo también lo abracé.
Jamás en mi vida me habían abrazado de esta manera. Me estrujaba muy fuerte pero no me lastimaba y como por arte de magia, todo lo que sentía hace unos minutos se había esfumado, estar en los brazos de Sasuke me transmitía una paz que me parecía familiar. ¿Quizás me recordaba a papá? No lo sé, pero se sentía tan bien...
