Capítulo 1

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Sam dejó los papeles del juicio de los Contreras sobre su mesa y los miró detenidamente. Al fin ese asunto se había cerrado, aunque nunca supieron quiénes fueron los otros cómplices, solo acusaron a tres de los trabajadores de Miguel que también estaban involucrados en el robo. Ahora, debía juntar a los dueños de los caballos para avisarles sobre el juicio y darles los cheques de compensaciones que hicieron firmar a Miguel.

Sonrió.

Esa cantidad de dinero ayudaría mucho a Jon y Liam, ahora que tenían al pequeño Andy con ellos, iban a necesitar todo el dinero posible para su rehabilitación. Tomó los cuatro sobres y los guardó en una carpeta en su escritorio.

-Irene, ¿puedes llamar a Jon Carter, Henry Togo y Alex Hernández?, es por el asunto de los Contreras.

-Está bien, comisario. ¿Estará bien para las 3 de la tarde?

-Sí, es perfecto, así puedo ir a almorzar. -Volvió a su oficina, ordenó un par de papeles y luego salió hacia el restaurante donde se encontraría con Logan.

Sonrió al pensar en él.

Llevaban cuatro meses saliendo y eso era mucho para su historial de novios, aunque ellos aún no formalizaban, pasaban todo su tiempo libre juntos e incluso Logan pasaba más tiempo en su casa que en su habitación de hotel. Las cosas entre ellos iban mucho mejor de lo que pensó al principio y le gustaba, le gustaba estar bien, pensar en Logan y en sus momentos juntos, sentía que al fin podía vivir su vida sin pensar en el pasado.

Mientras iba caminando divisó a Liam llevando la silla de ruedas del pequeño Andy, cuando lo vio, ambos sonrieron y Liam elevo su mano saludándolo. Trotó hacia ellos.

―¡Hey! ¿Qué hacen?

―Vengo de la ciudad, Andy tuvo su terapia hoy y pasamos a comprar un par de cosas que necesitamos en casa. No sabes, dio sus primeros pasos con las prótesis, el médico dijo que era impresionante el avance que tenía siendo tan chiquito, pero ya sabes, es hijo de Jon y es inteligente, y fue criado por Ismael y ahora por mí…

―Estoy feliz por ustedes, sobre todo por Andy. ―Sam se agachó frente al niño y revolvió su cabello.

―Tío Sammy, mío ―dijo Andy estirándose para tomar la placa de Sam.

―Lo siento, amiguito, esta es mía, pero te llevaré una la próxima vez.

―Mía ―gimió el niño, como si estuviera a punto de llorar.

―Oh no, nada de eso Andy, ¿qué hablamos sobre los berrinches? No me gusta que actúes así…

―Mía, papi mío.

―Sí, todo es tuyo en casa, pero eso es de tío Sammy, ¿entendido?

―Sip, entido. ―Sam sonrió al ver la interacción entre su amigo y el niño, era tierno y estaba feliz de ver a Liam feliz, el chico había pasado por demasiado, se merecía esa felicidad.

―Bien, tengo que ir a comer, no te desaparezcas, ven a visitarme a la comisaria.

―Está bien, pero mejor ve tu a casa, ¿qué te parece el sábado en la noche? Lleva a Logan, vayan a cenar y pasaremos un rato juntos.

―Genial, le diré a Logan, estaremos allí puntuales.

―Oh, súper fantástico, entonces nos vemos Sam. Andy, despídete de tío Sammy.

―Adiós, tío Sammy. -Sam sonrió y se alejó hacia el restaurante. Cuando entró, no le sorprendió ver a Logan hablando por celular, quien le hizo una seña con la mano para señalar donde estaba. Se sentó frente a él esperando a que la camarera se acercara y que Logan terminara.

Conquistando al ComisarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora