VIII- Noche de Fiesta

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Terminando una ardua semana de ensayos y exámenes, mi cuerpo al salir el viernes en la tarde del club de Coro, exigía una noche de películas para obligarme a olvidar que mañana no solamente vería a John, sino que también lo vería con Faith. De sólo pensarlo mi corazón dio un pequeño vuelco.

-.Hey, ¡pero si son mis chicas!

El brazo de Rick rodeó mi espalda, y con el brazo restante también atrajo a Nancy. Éramos el trío inseparable. A lo lejos, cerca de mi casillero pude vislumbrar a una morena frunciendo el ceño, sin duda debía ser alguna otra chica interesada en Rick. Reconocía ese gesto entre las demás, nos veían de manera terrible a Nancy y a mí solo por compartir parte del tiempo con él. No es mi culpa, fuimos amigos desde jardín de infantes.

-.Rick, ¿Por qué sigues en el instituto?- dirigí mi mirada al reloj de plata que siempre utilizaba-. Son las 5 de la tarde.

-¿No lo sabes?- preguntó- Hoy es la fiesta de los clubs. Un par de chicas del club de teatro me invitaron.

Al responderme alzó su mano en forma de saludo hacia la chica que antes nos miraba con el ceño fruncido, con una sonrisa coqueta le devolvió el saludo mientras le guiñaba el ojo. Oh pobre chica, se encontraba bajo el encanto de Rick.

-.Iremos a disfrutar un poco, de todas formas este fin de semana empieza el seminario Interestatal de Coros.- dijo Nancy.- Será divertido.

-.Ah, claro.-respondí dudando como escaparme de esta.

No me gustaban las fiestas, había mucha gente, haciendo estupideces por culpa del alcohol o de las drogas, sin dudar los terribles olores o las grotescas escenas de chicos vomitando o teniendo sexo públicamente. Definitivamente pasaba.

-.Christina Soul.- llamó Rick-. Debes ir. Eso te ayudará a olvidar que mañana verás a John. Reconozco tu cara, estás pensando en eso.

-.Claro, y tener el doble de ojeras por estar de fiesta va a ayudarme seguramente.

-.No hay nada que el maquillaje no pueda ocultar.-respondió Nancy rápidamente.

Y a pesar de que intenté miles de veces de evitar la conversación no pude escapar. Porque me escoltaron a mi casa, Nancy habló con mis padres y los convenció de que no pasaría nada y me quedaría en su casa por esta noche. Y ellos aceptaron.

Así fue como terminé en la habitación de Nancy, envuelta en una toalla después de ser obligada a bañarme para ir.

-.Son unos traidores.- resalté indignada mientras Nancy pasaba de un lado a otro con vestidos que ella confeccionó en algún momento- ¿Qué clase de padre deja ir a su hija a una fiesta sin poner alguna condición?

-.Los que están cansados de verla encerrada en su cuarto.-respondió-. Ahora solo termina de escoger un vestido por favor.

Bufé mientras Nancy se dirigía a bañarse. Lo más curioso es que ambas teníamos la misma talla de ropa, y frente a mí tenía unos hermosos 5 vestidos. Todos provocadores, más de lo que yo quisiera.

El naranja lo descarté al momento, al igual que el amarillo, pero entre las tres opciones que quedaban no me pude resistir al hermoso vestido negro. Era de cuello alto ceñido hasta la cintura, donde una hermosa falda de encaje suelta se hacía notar. El problema más grande era lo corto del vestido. Lo alcé de la cama y después de ponerme desodorante y un brassier negro que Nancy llamó favorecedor, me dispuse a probarme el vestido.

El corte superior del vestido llegaba hasta mis hombros tapando las tiras del brassier, con una sonrisa aprobé el vestido.

-.Chris, ese vestido se ve hermoso en ti.-Dijo Nancy al salir del baño, yo me limité a sonreír.-Alguien ha mejorado su cardio, mira que bonitas piernas.

Christina entre Blogs y TeclasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora