Noveno mes

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Hola De Nuevo! n.n/

Antes que nada, una disculpa por no subir el capítulo el día en que debía u.u

Y también quería darles las gracias por todo el apoyo a esta historia <3

Esta es la ultima carta :'3
Espero que les guste <3

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Hola:

Es 11 de mayo, exactamente, las 1:59 de la tarde y me siento cansado…

Lo bueno, es que ahora escribo desde otra perspectiva. Las cartas anteriores las escribía a el hijo que llevaba en mi vientre, a quien crecía y luchaba por mantenerse ahí, con vida; a quien por momentos me angustió,  a quien…en estos momentos…se encuentra durmiendo al lado mío.

 
Bien, te contare como fue todo esto. Hace unas semanas atrás, después de escribir la octava carta, comencé a sentir muchos dolores, algo que hasta el día de hoy no logro describir. Pasaron las semanas y cada vez me sentía peor. Steve estaba con los nervios de punta al verme quejar cada momento, pero aun así siempre le dije que todo estaba bien.

Pasaron las semanas, exactamente tres semanas, y llegue a un punto en el que ya no aguante mas, los dolores se volvieron insoportables y no hubo otra cosa más que correr al hospital.

 
Me encontraba en el laboratorio con Bruce, cuando ya no aguante más. El solo me miraba con cara de preocupación sin decir mucho más que un “¿estás bien?”,  por mi parte, no podía contestar, me encontraba mal, sentía que en cualquier momento iba a caer desmayado.

 
Bruce por su parte, tomó el teléfono y comenzó a llamar al primer contacto en su lista, Clint. No sabía si él se encontraba mas o peor que yo, ya que sus manos temblaban, casi como si estuviera en una helada noche de nevazón. Llamó y Clint se demoró menos de cinco minutos en estar en el laboratorio; entre mis dolencias, recuerdo que alcancé mi celular para que pudiera llamar a Steve, lo hizo una y otra vez, ya era tarde y él estaba comprando unas cosas en una ciudad cercana a donde vivimos. Mientras, Bruce me tomó en sus brazos y me bajo a el auto como pudo, Clint bajo atrás de él, con el teléfono en manos intentando comunicarse con tú padre.

Después del transcurso de una media hora llegamos al hospital. Ya eran más o menos las 10 de la noche del día 10 de mayo, Bruce me bajo del auto, fue de cierta manera como escena sacada de una película: yo me quejaba mientras Bruce gritaba por todo el hospital “¡necesito ayuda!, ¡va a dar a luz!”, por obvias razones, nos miraron raros, las personas creían que era una alguna novela que estaba siendo grabada o algo así, era un poco inexplicable que un hombre estuviera en esas condiciones, ya después de unos minutos, apareció quien era mi médico en esos momentos, me acomodaron en una camilla, mientras Clint seguía intentando incansablemente llamar a Steve.

 
Eran las 12 de la noche, día 11 de mayo y Steve aun no aparecía. Ya no sabía si se habían logrado comunicar con él, o cual era su paradero, ni siquiera sabía si había alguien más aparte de ellos dos. Así paso un buen rato, entre dolores angustiantes, el estar solo y sentir miedo por tu bienestar, me sentía pésimo, y lloraba debido a todo esto.

 
Ya eran la 2 de la madrugada y dejaron entrar a Bruce. Se notaba nervioso, como si él fuera a dar a luz en vez de mi, me tomó de las manos y yo las apretaba con fuerza, creo que ni con toda esa fuerza que ponía para apretar las manos, cesaban el dolor que sentía. Me tenían conectado a maquinas, una era para el suero, y otra como una cinta envuelta en mi vientre, sintiendo tus latidos. Recuerdo que la enfermera entro y nos dijo que ya no se podía esperar más a que Steve llegara, había que comenzar con la cirugía.

 
En cosa de minutos, estaba instalado en una camilla para ir directo al quirófano. En ese momento, el doctor explicaba que era lo que harían ahí. Primero te sacarían de mi vientre, luego, extirparían aquel útero, para ya comenzar una vida como un hombre. Me sentí extraño ya que estaba comenzando con una vida de chica, iba a tener un bebé, o sea mi cuerpo se estaba formando como el de una mamá.

 
A las 4 de la madrugada entré al quirófano, Steve aun no llegaba. Me sentaron en la camilla para poder inyectarme la anestesia, ya después de un rato no sentía dolor, solo sentía como si miles de hormigas caminaran por mi cuerpo, era una sensación graciosa.

 
El doctor espero unos minutos para que la anestesia hiciera efecto en mi cuerpo, cuando alguien vestido de bata verde y mascarillas entraba apresuradamente a la sala. Ese era mi steve. Se sentó a mi lado y tomó de la mano, susurro despacio un perdón, para luego decir “no te preocupes, todo estará bien”.

 
A las 4:45 a.m. comenzó la intervención. No veía absolutamente nada, solo me dejaba guiar por el ruido de aquella maquinita que daba el ritmo cardiaco mío y otra más donde se sentían los tuyo, Steve miraba hacia el costado, intentando ver algo, yo solo me mantenía ahí a la espera.

 
Después de un rato, Steve giro su vista hacía mi, sonriendo amplio y la máquina que percibía tus latidos, dejo de sonar y un gran llanto se apoderaba de la fría sala. Eras tú, mi bebé, mi hijo, quien ya había sentido el frío de ese lugar y lloraba al sentirse desprotegido. En ese momento mis ojos se llenaron de lagrimas, estabas ahí…conmigo y con steve…

 
Recuerdo que en ese momento, entre las lagrimas mías y de mi tu padre, escuchamos a el doctor decir “es un niño, nació a las 6:00 a.m….será un chico madrugador” y la suave risa de el doctor nos contagio un poco a nosotros, riendo con suavidad ante el comentario. Me sentía cansado, pero feliz…eres un niño, mi pequeño hijo a quien cuidaría con mi vida.

 
Ya ahora estoy aquí, desperté hace un rato, ya que la enfermera te trajo para que te conociera, y déjame decirte que eres hermoso, el bebé más lindo del mundo.

 
Te nombramos Peter, fue una decisión algo difícil, ya que discutimos mucho aquel nombre con Steve, pero llegamos en la conclusión de que Peter sería el nombre para nuestro hijo.

 
Ya no se que mas decir, tan solo que…rayos Peter, ¡eres hermoso!

 
Siento que, todo este tiempo, desde que pasamos, las sorpresa, el miedo, el abandono, las perdidas, todo eso se fue lejos, ya que todo aquel esfuerzo valió la pena…ahora estás aquí, conmigo, frunciendo con suavidad tu ceño y bostezando, poniendo una graciosa carita. Tus manos son suaves, y tu rostro igual, tienes aquel cabello castaño como el mío, y los ojos igual a tu padre, tus mejillas son regordotas, al igual que las mías, eres un bebé precioso, y eres todo mío.

 
Ya todo el equipo vengadores te vinieron y por obvia razón quedaron encantados, hasta molestaban a Steve de cómo alguien tan feo como él podía haber hecho una preciosura como tú, a Steve no le pareció nada el comentario y salió con que eres igual de bello que él y esas cosas. En estos momentos todo ha sido de risas, aunque aun me siento cansado, fue una larga noche y solo quiero dormir.

 
Creo que las cartas llegan hasta acá, tampoco quiero darte la flojera de que leas tanto, ya con esto me despido y pues, quiero decirte que, aunque pase el tiempo, y llegue un momento en el que te comportes como todo un adolescente y tengamos problemas, yo te amaré de por vida, y veas todo lo que hice para mantenerte aquí, conmigo 

Te amo Peter

              y este es el comienzo de una larga vida juntos…

                             Con esto me despido…

                                       Te ama, tu mamá

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Muchas gracias por leer esta historia <3 <3

Dear Peter...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora