Si no me apuraba... iba a perderlos.
Francisco... desabroché su cinturón. El auto estaba de lado, mi ventanilla daba al piso. Tuve que apoyarme en los asientos delanteros para poder salir.
—Ana...–Francisco me habló–Mamá...?
No le respondí. Lo agarré por la remera y lo levanté. Cuando logré sacarlo del auto, lo llevé lo más lejos que pude. Le dije que se quede ahí. Que iba a ir por mamá, papá, Ivan...
Mierda, el auto estaba en llamas. Corrí hacia el auto, pero...
Escuché a un bebé llorar... mi mamá gritar... una explosión.
Muy tarde, Ana, muy tarde.
Aún me encontraba a unos metros del auto. Los metros que me impidieron salvar a mi familia.
Empezó a llover en ese mismo momento. Yo me desplomé en el suelo. Grité. Un grito desesperado, con todo mi ser. Grité como nunca había gritado.
Y me quedé ahí, en el suelo, arrodillada ante los cadáveres pulverizados de las personas que habían sido mi familia. Las personas que no pude salvar.
Y sentí una pequeña manito en mi hombro... era todo lo que me quedaba. Francisco. Y me juré protegerlo con mi vida si era necesario. Ese niñito rubio con ojos celestes, que ahora lo es todo para mí.Me movía en la cama. Sudada. No era mi cama. No estaba cómoda. Creo que gritaba.
Tip, tip, tip, tip. Qué es ese sonido molesto? No puedo abrir los ojos, no tengo fuerza. Alguien me tomó la mano.
—Volvé. Por favor...–West. Recordé todo de golpe. La fiesta, la borrachera, el ayudándome, el beso... el tipo con capucha.–No te vayas... No...–Estaba... llorando? Porqué West está llorando? Quise decirle que no había porqué llorar, que, porqué me iría? Quería preguntarle dónde me encontraba... las palabras no salían de mi boca.–Perdón... Perdón por haber sido tan arrogante, molesto... No voy a volver a ser así, lo prometo... No te vayas–Y... sentí sus labios sobre los míos, húmedos, salados por las lágrimas...
ESTÁS LEYENDO
No te ilusiones
Novela JuvenilAna no cree en el amor, de ninguna manera. Para ella, todos los chicos son iguales: idiotas, superficiales, mentirosos, mujeriegos, bipolares. Imposible entenderlos. Y todos son iguales hasta que conoce a West, un odioso chico competitivo, testarudo...