Capitulo 15

28 1 0
                                    

Aparecí en la misma playa de las noches anteriores, pero esta vez, era distinto. Normalmente, las veces que he soñado con este mundo eran de día, pero ahora era completamente de noche, se veía perfectamente lo que tenía a mí alrededor.  

Miré al cielo y un montón de estrellitas estaban dibujadas en el cielo, desprendían una luz preciosa de un color plateado. Lo más sorprendente de todo es que se podía ver el sol, solo que sin ningún tipo de luz, simplemente se podia divisar a lo lejos la figura redonda, lo que sí que desprendía una luz azul era la luna que se situaba al lado del sol.

Era una luna preciosa.

-Ya me he quedado dormida otra vez.

Pensaba que estaba sola, pero después de que pronunciara aquellas palabras, apareció Laia.

-Elia, no te espetaba por aquí.

-Yo tampoco lo esperaba pero al final me he quedado dormida, por mucho que no quisiera.

-Leo se acaba de ir, me ha contado lo que os ha pasado esta mañana. ¿Por qué no quieres venir a este mundo? Aquí tendrás todo lo que deseas.

-No quiero abandonar a mi familia, a mis amigos, es mi vida y esto es simplemente un sueño.

-Tranquila no eres la primera reacia a la idea de abandonar vuestro mundo. Conoce un poco más este y luego tomas la decisión.

-¿Cuánto tiempo tengo para tomar mi decisión? Para decir que no quiero seguir soñando con esto, para decir que no quiero seguir con la idea de venir a este mundo.

-Tienes hasta que los próximos herederos tengan unos 16 o 17 años, los que tienes tú ahora mismo. Ahí es cuando tu decisión no tiene marcha atrás. Pero si de verdad no quieres soñar con este mundo, si quieres dejarlo a un lado, olvidarte de él para siempre. Tienes que pensar en otra cosa antes de irte a dormir, inténtalo cuando quieras. Pero por favor, danos una oportunidad, conoce este lugar y mira sus lados negativos y positivos y después toma la decisión que quieras.

-¿Cómo voy a conocer este mundo si solo aparezco en esta playa cada vez que me duermo? También vi el castillo y los arboles aquellos, tan bonitos, pero desde aquí no los veo.

-Es que vuestro castillo todavía no está construido, ya te dije que eso es cosa del futuro, cuando empieces a vivir aquí, se empezará a construir vuestro castillo como más os guste. Y en cuanto a conocer el mundo, yo solo puedo enseñaros lo que está cerca del agua, pero tenía pensado avisar a un amigo que os enseñe algo a lo que yo no puedo alcanzar. ¿Vendrás luego?

-No lo sé, tengo que pensarlo. ¿Cómo puedo despertarme?

-Un momento.

Laia cerró los ojos, puso una cara de concentración y al rato apareció una puerta, pero en vez de vertical estaba horizontal, en el suelo, la cubría el agua por completo.

-Abre la puerta y entra, así podrás despertar. Pero deja que yo me vaya un poco hacia el mar abierto. Si entro en esa puerta puedo morir, en tu mundo no existen las sirenas. Te espero en unas horas.

-Un momento. ¿Esta puerta la puedo usar si tomo la decisión de quedarme?

-No.

-¿Por qué?

-Son las normar tienes que renunciar a todo. Nos vemos luego

Metió la cabeza en el agua y no la volví a ver. Esperé un rato para que le diera tiempo a nadar y abrí la puerta.

En la tele estaban dando “Pasión de Gavilanes” había visto esa telenovela ya un par de veces y pasaba de volver a verla otra vez, apagué la tele y fui a hacer algo de provecho. El miércoles tenía un examen y estaba a lunes y no sabía ni de lo que iba el tema, así que me puse a estudiar e intenté olvidar un poco lo ocurrido.

-Nie, estoy en casa.

-Estoy estudiando mamá, que el miércoles tengo un examen.

-¿Qué has comido?

-Mamá luego hablamos que quiero aprenderme la mitad del tema hoy.

-Vale, pero espero que no hayas comido un simple bocadillo.

-Que no mamá, que no.

Miré el reloj, eran ya las ocho y media, mis padres ya estaban en casa desde hacía tiempo y yo pasé toda la tarde encerrada en mi cuarto, la lengua no es lo mío, pero al menos conseguí aprender medio tema que entraba en el examen.

-Nie, en una hora cenamos.

Esa frase de mi madre fue el punto clave de mi estudio, no sabía si seguir estudiando más o dejarlo, pero eso de cenar en una hora, hizo que me levantara de mi escritorio y me dirigiera al baño para darme una ducha.

Mientras estaba cayendo el agua sobre mi cuerpo, era el momento perfecto para pensar en lo que iba a hacer esta noche. ¿Quería ir al otro mundo o simplemente soñar con algo inesperado?

No sabía qué hacer, si iba me comerían la cabeza para quedarme y si me quedaba Alex me cansaría en este mundo.

¿Qué iba a hacer? En un mundo u otro no pararían de hablarme del sitio fantástico de los sueños.

¿Me tendría que considerar afortunada por soñar esto? O no. Ya no sabía lo que pensar, pero llegué a la conclusión de que lo mejor era que fuera esta noche y me tomara lo que soñaba como algo que solo pasa en mi imaginación, algo que solo yo sé y nadie más.

Estaba decidido, esta noche viajaría a un mundo de fantasía y esperamos que la sirenita tuviera razón y pueda ver algo más que la playa, así al menos merecerá la pena soñar y si hay suerte será algo precioso.

-Nie, ¿Quieres salir ya de debajo de la ducha? Me vas a dejar sin agua caliente.

Mi padre y su obsesión con el agua caliente, no puede ducharse con agua fría ni aunque sea el día más caluroso del mundo.

-Ya salgo papá, no te preocupes.

Después de cenar, el interrogatorio de mi madre por lo que había comido no se escapó.

A las once llegué a mi cuarto. En parte tenía ganas de soñar un poco de fantasía, pero lo que no sabía es si quería ver a Leo, me porte un poco borde con él en el patio y ahora me daba un poco de vergüenza ir de buenas, soy así de tonta para estas cosas.

El sueño de NieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora