Cap 3

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Bueno he tardado mas de lo que pensaba, pero aqui estoy... ?Que pasa si ese hombre se vuelve a aparecer? y si esta mas cerca de lo que ella se imagina??..

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 Capitulo 3

Rodrigo

            Desde el baño escuchaba las risas de mi abuela, debía estar con alguien mas. No podía creer que se hubiera mudado a este Retiro, estaba muy bonito  y cómodo, me gustaba, pero se fue de la casa en donde vivió con mi abuelo, crio a sus hijos y donde me soporto y me cuido en mi peor etapa de joven malcriado.

            Hace dos semanas me dieron un permiso de un mes para ir a ver a mi familia. No se lo dije a nadie, quería darle una sorpresa a mi abuela. La sorpresa la recibi yo, cuando llegue a casa de mi abuela y fue una mujer joven quien me abrió la puerta. Se llamaba Carmen, me explico que vivía alquilada en la casa de mi abuela, junto a su familia, que mi abuela se había mudado para el Retiro La Posada, a una hora de la casa.

            Me enfade tanto, subí a mi moto, la cual la había dejado en la base, y conduje como el Diablo hasta llegar a casa de mis padres. Al cual cuando abrió la puerta, casi le da un infarto cuando me vio parado allí. 

-¿Por qué no me dijeron que la abuela se había mudado?

-Pensamos que lo sabías, tu eres quien se escribe con ella.- dijo mi madre.

- Pues llegue a su casa, y la sorpresa me la  lleve yo.

-Rodrigo, ella está en un buen lugar.- dijo mi padre.

-¿Cómo lo sabes?- me hervía la sangre al saber que mi abuela necesitaba a alguien y yo no estaba aquí para ayudarla.- No la visitabas cuando vivía a menos de treinta minutos de tu propia casa, menos la visitan ahora  que está lejos. No me digas que está en un buen lugar, papá. Puedo poner mi cabeza en un picador a que ni siquiera la has visto desde que se fue o desde antes.- tome mi casco, camine hasta la puerta y luego la cerré con tanta fuerza que escuche como uno de los retratos de la pared se rompía en el suelo. Escuche como mi padre gritaba mi nombre, como cada vez que lo decía desde que tenía 14 años.

            Subí a mi moto y conduje hasta la Posada. Cuando me detuve frente a la puerta, la vi, un ángel de cabello negro y muy rizado, un poco alborotado.  Vestía con un sencillo uniforme de enfermera rosa, una mochila en su espalda, estaba poniéndose los audífonos. Estaba extrañamente feliz, por alguna razón sonreí, de cada poro de su cuerpo se podía sentir la felicidad en esa chica.

            Estaba tan concentrada en lo que hacía que ni siquiera veía por donde caminaba. Baje de la moto y camine decidido hasta ella. Choco contra mi pecho y aproveche para sostenerla en mis brazos. Tenia unos hermosos y grandes ojos negros, igual a su pelo.

-¿Estás bien?

-Sí, si.- seguí caminando y escuche como me gritaba.- Gracias.

            Me presente en la recepción, tomaron mis datos como visitante y luego me informaron como llegar al apartamento de mi abuela. Debo admitir que este lugar me daban ganas de mudarme a mi también. Todo era grande, espacioso y muy cómodo. Llegue hasta donde me dijeron y supe que estaba en el lugar adecuado, desde afuera podía escuchar la inconfundible risa de mi abuela, no estaba sola, pues se escuchaban mas personas.  Sentí un nudo en el pecho, se escuchaba feliz, ahora sabia que ella me necesitaba y yo no estuve aquí para ayudarla. Esa mujer es lo mas importante que tengo en la vida.

            Toque la puerta  y se abrió luego de unos segundos. Frente a mi apareció un hombre con el cabello blanco, algo alto y panzón, sus ojos eran de un celestre claro, tes blanca. Me miraba extraño, queriendo saber que hacia yo allí y yo también quería saber que hacia el en el apartamento de mi abuela.

Los Abuelos trabajan para CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora