Epilogo

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y este es final.....

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Rodrigo

            Nos casamos, mi ángel y yo nos casamos. Decidí que no renovaría mi contrato con el ejército. Me junte con Ralph para abrir un pequeño taller de mecánica de motoras. Aunque no quiera admitirlo mi boda no fue la única en el aire, Susy y George se unieron unos meses después de nosotros en una pequeña ceremonia. Siguieron viviendo en la Posada, Ali sigue trabajando allí y es lo mejor que le pudo pasar.

            Hace unos meses entendí, por una conversación con Ali, que debía hablar con mi padre, arreglar las cosas con él. Teníamos el mismo genio y temperamento, por lo que chocábamos mucho, necesitaba estar con él, que él estuviera el día de mi boda y así fue. Días antes de la boda fui hasta su casa y hable con él.

            Mi mujer se graduó y junto a esa graduación me dio el regalo más hermoso que pueda recibir un hombre.

Alisa (Ali)

-Me falta algo para completar esta felicidad.- dijo Rodrigo mientras nos bañábamos. Lavaba mis hombros y besaba mi cuello, no conseguía concentrarme cuando hacia eso.

-¿Qué te falta?

-Que este pequeño que esta aquí me venga a conocer.- decía mientras tocaba mi pansa de seis meses de embarazo.

-Pronto pero vas a tener que tener algo de paciencia.

            El tiempo pasaba y las cosas se hacían mas feliz, algo que me sorprendió fue la decisión de comprar una casa que tomo Rodrigo. Dominic era agente inmobiliario y lo ayudo a comprar una hermosa casa con un patio no muy grande, y todo estaba preparado cuando nos fuimos a ver. Uno de los cuartos ya estaba preparado para nuestro hijo, un cuarto de ositos. Justo cuando nos estábamos mudándonos a mi pequeño niño le dio por nacer. Fue una total locura, Rodrigo no dejaba de correr, Susy lo tranquilizaba y Lora me ayudaba, mis hermanas estaban montando las cosas en el auto y luego nos dirigimos al hospital.

            Luego de mucho dolor, lagrimas y un pequeño desmayo por parte de Rodrigo, si lo se tan grande y fuerte, pero que se puede hacer. La habitación se lleno un hermoso y ruidoso llanto de mi hijo.  Luego la oscuridad. Según me conto Rodrigo después, yo fui la que me desmaye por el cansacio. Pero todo valio la pena, por que al momento en que desperté me encontré con una hermosa imagen. Rodrigo caminaba en la habitación del hospital con nuestro hijo en brazos, era pequeño y se le perdia en los grandes brazos de mi esposo.

-Gracias por esta inmensa felicidad mi amor.- dijo besándome en un momento que se despego de nuestro bebé. 

Los Abuelos trabajan para CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora