Soy una idiota

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     Matt tiene el control de la situación, está sobre mí besándome apasionadamente, puedo sentir su palpitante erección punzando en mi húmedo sexo gracias a cada empuje que hace para poder besarme, mientras que se apoya en sus brazos colocando sus manos a  cada lado de mis hombros. Yo tengo las manos rodeando su cuello atrayéndolo hacia mí con desesperación, siento que explotare de excitación, mientras más se mueve, más me humedezco y no creo soportarlo, necesito asistencia, y si Matt no lo hace, tendré que hacerlo yo misma. Soy consciente de que no podre controlarme durante mucho tiempo, pero no daré el primer paso.

      Antes de que pueda decir algo, Matt se mueve y se apoya sobre una sola mano, mientras con la otra, recorre mi piel suavemente desde mi oreja hasta mis clavículas, se detiene y pienso que tomara por lo menos uno de ms pechos en su mano, pero no lo hace, pasa su dedo índice por el medio de mis pechos a penas rozando la camiseta; cuando llega  a mi vientre anhelo su tacto en mi sexo, pero juega de nuevo conmigo y su mano sube de  nuevo hasta el borde de mi camisa, se adentra en ella quitándomela poco a poco, cuando lo logra, mi brassier queda expuesto y mira encantado mis pechos, desabrocha el gafete que une el brassier  por el frente de ellos, mis senos quedan firmes ante su mirada pervertida y dice solo dos palabras.

     - Son preciosos.

Me estremezco ante ese comentario y mis pezones se erectan. Cuando ve el efecto que hacen sus palabras evidentemente en mis pechos, se enloquece y se acuesta sobre mí, besando mis labios bruscamente mientras que toma mis pechos entre sus manos, masajeándolos y  pellizcando  mis pezones haciendo que jadee de placer.

     - Matt...

     - Lo sé nena, solo ten paciencia.

Dice entre besos.

     - No, no quiero tener paciencia ahora, Matt... por lo que más quieras.

     - Está bien.

       Matt se levanta, se quita la camisa seguido de sus pantalones, lo miro extrañada, para masturbarme solo necesita su mano, pero lo ignoro, no creo que Matt quiera eso tan rápido, a lo mejor tiene calor, deduzco. Pero cuando se va poner sobre mi de nuevo, hace un gesto como que si recordase que se le olvidaba algo, se levanta y va hacia su cómoda, busca algo, pero cuando me doy cuenta pone cara de no encuentra lo que buscaba y reflexiono; si lo quiere, está buscando un condón...regresa hacia mí con un paquetito plateado y lo miro tímida.

     - Matt yo...

     - ¿Qué sucede Lau?

     - Es que creí que...

Respiro hondo y hablo.

     - Que solo ibas masturbarme.

Matt me mira cabreado y demasiado decepcionado para mi gusto.

     - Lauren mira lo que causaste.

Señala su gran erección y prosigue.

     - No me vas a dejar así, ¿Verdad?

Maldita sea, tuve que haber parado en cuanto pude, ahora ¿Qué le diré a Matt?, no me siento preparada aun, no quiero decepcionarlo, me siento inútil e  inservible, no puedo dejarlo así, pero tampoco quiero hacer esto. Dejo de pensar estupideces y le respondo.

     - Matt, es que... yo...

Casi no puedo ni hablar, la culpa me come viva, he sido cruel con Matt y el no lo merece.

     - Eres virgen.

Suspiro y lo miro a los ojos.

     - Sí, así es.

The Sexual GameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora