A thousand years {Michael Clifford FF}. Cancelada.

Capítulo 11: ''¡Cuidado!''

Narra _____.

La noche pasada las historias que me contaron en la cena rondaron por mi cabeza desde que llegamos a la casa de nuevo. Al llegar a la misma, un auto estaba aparcado en el porche de la casa, era sencillo pero bonito; miré a mi padre quien tenía una sonrisa en su cara de satisfacción… Cuando el auto se detuvo en la puerta de la casa, abrí la puerta izquierda y salí del claxon, metí mis manos en la parte trasera de mi jean y empecé a caminar hacía las pequeñas escaleras que me llevaban a la casa.

- ¡Hey, _____! ¿Qué opinas de este auto? –Gritó mi padre señalando al auto que estaba a mi costado derecho- 

- Hmm… Es lindo –Sonreí- ¿De quién es? 

- Tuyo –Dijo mi padre- 

- ¡Oh, diablos! ¿En serio? –Me emocioné- 

- Si, era tu regalo de bienvenida pero, tuvieron que arreglarlo y tardaron más de lo esperado –Me explicó mientras se acercaba hacía donde yo estaba- 

- ¡No importa que haya tardado! ¡Muchas gracias, papá! 

Cuando llegó a mi lado, lo abracé. Parecía una nena de cinco años cuando recibe su juguete navideño, así de emocionada, feliz y por sobre todo, ansiosa. 

- Te daré más regalos como este para que me abraces más seguido –Hizo una mueca- 

...

El nudo de mi garganta, que se había formado al escuchar “Te daré más regalos como este para que me abraces más seguido” no desaparecía. Conducía por el centro de Philadelphia, había empezado a llover hace más de diez minutos, el ambiente era un completo silencio, solo se escuchaba la voz del locutor de la radio prendida. 

- ¿En qué tanto piensas? –Dijo Will-

Por cierto, me había acompañado por si el auto tenía alguna falla. Era mecánico, él había ayudado a arreglar el auto, así que conocía las cosas que podrían fallarle. 

- Hmm… nada, solo no me siento bien.

- ¿Quieres volver? –Preguntó-.

- Si, creo que sería lo mejor –Susurré-.

- ¿Es por lo que dijo Earl?

- Sí.

Di una vuelta en ‘U’ para poder regresar a la casa. Quería tirarme en la cama y sentir que mis pensamientos revolotean por todos lados. Un silencio incómodo atravesó el ambiente. 

- Él te extrañaba –Suspiró- 

- Yo también lo hacía.

- Él todos los días pensaba en ti y en cuando sería el día que volvieras a visitarlo, entraba a la casa y, con una sonrisa decía: “Cada vez falta menos” –Sonrió-.

Me imaginé el día en el que me fui, el que me aleje de su vida. Solía pasar el verano pero, un día decidí dejar de venir, de visitar el lugar donde había nacido para quedarme con mi madre. 

- Pero… no era necesario decirme eso.

- Tal vez… Solo tal vez.

...