A thousand years {Michael Clifford FF}. Cancelada.

Capítulo O6: ''Soy demasiado cobarde para presentarme''.

Narra _____:

Cerré la puerta de la entrada principal sin fuerza y sin ganas. Quería dormir toda la tarde hasta la mañana siguiente. “Maldito colegio” Susurré mientras subía a mi habitación. 

Estaba a punto de cerrar la puerta de mi habitación cuando la voz de mi papá me impidió hacerlo. 

- _____ ¿Cómo te fue hoy? 

- Supongo que bien, normal como siempre –Alcé mis hombros-.

- Oh, bien ¿Hiciste amigos?

- No los llamaría amigos pero si, conocidos. Conocí gente… -Quería calificarlo bien por como los conocí- extraña.

- En Philadelphia todos son extraños, _____.

- Sí, eso parece papá.

- ¿Quieres almorzar algo? -Preguntó cambiando de tema. 

- No, ya almorcé gracias.

- Vale, no te molesto más.

- Gracias.

Y así si concluí mi acción, cerré la puerta. Tirando a un costado de la misma mi morral, me tiré en el colchón y suspiré. Todavía tenía que desempacar todas las maletas que estaban en la habitación y… remodelarla. 

En las paredes había cuadros con lobos, historias, dibujos… Me pregunto; ¿Quién vivía acá antes que yo llegara? Cerré mis ojos y sentí que algo rebotó en el vidrio de la ventana, fruncí mis cejas y me acerqué con cuidado. Miré hacía los costados, hacía abajo y al árbol de enfrente mío. No había nada, ni nadie por ahí. 

- Debo estar cansada eso es todo –Me repetí a mi misma mientras me alejaba de la ventana-.

Froté mis ojos con mis manos que estaban hechas un puño, agarré un bolso y lo coloqué sobre la cama… Toda la ropa que había ahí no era lo que yo usaba: Vestidos, faldas, remeras con muchas letras en ella de colores y una chaqueta de cuero femenina. 

- No gracias mamá –Cerré el bolso y lo metí en el armario-.

En la otra valija se encontraba la típica ropa que solía usar todo el año: Jeans, pantalones oscuros, camisas, remeras simples y un polerón o hasta una campera sencilla. 

- Esto sí es para mí.

Empecé a sacar toda la ropa que estaba en la maleta pero, sentí de nuevo el mismo ruido y estaba vez, había visto una sombra. Un papel estaba incrustado entre el espacio donde se unen las dos ventanas… 

- ¿Qué es esto? –Lo tomé y lo abrí-.

“Se qué esto te parece absolutamente raro y piensas quién diablos te pudo haber estado mandando esta carta ¿No? Bueno, lamento hoy no haberte ni siquiera saludado cuando te tuve cerca mío, cuídate _____” 

- ¿Qué demonios? 

Abrí las ventanas de vidrio con un marco blanco, el viento se apoderó de mis cabellos, miré hacia la derecha; izquierda; abajo e incluso en el techo pero, nada… 

- ¿Cómo carajos no me fui a Los Angeles? 

Cerré la ventana y la pequeña carta la dejé sobre un estante que estaba pegado contra la pared. 

- Algo raro pasa en este lugar, todo es extraño.

Y para colmo, estaba hablando sola… “¡Oh por dios, _____!”, en eso mi celular empieza a sonar con una música de fondo. 

- ¿Hola? 

Pregunté, se escuchaba una respiración.

- Escucho tu respiración.