Xayah ingresó al pueblo, pero ignoró completamente a quienes la miraban, para ella solo eran vastayas temerosos de los humanos, que jamás saldrían del pueblo. Por eso ella era diferente.
Se detuvo en cierta vastaya que sonrió al verla.— Xayah, cariño— Coll la abrazó bastante cariñosa— ¿Cómo te ha ido?.
— Pues, aún debo seguir luchando para que seamos libres— limpió la mejilla con su dedo de forma maternal, Xayah se rió ante el gesto.
Coll era pareja de Akunir, era una madre para muchos jóvenes, ella era quien rellenaba los vacíos de muchos. Akunir hizo una reunión en el centro de la aldea para anunciar la llegada de la vastaya aspirante de libertad.
— Xayah, ¿fuiste herida?— Indicó con un palo para no agacharse— Déjame ver.
La hizo tomar asiento y examinó su pierna, llamó a uno de los médicos y ambos dieron una conclusión.
— Pues parece una herida profunda, pero no tarda en cicatrizar— Dijo el médico— Tenías un buen doctor al lado.
— C-Claro...— Tartamudeó un poco a lo que la imagen de Rakan invadió su mente.
Akunir comenzó a hablar de los humanos, nuevamente querían quitar tierras pertenecientes a los Vastaya.
— Los humanos establecieron un pequeño bastión tras las montañas norteñas— La cara de preocupación reinó en cada Vastaya— Os advierto, ninguno de nosotros tiene permitido ir.
— Crearemos turnos de noche— apoyó Jurelv.
Se hicieron grupos y cada uno tomó un horario, no eran grandes puesto que el pueblo ya era pequeño y muchos tenían miedo de los humanos.
— Oh vamos, no miremos solo lo negativo, Xayah recuperó uno de los tesoros del templo— Agregó Coll a lo que el ánimo subió.
Los vastayas celebraron sacando algunas botellas de vino.
Xayah miró alrededor por si Rakan volvia a aparecer, pero parecía en vano, su plumaje se haria notar desde lejos.Caída la noche, las canciones vastayanas resonaban por el bosque, todas le hacían pensar en Rakan.
— Maldición— Buscó su capa en la tienda propinada por Coll y se alejó de la fogata.
Habían vastayas despiertos para hacer guardia, otros seguían celebrando con sus mejores trajes y quienes la miraron no tomaron importancia a donde iba.
Salió al bosque donde la magia era más intensa, pero el bosque estaba apagado, como si la magia hubiera abandonado el lugar.
— ¿Rakan?— Se le escapó de los labios al ver un pequeño bulto dorado entre los árboles.
Ladeó la cabeza y con una sonrisa que trataba de evitar subió al árbol. Miró a Rakan como dormía tan cómodo envuelto en su capa.
Xayah se sentía completa, le habrá mirado unos minutos antes de acercarse más a él.— Entonces nunca te fuiste— susurró, pero Rakan sintió su presencia; la vio tan encima que ambos cayeron del árbol.
Se quejaron de la caída pero ella había caído encima de Rakan. Él se tocó la nuca pero abrió los ojos encontrándose con los de la chica.
— ¿Xayah?— No le importó si la chica se negaba. Rakan la abrazó a lo que la chica correspondió.
— ¿No tenías frío ahí arriba?— se separó un poco.
— Ahhh... no... yo... me olvidé del camino— Xayah se dio una cachetada mental.
— ¿Tus instintos no funcionan de noche?— Se largó a reír a lo que Rakan le respondió con una sonrisa.
La ayudó a ponerse de pié y miró la luna, los ojos de la chica se iluminaron dejando notar sus ojos amarillos.
Sintieron un ruido y ambos se alejaron más de lo habitual. Akunir había sentido una presencia desconocida que resultó ser Rakan.
Miró de reojo al joven de plumas doradas, quien mantuvo el silencio.— ¿Lo conoces, Xayah?— Preguntó a la joven.
— Si— Akunir sonrió aliviado y le invitó a entrar a la aldea.
Los vastayas se reunieron alrededor de Rakan, inclusive los pequeños, parecía bastante divertido.
— ¿Es tu novio Xayah?— Preguntó Coll golpeando las costillas de la chica.
Ella se sonrojó y negó rápidamente con la cabeza.
— Pues, he ganado la apuesta— Rió Coll.
— ¿Como?
— Akunir creía que algun día te fijarías en Jurelv.
Xayah la miró confundida.
Fijó su mirada en Jurelv quien lucía una capa de cuero. Era muy distinto a Rakan. A causa de la celebración su cuerpo estaba pintado y sus cuernos resaltaban tanto que enloquecían a muchas vastayanas.En cambio Rakan estaba siendo acosado por muchos niños y prácticamente los hombres tenían celos de su encanto.
— El compromiso... ugh una molestia— Desvió la mirada. Jurelv comenzó a cortar leña.
Siempre lo hacía. Desde hacía mucho tiempo.
Rakan vio como la mirada de Xayah se perdía en otro Vastaya, sintiendo algo de nostalgia y con pocos ánimos. La fiesta fue insuficiente para animarlo.Se sentó solo alrededor de la fogata con un trozo de carne.
Xayah dejó de mirar a Jurelv y se percató que Coll se había ido de su lado.
Buscó a Rakan, lo encontró comiendo cabizbajo, pues a pesar de la música él no bailaba. Sentía que estaba triste o incómodo, y para eso, ella ya había pensado en la solución.Nota: Desconozco que tipo de Vastaya es Jurelv asi que es completamente inventado, imaginen un humano mitad ciervo.