La ciudad de Noxus estaba tan colapsada de gente que los crímenes pasaban completamente desapercibidos en sitios alejados.
Eran ya cinco las víctimas de aquella seductora chica y Rakan era el cómplice que presenciaba todo. No parecía tener ganas de retirarse.— ¿Tu mamá no te enseñó lo que es privacidad?— Rakan se quedó callado observándola apoyado en un muro. La sonrisa de Ahri se borró y se acercó a él coqueta— Pareces un niño esperando a que el juego se desocupe.
— A diferencia de ti, quienes se enamoran de mi sobreviven— Se cruzó de brazos algo serio— No es tan divertido matar.
— Podría mostrarte lo divertido que es...— Las manos de Ahri acariciaron las mejillas del encantador
Rakan cerró los ojos y por un segundo su mente jugó con él. Intentó imaginar que las manos de Ahri se sintieran como las de Xayah. Estaba siendo apresado por la pequeña caricia pero a los segundos pudo reaccionar para volver en sí, era muy distinto para igualarlo.
Apoyó la mano en el muro y dejó la espalda de la vastaya contra este mismo; Ahri intentó huir pero los brazos del joven la rodeaban. Comenzaba a hartarse.
— Eres más torpe de lo que pensé— susurró Rakan en las orejas de la chica.
— ¿Qué diría la chica que amas si se entera de que acosas a alguien más?— Ahri comenzó a mostrar desagrado de no poder huir.
— Tú no eres ni la mitad de lo que es ella— El estruendo de una cachetada resonó por todo el lugar.
Rakan se alejó y levantó su reloj que se había caído. Los ojos furiosos de la vastaya estaban clavados en él.
— Tshhh... ¿Que quieres para largarte?
Rakan frunció el ceño. Saboreó sus labios antes de venderse a sí mismo.
— Llévame con ella— Rogó— Tú puedes sentir las almas ¿No?
— ¿Y qué gano yo a cambio?— Preguntó moviendo las 9 colas con emoción.
— Haré lo que me pidas, solo si me llevas con ella— La vastaya no parecía del todo convencida.
— Hooo... ¿sabes que estás dispuesto a todos mis berrinches? Entonces muévete, rápido— Sacudió su cabello— Si no cumples te borraré la memoria hasta que mueras.
— ¿Puedes hacer eso?
— Al absorber la esencia tomo los recuerdos de ellos— Frunció el labio— En fin... Muévete.
Rakan aceptó gustoso y sintió en su interior un calor que no sentía hace tiempo. Su jovialidad había vuelto como siempre, se llenó del espíritu de la fiesta pero no tenía tiempo de detenerse.
Ahri rodó los ojos cada vez que le veía bailar entre la gente para llegar a las afueras de Noxus. Llegaron a la estación de tren y Rakan se llevó a la kumiho de vuelta a las tierras de Jonia.— ¿Y que hacías en Noxus?— Ahri desvió la mirada— Está bien, solo quería charlar.
— O no... nada de vida social... y déjame decirte, que si vas a entrar a algún clan vastaya no iré contigo, estaré viendo de lejos, yo no les debo nada— Desvió la mirada mientras cruzaba sus piernas.
Rakan se alzó de hombros confundido, era feliz sabiendo que podía volver a encontrar a Xayah.
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Caída la siguiente noche, el clan Vastaya se movía con rapidez decorando hasta el último extremo; la Luna Roja se aproximaba y varios jóvenes novatos se veían nerviosos, mientras las chicas se preparaban junto con Coll y Xayah solo observaba cerca de la líder.