El árbol padre condujo a los vastayas a un sitio seguro dentro de una caverna creada de los mismos árboles del lugar.
Cayeron exhaustos de tanto caminar uno al lado del otro; los animales les miraban curiosos por lo que Ivern tuvo que sacarlos de ahi para dejarlos descansar.
Miró hacia los alrededores sintiendo un aura aterradora entre el bosque, por lo que selló la entrada encantando las ramas y haciendo crecer la hierba para asegurarse de poder descansar.
Rakan se despertó rodeado de muchos animales por lo que de un movimiento brusco se alejaron todos de él.
Xayah se acomodó nuevamente, quejándose entre; Ivern solo tranquilizó a sus pequeños amigos.
— ¿Cuando me quedé dormido?— se rascó la cabeza y talló sus ojos para quitar el sueño.
— Yo solo vi dos avecillas que se acomodaron y se quedaron dormidos, ¡ay, los jóvenes de ahora!— Soltó una pequeña risa mientras le ofrecía una especie de té— ¿Tú novia no es de por aquí?
— ¿Como es que...
— Ella no es una vastaya de por aquí, lo noto en sus rasgos— El árbol comenzó a reír— Bromeo, los árboles lo sabemos todo.
— ¿Sabe que ocurrió con el clan vastaya de este lugar?
Ivern se tornó serio mientras algunos animales se tornaron inquietos. Parecía que la tristeza tomó poder en el ambiente, el árbol padre abrió la entrada y Rakan le siguió.
No caminaron tan lejos del lugar para demostrar los daños que habían en el bosque.
— Los vastayas y otros seres mágicos suelen ser cazados por entretención— De un arbusto dejó ver balas de cazadores y trampas — Muchos clanes usan su magia para protegerse de su ubicación, pero esta tribu al quedarse sin magia se dejó corromper. Buscó ayuda en los seres del vacío y dejaron un portal abierto, larga historia que me extraña que no conozcas.
— ¿Y dónde está ese portal? ¡Si no lo cerramos seguirán y matarán a todos!— Ivern empuñó sus dedos de ramas.
— Tú pueblo es el culpable de todo. Tú, avecilla ¿Pudiste entrar al clan de la chica con facilidad?— Rakan quedó en silencio.
Trató de buscar en sus recuerdos pero solo llegó a la conclusión de que Akunir era el único que mostraba cierto desagrado al inicio, pero descartó la idea pensando que solo era para proteger a Xayah y dejarla en el clan para que no se lastime.
Miró de reojo al lugar donde la vastaya dormía, bajó la mirada pero sacudió su cabeza incrédulo.
— Iré a mi pueblo, buscaré pistas de esas cosas— Rakan no esperó a que Ivern reaccionara.
Hechó a correr velozmente, sus piernas ágiles y vitales le hicieron llegar en menos de cinco minutos al lugar de los hechos, su velocidad realmente era increible cuando se lo proponía.
Lleno de dolor, comenzó a husmear nuevamente entre las cosas. Algunas estaban mojadas de tanta humedad, otras llenas de tierra según donde se ubicaban.
Llegó a un baúl bastante cuidado, donde tuvo que romper el candado con un hacha que encontró.
Se cubrió con el brazo al ver el polvo que brotaba.
Al abrirlo consiguio encontrar las bitácoras que tenía el Cónsul de su pueblo.
— Está en el idioma de mi pueblo.
Una luz muy minúscula salió de las letras y se dirigió a la frente de Rakan. Al desaparecer, las letras raras se volvían entendibles a medida que avanzaba su lectura.
"El pueblo vastaya se comportaba distinto, me percaté de que la magia está desapareciendo de aquí. [...] Hemos buscado las razones, llegamos a la conclusión de que el árbol desapareció.
— ¿Qué árbol?— Rakan miró alrededor.
"Nuestra dependencia del árbol nos jugó en contra, estamos muy débiles. Haremos los sacrificios necesarios para vivir"
— ¿Y dónde está lo que dijo ese árbol hippie?— Rakan comenzó a saltarse hojas donde se describía el sufrimiento del pueblo.
"Nuestro sauce fue corrompido, ha sido hurtado y nuestra magia se agota. No tenemos como destruir un extraño portal que se a formado en el agujero del sauce. Nuestro escuadrón fue asesinado por criaturas que nunca había visto, no tenemos co..."
— ¡No puede estar rota esta parte!— Arrojó el libro y se desprendió un especie de dibujo— "El sauce deambula como si fuera un humano"... ¡Ese árbol, nos mintió!
Rakan dejó todo arrojado para correr donde estaba Xayah, pero parecia que el bosque había cambiado su topografía y no podia distinguir el camino.
Su furia comenzaba aumentar, sus plumas se volvieron rígidas y guiado por el instinto hecho a correr lleno de adrenalina. Apretó sus dientes hasta que sintió una corazonada, una roca llena de raíces tenían aprisionada a Xayah.
Sin embargo, el familiar de Ivern no le permitió acercarse a ella.
Retrocedió unos pasos hasta que vio al árbol parlante sobre la roca gigante.
— Parece que nadie estudia la historia de su pueblo, que niños más irresponsables— Se largo a reir— Si hubieran sabido de un principio que yo acabé con aquel sauce me hubieran matado.
— Sueltala, ahora— Las raices comenzaron a apretar más el cuerpo de Xayah dejando que unas minúsculas lágrimas se asomaran.
Rakan empuñó fuerte pero a pesar de su velocidad no podía llegar a donde estaba Xayah.
— Esperaba a alguien que pudiera buscar respuestas, necesito que cierres ese portal— El árbol se alzó de hombros— No le haré nada a tu compañera, pero yo que tú me apresuraría.
Rakan no tuvo opción.
Bajo presión siguió buscando e ideando la manera de como cerrar el portal y su ubicación exacta.
¿El único problema? Él no es exactamente alguien que pueda pensar por si mismo.
— ¿Podrías... dejar que Xayah esté libre? La verdad no sé que hacer— El árbol perdía la paciencia— No sirvo para esto, yo hui de mi tribu hace años por mis anhelos. Quizás el hogar de Xayah si tenga la respuesta, pero lo siento, yo no lo tengo.
Las lianas aflojaron y Xayah salio cortandolas apenas pudo tener una pluma en la mano.
Iba directo hacia Ivern pero Rakan la detuvo antes.
Negó con la cabeza y besó su frente en un abrazo posesivo.
— Si la vuelves a tocar, te juro que no lo dejaré pasar— Xayah se quedó fría ante la mirada de odio que el vastaya le dirigia a Ivern— Borraré esa sonrisa de mierda que tienes.
— Supongo que tu miedo de perderla te hizo ser sincero. Busca la solución a esto, porque si el portal crece, quizás ya no haya marcha atrás— Resopló el sauce.
