MIEDO.(Sasuke y Hinata)

Capitulo 19: Orígenes

Orígenes

- Comienza a leer Hinata-chan – dijo serio Naruto.

- Es un cuento – dijo Hinata decepcionada por aquel libro al cual Sasuke veía con tanta seriedad.

- Lo sé, pero léelo y veras porque no me gusta nada lo que dice. – dijo seriamente Sasuke a lo que Hinata asintió y empezó a leer en voz alta.

- Esta era una vez una gran diosa llamada Jano, era la diosa generadora de luz hermana de Júpiter el Dios mas poderoso del universo, tan fuerte que podía tocar cada rayo del cielo, podía hacer y deshacer casi cualquier cosa que quisiera... Jano era una diosa realmente hermosa, con cabellos rizados y dorados hasta la cintura, una mirada penetrante pero tan azul como el cielo mismo, labios carnosos pero bien proporcionados, era alguien envidiable... Era también hermana de Juno esposa de Júpiter y hermana de Hemera, la diosa de la luz hija de Saturno, ambas no se llevaban muy bien, pues siempre competían para ver quien era la mejor entre ellas, un día Cibeles hija del cielo, diosa de la tierra y esposa de su padre les encomendó una tarea ya que sus peleas estaban afectando todo el olimpo, estaban llegando al límite de la obstinación... Así que le dijo claramente que debían casar a 2 personas muy diferentes, ella sonrieron era algo fácil solo tenían que sobornar a cualquier humano con riquezas y se casarían ¿Qué clase de tarea tan fácil? Pero Cibeles era astuta y aclaro que debían casar a 2 humanos pero ellos debían amarse, era obligatorio amor al hacer ese vínculo. Ambas se miraron confundidas aquello era algo difícil sobretodo en ese tiempo, el amor no era algo fácil de lograr, ni siquiera se sentía habitualmente y mas si debían hacerlo con personas opuestas.

- Acaso de has vuelto loca, eso es imposible – reclamaba Jano.

- No, no lo estoy, estamos cansados de sus largas peleas, así que tu como reina del cielo y tú generadora de luz trabajaran juntas pero les digo desde ahora, estarán allá fuera del olimpo haciendo este trabajo y no podrán volver hasta haberlo hecho.

- Es decir que ya no somos diosas – decía confundida Hemera.

- Claro que lo son y allá abajo también lo serán, pero no tendrán derecho de regresar hasta lograr su obligación. Y no tienen nada que reclamar, esta decidido – dijo firmemente Cibeles.

Lo que ambas no sabían en aquella cosa es que Picus, dios de la adivinación había hablado con Cibeles diciendo que había tenido una visión con una de los oráculos, una profecía. Decía que si alguna de ellas se quedaba en el olimpo nacería de alguna de ellas o de ambas, un Dios tan poderoso que no solo acabaría con Saturno como lo hizo Júpiter sino que acabaría con todos, porque sería tan increíblemente poderoso que nadie podría contra él... al parecer eran 2 pero la visión fue interrumpida pues el poder que ella cargaba era inmenso... por esa razón les había encomendado aquello, no por obstinación, era por temor...

Pasaron unas cuentas semanas hasta que Jano y Hemera decidieron ir de una vez a la tierra a realizar aquella absurda tarea, ellas respetaban fieramente a Cibeles pues era la esposa de su padre y muy poderosa la grandísima cretina.

Pasaron días, semanas y meses buscando a una humana digna de su atención, una humana que brillara entre aquella oscuridad, pues toda la gente era chusma... eran simples sin nada en ellos atractivo... estaban desquiciadas pues aunque tenían sus normalmente poderes no debían estar utilizándolos frente a cualquiera, así que las cosas se habían complicado un poco, pues tuvieron que trabajar por si mismas unas cuantas veces, pero una noche despertaron ambas asustadas pues un par de hombres habían entrado a la tienda en la cual habían decidido dormir, intentando forzarlas de maneras realmente asquerosas antes sus ojos... al parecer ellas eran las únicas mujeres diferentes en aquel lugar, las únicas "mujeres hermosas" y aquellos sucios y bastos hombres tenían la osadía de intentar domarlas...