Winx Club: lo que pasó después de la última batalla.

6: ¡Sorpresas!

Riven estaba muy nervioso. Había estado más de tres meses esforzadandose por y para ella, para que lo que iba a hacer saliera a la perfección, tal y como se veía en su cabeza.

Se sentó en el sofá esperando a que su bella Musa llegará y pudieran ir juntos al lugar indicado.

El hada de la música había ido a visitar a Flora y a Helia, ahora que estaban a punto de aceptar y pasar a ser los nuevos directores de Alfea, todo en sus vidas estaba patas arriba, y además, para colmo, Steban e Illiana no dejaban tranquilos a sus papás. Ahora que habían empezado a gatear, Flora y Helia tenían que correr siempre detrás de ellos. Esos dos eran unos verdaderos terremotos.

Cuando Musa llegó a casa abrazó y le dio un beso a su pareja.

—¿Estás lista mi amor? —preguntó Riven sonriendo.

—¿Para? —Musa frunció el ceño sin entender nada de lo que estaba ocurriendo.

—Es una sorpresa, no te lo pienso decir —dijo Riven orgulloso de su sorpresa.

Los dos juntos salieron y se pusieron rumbo a Magix, donde a Musa le aguardaba una gran sorpresa.
                             ❤

En Eraklion, la reina Bloom observaba a su marido dormir plácidamente. Su pecho subía y bajaba, sus cabellos estaban despeinados y algunos le caían por la cara. Lo amaba tanto, y cada día ella lo notaba más.

De repente a Bloom le entró angustia y tuvo que saltar de la cama y correr al aseo. Sky se despertó al oír como su esposa corría de la cama y salió tras ella.

Cuando llegó frente a la puerta, la tocó.

—Bloom, ¿estás bien? —Sky estaba preocupado.

Tras un rato recostado en la puerta, Bloom salió. Estaba toda pálida y tenía los ojos llorosos. Iba tambaleándose. Sky la sujetó para evitar que cayera.

—¿Estás bien dulce Bloom?

—Creo que si. —dijo aturdida —No se que me pasa, últimamente me ocurre bastante, me da angustia y me debilito. No entiendo porque me pasa esto.

—No te preocupes por nada, ahora vamos a ir a la habitación a que descanses. —el rey cargó a su esposa en brazos y la llevó a su cama. Allí la acostó —Ahora intenta descansar, te traeré el desayuno. —le dio un beso en la frente y se marchó.

En todo el rato que estuvo sola en la habitación tuvo que ir dos veces al aseo. Por lo que no pudo descansar.

¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué se encontraba tan mal últimamente? Se sentía muy débil y sin fuerzas.

Intentó levantarse de la cama y se fue en dirección al salón donde se encontraba Sky repasando algunos documentos.

—Cariño, ¿te encuentras mejor? —el rubio se levantó de su butaca y abrazó a Bloom.

El hada negó.

—¿Por qué no vamos a que el médico te vea? Si es algo grave es mejor tomarlo a tiempo antes de que vaya a peor.

—Si. No quiero que esto empeore.

—¿Desde cuando te sientes mal? —Sky lo quiso saber, estaba empezando a preocuparse.

Bloom comenzó a relatarle que llevaba más de dos semanas con muchos mareos y débil. Que no podía tirar de ella.

Y Sky preocupado cogió a Bloom y se fueron corriendo al médico.
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—¡Riven! —gritaba Musa sentada tras su novio en la moto —¿Dónde me llevas?

El chico le había puesto una venda en los ojos para que el hada no pudiera ver nada y así no sospecharía.