Andaron juntos mientras anochecía.
Andras la miraba sonriendo con ternura, mientras que Aura, mantenía la mirada firme.
Se acercaba cada vez más a ella, el pulso de ésta se iba acelerando cada vez más. Él terminó acariciando su delicada y fría piel.
Aura se detuvo y le miró encarandosele:
- Tranquila, no te voy a hacer nada.
- No me toques más... porfavor.
Andras volvió a sonreir y Aura dió unos cuantos pasos hacia delante.
El muchacho volvió a acercarse rozando su barbilla en su nuca, mientras que ella notaba el roce de su cálido aliento acariciando su pelo. Volvió a pararse, giró un poco la cabeza mirando hacia atrás y vió como le ponía la chaqueta en los hombros, arropándola.
- Hace un poco de fresco y como noté que tenías la piel fría...- sonrió
- Siempre tengo la piel fría.
Se miraron y él lentamente se iba acercando a su boca. Sus labios estaban apunto de rozarse:
- De nada pelirroja- le giñó el ojo y la cogió de la mano.
Aura se quedó muda, dejandose llevar sin saber que hacer ante esa situación tan extraña pero a la vez encantadora.
Llegaron a unos aparcamientos y se acercaron a una moto negra, la joven no sabía todavía qué estaba pasando ni por qué la llevó ahí.
- ¿Te gusta?- preguntó Andras, impaciente por la respuesta de Aura.
- Es muy bonita- sonrió, mientras le miraba a los ojos- Pero... aún no entiendo por qué me has traído aquí.
- Está mas que claro.
- ¿Para hablar?
- No boba, si fuera para hablar, lo hubieramos hecho en el Burger- rió.
- ¿Entonces...?
Él sonrió picaramente, la chica tragó saliva.
- Acercate, que la moto no muerde.- dijo con tono de burla.
Ella se acercó despacio y éste le dió el casco.
- ¿Qué quieres que haga con esto?
- Pontelo.
- ¿Para qué?
- ¿Te gustan las locuras?
- Me encantan las locuras.
Andras se acercó y la puso el casco.
- ¡Vamos a darle caña a esta preciosidad!- exclamó mirandola con una gran sonrisa.
La joven se olvidó de todo y le siguió montandose en la moto.
La puso en marcha y empezó a conducir por la carretera, subiendo cada vez más la velocidad.
Aura le agarró a los hombros y éste la cogió la mano, llevandosela hacia la cintura para que se agarrase bien.
Llegaron a un parque a las afueras de la ciudad, aparcó el vehículo y se sentaron en la hierba fresca.
- Me ha gustado mucho...- rompió el silencio Aura timidamente.
- Me alegro de que te haya gustado. Hacía mucho tiempo que no llevaba a nadie conmigo- contestó mientras arrancaba trocitos de hierba.
- Gracias.
- ¿Por qué?
- Por el detalle de ántes, con la chaqueta.
- No hace falta que las des, para mi no es molestia.- La miró mientras sonreía con dulzura- Ahora que estamos más tranquilos... me gustaría que me dijeras el por qué de tu obsesión conmigo.
- Yo no tengo ninguna obsesión...- contestó ella tímidamente y un poco sonrojada.
- ¿Entonces? ¿Por qué me sigues a todos lados?
- Pues... yo...
- Tranquila, no hace falta que me lo digas ahora- interrumpió,cogiendola la cara- Así tengo una excusa para poder volverte a ver otra vez.
Aura se quedó muy quieta, y acercó su mano tocando la de éste que estaba todavía sujetando la cara de la joven.
Se quedaron así durante un minuto, en silencio, solo se escuchaba el sonido de los grillos.
La chica tomó valor y sin pensarselo dos veces, le dió un beso en la mejilla, casi rozando sus labios.
Andras sonrió de nuevo,
acariciandola el pelo tiernamemte.
- Andras yo...
- No digas nada- interrumpió, poniendole el dedo en la boca para evitar que siguiera hablando- Disfruta del momento.
La rodeó con su brazo, apoyandola en su pecho, alzando la cabeza para contemplar las estrellas.
Se tumbaron.
Andras se acercó a su oreja y la susurró suavemente en el oído, Aura cerró los ojos y suspiró profundamente.
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The SECRET🤐
Teen FictionEn un pueblo bastante tranquilo, cuatro amigas se toparán con un misterio oculto que les conducirá a hacer una serie de locuras.