C.4 ↔ The Name😝GAME

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Clío se levantó de buen humor.
¡Por una vez en su vida, sus amigas querían llevar acabo una de sus ideas! En este caso, la de espiar a Andras.
Se asomó por la ventana y vió que Farah y Elia estaban llegando a su casa. Salió corriendo hacia la puerta, y logró no caerse por las escaleras de milagro, estaba muy emocionada.
- ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan sofocada?- preguntó Farah dirigiendose a Clío.
- Nada, ¡vámonos ya! Que tengo muchas ganas de espiar al chaval.
Cogió la chaqueta, y ántes de cerrar la puerta, miró entre sus dos amigas y dijo:
- ¿Y Aura? ¿Dónde está? No me digaís que se ha rajado...¡Qué tonta es!
- ¡Para el carro nena!- se apresuró Elia- Está ayudando a Xandra a estudiar, ahora viene, ansias.
Cerró la puerta ya calmada y se pusieron en marcha.
Mientras, en casa de Aura:
- Y así es como se crean las partículas.
Sigue estudiando un poco más y seguro que apruebas el exámen.
- Madre mía que aburrimiento de asignatura... se me hace muy largo¡ y más con el calor que hace!
- Claro, si te hubieras dedicado a atender en clase y a estudiar en casa todos los días durante el curso en vez de jugar a videojuegos,no tendrías que estudiar en verano, guapa.
Xandra le sacó la lengua.
- Bueno, yo me voy, que he quedado con las chicas y no quiero llegar tarde.
- ¿Dónde vas?
- Em... a dar una vuelta por el pueblo.
- ¿A estas hora con el calor que hace?
- Em...sí, ¿Qué pasa? deja de preguntar tanto y termina de estudiar.
- Vale, vale...solo lo decía porque me parecía raro que vayaís a dar un paseo a las tres de la tarde, nada más.
- ¡Me voy!
Aura cerró la puerta mientras se secaba el sudor de la frente alejandose de todas esas preguntas incómodas. No la gustaba mentir, y mas si se trataba de su hermana, siempre se contaban todo.
Sonó su móvil:
《 ¿Por qué tardas tanto? Estamos en la rotonda azul, te esperamos. Un beso, Farah.》
Se le había hecho muy tarde y mientras miraba el reloj, Aura empezó a correr para no hacer esperar más a sus amigas.
Iba a toda prisa por la calle, y como estaba pendiente de la hora, no se fijó que por la carretera circulaba un coche a mucha velocidad. Estaba apunto de cruzar el paso de cebra, sin darse cuenta de que el vehículo la iba a alcanzar. Se quedó paralizada y de repende, alguien la agarró por atrás impidiendo que cruzara. Aura volvió la cabeza para ver de quién se trataba, pero lo único que consiguió observar, fue la espalda de un chico bastante alto de melena oscura que vestía con una lujosa chaqueta negra, alejandose corriendo del lugar.
La joven suspiró.
No pudo saber de quién se trataba pero estaba en deuda con aquella persona por salvarle la vida. De no ser por ese chico, hubiera acabado atropellada en la carretera.
- ¿A qué se debe tu impuntualidad? No es normal en tí- dijo Farah enfadada.
- ¿Eh?- Aura seguía sin respiración.
- Tierra llamando a pelirroja... ¿por qué has tardado tanto?- preguntó Clío intrigada.
- Esque me entretuve viendo un gato muy bonito mientras que me dirigía hacia aquí. Perdonadme.
Las chicas suspiraron.
Aura no quiso decir nada de lo ocurrido para no preocuparlas.
- ¡Pongamonos en marcha!- exclamó con una sonrisa de oreja a oreja Clío mientras cogía a sus amigas llevandolas hacia casa de Andras.
Se escondieron tras unos bancos, esperando a que éste saliera de su gran casa.
Se pasaron una hora esperando, ya se daban por rendidas y cuando por fín se disponían a irse por aburrimiento, el joven salió haciendo bastante ruido, ya que la puerta estaba un poco oxidada.
Las cuatro le siguieron hasta un bar, donde se encontró con un amigo, rubio, con gafas, alto,de ojos oscuros y piel clara, al que Clío no dejaba de describir como "el buenorro, pero no lo suficiente".
- Me duelen las piernas de estar aquí agachada, ¿cuánto crees que tardará en salir de ahí? - se diriguió Farah a Elia.
- No lo sé, espero que...
- ¡Mirad! Ya salé- interrumpió Clío.
Acto seguido, Andras entró en una papelería, mientras que las otras se escondían tras unos coches.
La gente las miraba con una cara rara al pasar, como es muy normal estar agachadas detrás de un coche y hasta escondidas debajo de éste...
- ¡Me estoy poniendo perdida!- se quejó Aura.
- A ver... ¿para qué te metes bajo el coche?- respondió Elia con tono de burla
- Para tener mejores vistas...
El chico salió de la tienda veinte minutos después.
Las cuatro amigas le volvieron a seguir y no paraban de preguntarse por qué razón llevaba tantos papeles en la mano. ¿Para qué serían?
Andaron durante un buen rato hasta llegar al lago del pueblo. Y adivinad con quién había quedado...
- ¿¡Esa no es la chica de la plaza!?- rompió el silencio Farah.
- Mmm...pelo rubio , con gafas, bajita... si, es ella.- concluyó Clío.
Aura no habló en ningún momento, estaba concentrada mirando como hablaban Andras y su extraña amiga.
- Mira que es fea la tía...
- Calla Clío, que al final te van a escuchar.- la cortó Farah.
Estaban intrigadas, no sabían todavía ni de quién se trataba, ni de que estaban hablando, y mucho menos por qué le estaba dando los papeles.
Clío empezó a inclinarse hacia un lado, pisando...
- ¡AWWWWW!- gritó Farah.
Las chicas se sobresaltaron y miraron a Farah, que miraba a Clío con cara de pocos amigos.
- ¿¡Qué!?- gritó también Clío.
- ¡Me acabas de espachurrar el pie!
- Perdoneme Madame- burlandose.
Hubo un silencio muy incómodo, pero alguien lo rompió.
- ¿Puedo saber que estaís haciendo aquí?- preguntó Andras, delante de ellas.
Las chicas tragaron saliba mientras se miraban sin saber que decir. ¡Las habían pillado! Se quedaron mirando en silencio al muchacho y luego se fijaron en que la supuesta novia de éste ya se había ido.
- Ups...- dijeron todas, coloradas y con voz temblorosa.
Las entró la risa nerviosa mientras andaban hacia atrás y Andras hacia delante.
- ¡RETIRADAAAA!- gritó Clío, presa del pánico.
- Pero ¿qué?...- a Andras no le dió tiempo a terminar de hablar.
El grupo de "acosadoras" corrieron sin mirar atrás.
Cuando por fín estaban lo suficientemente lejos como para descansar, se sentaron en un banco.
Andras pensó que para ser chicas con tacones y botas altas, corrían muy rápido. No entendía nada. ¡Qué chicas más curiosas!, pensó mientras se alejaba del lago.
- Nos ha pillado...¡Qué vergüenza!- comenzó a decir Aura avergonzada.
- ¿Y ahora qué?- siguió Elia.
- Ahora nada. Nos ha pillado y ya está, tampoco es el fin del mundo- respondió Farah sin preocupación.
- Pues yo tengo hambre, ¿nos vamos a comer tortitas?- propuso Clío.
Todas asintieron y se dejaron llevar.
Entraron al mismo bar dónde horas ántes estuvo Andras.
Se sentaron en una mesa y minutos después, empezaron a comer tortitas como si no hubiera un mañana.
Aura no paraba de pensar en la vergüanza que había pasado y en qué estaría pensando Andras sobre ellas.
- Te noto rara, ¿estás bien?- se diriguió Elia a Aura.
- ¿Te vas a comer esa tortita?- preguntó Clío con la boca llena y los mofletes hinchados.
- Estoy bien, tranquilas. Pero no dejo de darle vueltas a lo de ántes y en que pensará él de nosotras...- suspiró - Y sí,te puedes comer mi tortita, no tengo mucho hambre.
- ¡Genial!
Farah y Elia miraron a Clío mientras la hacían señas moviendo la cabeza hacia Aura.
- Quería decir, que no te preocupes por lo que ha pasado ántes. Ya verás como mañana ni se acuerda.- intentó animarla.
Siguieron comiendo y hablando, pero Aura no estaba muy atenta a lo que las demás decían. Miraba a la nada, hasta que se dió cuenta de una cosa.
Se fijó en el lugar donde se sentó Andras anteriormente, había un papel al lado de una de las patas de la mesa.
- ¡Chicas! Mirad...
- Ya lo estamos viendo Aura- interrumpieron las demás.
Se quedaron mirandolo pensativas, y sin decir nada, Aura se levantó y se dispuso a cogerlo sin pensar.
- ¡Ala! Ya sabía yo que eras atrevida, pero no tanto como para levantarte tan bruscamente provocando que todo el mundo te mire acercandote con tanto descaro hacia una mesa vacía- reía Clío a carcajadas.
- ¿Qué es?- preguntaron las demás impacientes.
- Un número de telefono.
- ¿Llamamos?- dijo Clío muy interesada.
Se miraron indecisas.
Aura observaba intrigada el número de teléfono mientras sostenía el papel en sus manos sudorosas.





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