03 - Inexplicable

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Inoportuno.

Su presencia era algo inoportuno.

Pero más inoportuno era que se negaba a decirme algo tan simple como su nombre.

No negaré que algo de paranoia recorrió por mi mente en esos momentos.

El que siempre negara su nombre me hacía temblar, o incluso desconfiar de el.

Al principio lo ignoraba.

Le respondía cortante.

O le decía que me dejara sola, porque cuando había aparecido las primeras veces yo no estaba en mis mejores momentos de mi vida.

Ya que vivir en una casa sola y administrar todo por mi misma me tenía cansada y con mal humor.

Aparte de que su "secreto" me parecía desconcertante.

Si tuviera que decir quien es la persona más loca, el estaría en la lista con el puesto número uno.

Nunca he entendido su insistencia de querer estar a mi lado, tampoco su puntualidad con la que me visitaba diariamente.

Nunca olvidaré nuestra rarísima primera plática.

*Flash Back*

Que haces aquí? Quién eres?

Tenía tantas preguntas sin respuestas.

Regla número uno : No te puedo decir mi nombre hasta que haya llegado el final de mi presencia.
Y regla número dos: No hacer preguntas.

Pasé saliva nerviosa, estaba en la condena de su presencia por un tiempo en mi vida.

La condena de convivir con alguien quién sabía quien era yo, pero que yo no sabía quien era el.

Porque?

....

Esta bien, entendí.

Vas aprendiendo.

*Fin del flash back*

Hey, Miley - aquel chico me hizo volver a la realidad.

Mmm - volví a mirar la pantalla para observar que estaba jugando con el x-box, prosegui jugando con el mando en mis manos, y no se me escapó su mirada confusa que hizo en el momento.

Que te tenía tan distraída? - su tono de voz amable de siempre me tenía más que harta.

Aparte de que tenía el descaro de venir diariamente sin mi aprobación y aún más para nisiquiera ser cortés y decirme su nombre para conocerlo en lo mínimo.

Me preguntaba ami algo? Siendo que yo no podía preguntarle nada por sus estúpidas reglas?

Sinceramente ya me tenía mas que harta.

-Como puede ser posible que tu puedas preguntarme cosas y yo a ti no?

Ataque con fastidio.

Ya hablamos de eso, así son las reglas..

Contestó serio, odiaba esas reglas, no las podía entender y no me dejaban conocerlo más, solamente yo contaba  como era, mientras él, solo escuchaba.

Era realmente frustrante para mí, todos los días tenía la esperanza de que el me dijera algo que no sea un simple "Hola" "Como éstas" "Que pasa" "Estas ocupada"

Odiaba que fuera tan reservado y distante cuando yo tomaba la iniciativa de ser un poco más cercano a el.

Llega a mi casa todos los días, a las mismas horas, y todavía se digna a ser así conmigo?

ODIO ESAS ESTÚPIDAS REGLAS!

Le grité en el rostro, levantándome de el sillón con frustración, el no cambió su semblante serio y cabizbajo.

No me gusta que grites - comentó cabizbajo.

Y ami no me gusta que actues cortante conmigo.

.......

Ni me gusta que estés aquí.

......
Bien, me voy.

Mi vista se nublo sin dejarme ver el exterior, frote mis ojos para recuperar mi visión, pero cuando mis ojos se aclararon, el ya no estaba.

Exaltandome un poco sobre mis talones quietos, caminé asustada buscando a aquel chico con la mirada.

Lo que acababa de pasar no tenía sentido.

No era posible.

Como logro irse tan rápido?

No lo entendía.
No lo haría.
No habrá una explicación

Esperen....

Esto que acababa de ocurrir...

Es parecido a aquella vez...La primera vez que apareció en mi casa.

Tomé aire aún parada sobre mis pies temblando.

Y ahora que?

Con lo que acababa de pasar no podía estar tranquila.

Di ha conclusión un montón de supersticiones que estaban fuera de lo que creía y fuera de la realidad.

Sin alguna razón aparente mis palpitaciones y mis articulaciones eran más rápidas, fui a la cocina a tomar un vaso con agua con el fin de tranquilizarme de mi nerviosismo de este momento.

Tragué el agua de un sorbo rápido dejando el vaso con fuerza sobre la mesa que tenía un mantel negro que yo misma compré y decore.

Bajé la mirada para ver el mantel que tanto me fascinaba, pero mi entrecejo se juntó cuando vi un pequeño papel sobre el hermoso color negro.

Abrí el papelito doblado en dos, con la mínima idea de que fuera empecé a leer curiosa.

Perdóname, Miley.
Atte: T.

Solté el papel de mi mano, paralizada.

T?
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Ustedes en este momento.

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Nueva portada!

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No te lo diré. (Robleis y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora