XXVI.- DEL DIARIO DEL DOCTOR SEWARD

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  29 de octubre. Esto lo escribo en el tren, de Varna a Galatz. Ayer, por la noche, todos nosreunimos poco antes de la puesta del sol. Cada uno de nosotros había hecho su trabajo tan bien comopudo; en cuanto al pensamiento, a la dedicación y a la oportunidad, estamos preparados para todonuestro viaje y para nuestro trabajo cuando lleguemos a Galatz. Cuando llegó el momento habitual, laseñora Harker se preparó para su esfuerzo hipnótico, y después de un esfuerzo más prolongado y seriode parte de van Helsing de lo que era necesario usualmente, la dama entró en trance. De ordinario, laseñora hablaba con una sola insinuación, pero esa vez, el profesor tenía que hacerle preguntas yhacérselas de manera muy firme, antes de que pudiéramos saber algo; finalmente, llegó su respuesta:—No veo nada; estamos inmóviles; no hay olas, sino un ruido suave de agua que corre contra laestacha. Oigo voces de hombres que gritan, cerca y lejos, y el sonido de remos en sus emplazamientos.Alguien dispara una pistola en alguna parte; el eco del disparo parece muy lejano. Siento ruido de pasosencima y colocan cerca cadenas y sogas. ¿Qué es esto? Hay un rayo de luz; siento el aire que me da delleno.Aquí se detuvo. Se había levantado impulsivamente de donde había permanecido acostada, en eldiván, y levantó ambas manos, con las palmas hacia arriba, como si estuviese soportando un gran peso.Van Helsing y yo nos miramos, comprendiendo perfectamente. Quince y levantó las cejas un poco y lamiró fijamente, mientras Harker cerraba instintivamente su mano sobre la empuñadura de su kukri. Seprodujo una prolongada pausa. Todos sabíamos que el momento en que podía hablar estaba pasando,pero pensamos que era inútil decir nada. Repentinamente, se sentó y, al tiempo que abría los ojos, dijodulcemente:—¿No quiere alguno de ustedes una taza de té? Deben estar todos muy cansados.Drácula Bram Stoker208Deseábamos complacerla y, por consiguiente, asentimos. Salió de la habitación para buscar el té.Cuando nos quedamos solos, van Helsing dijo:—¿Ven ustedes, amigos míos? Está cerca de la tierra: ha salido de su caja de tierra. Perotodavía tiene que llegar a la costa. Durante la noche puede permanecer escondido en alguna parte, perosi no lo llevan a la orilla o si el barco no atraca junto a ella, no puede llegar a tierra. En ese caso puede, sies de noche, cambiar de forma y saltar o volar a tierra, como lo hizo en Whitby. Pero si llega el día antesde que se encuentre en la orilla, entonces, a menos que lo lleven a tierra, no puede desembarcar. Y si lodescargan, entonces los aduaneros pueden descubrir lo que contiene la caja. Así, resumiendo, si noescapa a tierra esta noche o antes de la salida del sol, perderá todo el día. Entonces, podremos llegar atiempo, puesto que si no escapa durante la noche, nosotros llegaremos junto a él durante el día y loencontraremos dentro de la caja y a nuestra merced, puesto que no puede ser su propio yo, despierto yvisible, por miedo de que lo descubran.No había nada más que decir, de modo que esperamos pacientemente a que llegara elamanecer, ya que a esa hora podríamos saber algo más, por mediación de la señora Harker.Esta mañana temprano, escuchamos, conteniendo la respiración, las respuestas que pudieradarnos durante su trance. La etapa hipnótica tardó todavía más en llegar que la vez anterior, y cuando seprodujo, el tiempo que quedaba hasta la salida del sol era tan corto que comenzamos a desesperarnos.Van Helsing parecía poner toda su alma en el esfuerzo; finalmente, obedeciendo a la voluntad delprofesor, la señora Harker dijo:—Todo está oscuro. Oigo el agua al mismo nivel que yo, y ciertos roces, como de madera sobremadera.Hizo una pausa y el sol rojizo hizo su aparición. Deberemos esperar hasta esta noche.Por consiguiente, estamos viajando hacia Galatz muy excitados y llenos de expectación.Debemos llegar entre las dos y las tres de la mañana, pero en Bucarest tenemos ya tres horas de retraso,de modo que es imposible que lleguemos antes de que el sol se encuentre ya muy alto en el cielo. ¡Asípues, tendremos todavía otros dos mensajes hipnóticos de la señora Harker! Cualquiera de ellos o ambospueden arrojar más luz sobre lo que está sucediendo.Más tarde. El sol se ha puesto ya. Afortunadamente, su puesta se produjo en un momento en elque no había distracción, puesto que si hubiera tenido lugar durante nuestra estancia en una estación, nohubiéramos tenido la suficiente calma y aislamiento. La señora Harker respondió a la influencia hipnóticatodavía con mayor retraso que esta mañana. Temo que su poder para leer las sensaciones del condeesté desapareciendo, y en el momento en que más lo necesitamos. Me parece que su imaginacióncomienza a trabajar. Mientras ha estado en trance hasta ahora, se ha limitado siempre a los hechossimples. Si esto puede continuar así, es posible que llegue a inducirnos a error. Si pensara que el poderdel conde sobre ella desaparecerá al mismo tiempo que el poder de ella para conocerlo a él, me sentiríafeliz, pero temo que no suceda eso. Cuando habló, sus palabras fueron enigmáticas:—Algo está saliendo; siento que pasa a mi lado como un viento frío. Puedo oír, a lo lejos, sonidosconfusos... Como de hombres que hablan en lenguas desconocidas; el agua que cae con fuerza yaullidos de lobos.Hizo una pausa y la recorrió un estremecimiento, que aumentó de intensidad durante unossegundos, hasta que, finalmente, temblaba como en un ataque. No dijo nada más; ni siquiera enrespuesta al interrogatorio imperioso del profesor. Cuando volvió del trance, estaba fría, agotada decansancio y lánguida, pero su mente estaba bien despierta. No logró recordar nada; preguntó qué habíadicho, y reflexionó en ello durante largo rato, en silencio.30 de octubre, a las siete de la mañana. Estamos cerca de Galatz ya y es posible que no tengatiempo para escribir más tarde. Todos esperamos ansiosamente la salida del sol esta mañana.Conociendo la dificultad creciente de procurar el trance hipnótico, van Helsing comenzó sus pases antesque nunca. Sin embargo, no produjeron ningún efecto, hasta el tiempo regular, cuando ella respondió con Gentileza de El Trauko http://go.to/trauko209una dificultad creciente, sólo un minuto antes de la salida del sol. El profesor no perdió tiempo eninterrogarla. Su respuesta fue dada con la misma rapidez:—Todo está oscuro. Siento pasar el agua cerca de mis orejas, al mismo nivel, y el raspar demadera contra madera. Oigo ganado a lo lejos. Hay otro sonido, uno muy extraño, como...Guardó silencio y se puso pálida, intensamente pálida.—¡Continúe, continúe! ¡Se lo ordeno! ¡Hable! —dijo van Helsing, en tono firme. Al mismo tiempo,la desesperación apareció en sus ojos, debido a que el sol, al salir, estaba enrojeciendo incluso el rostropálido de la señora Harker. Esta abrió los ojos y todos nos sobresaltamos cuando dijo dulcemente y, enapariencia, con la mayor falta de interés:—¡Oh, profesor! ¿Por qué me pide usted que haga lo que sabe que no puedo? ¡No recuerdonada! —entonces, viendo la expresión de asombro en nuestros ojos, dijo, volviéndose de unos a otros,con una mirada confusa—: ¡Qué les he dicho? ¿Qué he hecho? No sé nada; sólo que estaba acostadaaquí, medio dormida, cuando le oí decir a usted: "¡Continúe! ¡Continúe! ¡Se lo ordeno! ¡Hable!" Mepareció muy divertido oírlo a usted darme órdenes, ¡como si fuera una niña traviesa!—¡Oh, señora Mina! —dijo van Helsing tristemente—. ¡Eso es una prueba, si es necesaria, decómo la amo y la honro, puesto que una palabra por su bien, dicha con mayor sinceridad que nunca,puede parecer extraña debido a que está dirigida a aquella a quien me siento orgulloso de obedecer!Se oyen silbidos; nos estamos aproximando a Galatz. Estamos llenos de ansiedad.Del diario de Mina Harker30 de octubre. El señor Morris me condujo al hotel en el que habían sido reservadas habitacionespara nosotros por telégrafo, puesto que él no hablaba ninguna lengua extranjera y, por consiguiente, erael que resultaba menos útil. Las fuerzas fueron distribuidas en gran parte como lo habían sido en Varna,excepto que lord Godalming fue a ver al vicecónsul, puesto que su título podría servirle como garantíainmediata en cierto modo, ante el funcionario, debido a que teníamos una prisa extraordinaria. Jonathan ylos dos médicos fueron a ver al agente de embarque para conocer todos los detalles sobre la llegada delCzarina Catherine.Más tarde. Lord Godalming ha regresado. El cónsul está fuera y el vicecónsul enfermo; de modoque el trabajo de rutina es atendido por un secretario. Fue muy amable y ofreció hacer todo lo queestuviera en su poder.Del diario de Jonathan Harker30 de octubre. A las nueve, el doctor van Helsing, el doctor Seward y yo visitamos a los señoresMackenzie y Steinkoff, los agentes de la firma londinense de Hapgood. Habían recibido un telegrama deLondres, en respuesta a la petición telegráfica de lord Godalming, rogándoles que nos demostraran todala cortesía posible y que nos ayudaran tanto como pudieran. Fueron más que amables y corteses, y nosllevaron inmediatamente a bordo del Czarina Catherine, que estaba anclado en el exterior, en ladesembocadura del río. Allí encontramos al capitán, de nombre Donelson, que nos habló de su viaje. Nosdijo que en toda su vida no había tenido un viento tan favorable.—¡Vaya! —dijo—. Pero estábamos temerosos, debido a que temíamos tener que pagar con algúnaccidente o algo parecido la suerte extraordinaria que nos favoreció durante todo el viaje. No es corrientenavegar desde Londres hasta el Mar Negro con un viento en popa que parecía que el diablo mismoestaba soplando sobre las velas, para sus propios fines. Al mismo tiempo, no alcanzamos a ver nada. Encuanto nos acercábamos a un barco o a tierra, una neblina descendía sobre nosotros , nos cubría yviajaba con nosotros, hasta que cuando se levantaba, mirábamos en torno nuestro y no alcanzábamos aver nada. Pasamos por Gibraltar sin poder señalar nuestro paso, y no pudimos comunicarnos hasta quenos encontramos en los Dardanelos, esperando que nos dieran el correspondiente permiso. Al principio,me sentía inclinado a arriar las velas y a esperar a que la niebla se levantara, pero, entre tanto, pensé Drácula Bram Stoker210que si el diablo tenia interés en hacernos llegar rápidamente al Mar Negro, era probable que lo hiciera,tanto si nos deteníamos, como si no. Si efectuábamos un viaje rápido, eso no nos desacreditaría con losarmadores y no causaba daño a nuestro tráfico, y el diablo que habría logrado sus fines, estaríaagradecido por no haberle puesto obstáculos.Esta mezcla de simplicidad y astucia, de superstición y razonamiento comercial, entusiasmó avan Helsing, que dijo:—¡Amigo mío, ese diablo es mucho más inteligente de lo que muchos piensan y sabe cuándoencuentra la horma de su zapato!El capitán no se mostró descontento por el cumplido, y siguió diciendo:—Cuando pasamos el Bósforo, los hombres comenzaron a gruñir; algunos de ellos, los rumanos,vinieron a verme y me pidieron que lanzara por la borda una gran caja que había sido embarcada por unanciano de mal aspecto, poco antes de que saliéramos de Londres. Los había visto espiar al sujeto ese ylevantar sus dos dedos índices cuando lo veían, para evitar el mal ojo. ¡Vaya! ¡Las supersticiones de esosextranjeros son absolutamente ridículas! Los mandé a que se ocuparan de sus propios asuntosrápidamente, pero como poco después nos encerró la niebla otra vez, sentí en cierto modo que quizátuvieran un poco de razón, aunque no podría asegurar que fuera nuevamente la gran caja. Bueno,continuamos navegando y, aunque la niebla no nos abandonó durante cinco días, dejé que el viento noscondujera, puesto que si el diablo quería ir a algún sitio... Bueno, no habría de impedírselo. Y si no noscondujo él, pues, echaremos una ojeada de todos modos. En todo caso, tuvimos aguas profundas y unabuena travesía durante todo el tiempo, y hace dos días, cuando el sol de la mañana pasó entre la niebla,descubrimos que estábamos en el río, justamente frente a Galatz. Los rumanos estaban furiosos ydeseaban que, ya fuera con mi consentimiento o sin él, se arrojara la gran caja por encima de la borda, alrío. Tuve que discutir un poco con ellos, con una barra en la mano, y cuando el último de ellos abandonóel puente con la cabeza entre las manos, había logrado convencerlos de que con mal ojo o no, laspropiedades de mis patrones se encontraban mucho mejor a bordo de mi barco que en el fondo delDanubio. Habían subido la caja a la cubierta, disponiéndose a arrojarla al agua, y como estaba marcadaGalatz vía Varna, pensé que lo mejor sería dejarla allí, hasta que la descargáramos en el puerto y nosliberáramos de ella de todos modos. No hicimos mucho trabajo durante ese día, pero por la mañana, unahora antes de la salida del sol, un hombre llegó a bordo con una orden escrita en inglés y que le habíasido enviada de Londres, para recibir una caja que iba marcada para cierto conde Drácula.Naturalmente, todo estaba preparado para que se la llevara. Tenía los papeles en regla y me vicontento de deshacerme de esa maldita caja, puesto que yo mismo comenzaba a sentirme inquieto acausa de ella. Si el diablo tenía algún equipaje a bordo, estaba convencido de que solamente podríatratarse de aquella caja.—¿Cómo se llamaba el hombre que se llevó esa caja? —preguntó el doctor van Helsing,dominando su ansiedad.—¡Voy a decírselo enseguida! —respondió y, bajando a su camarote, nos mostró un recibofirmado por "Immanuel Hildesheim". La dirección era Burgenstrasse 16.Descubrimos que eso era todo lo que conocía el capitán, de modo que le dimos las gracias, y nosfuimos.Encontramos a Hildesheim en sus oficinas; era un hebreo del tipo del Teatro Adelphi, con unanariz como de carnero y un fez. Sus argumentos estuvieron marcados por el dinero, nosotros hicimos laoferta y al cabo de ciertos regateos, terminó diciéndonos todo lo que sabía. Eso resultó simple, pero muyimportante. Había recibido una carta del señor de Ville, de Londres, diciéndole que recibiera, si posibleantes del amanecer, para evitar el paso por las aduanas, una caja que llegaría a Galatz en el CzarinaCatherine. Tendría que entregarle la citada caja a un tal Petrof Skinsky, que comerciaba con loseslovacos que comercian río abajo, hasta el puerto. Había recibido el pago por su trabajo en la forma deun billete de banco inglés, que había sido convenientemente cambiado por oro en el Banco Internacionaldel Danubio. Cuando Skinsky se presentó ante él, le había entregado la caja, después de conducirlo albarco, para evitarse los gastos de descarga y transporte. Eso era todo lo que sabía.Entonces, buscamos a Skinsky, pero no logramos hallarlo.Gentileza de El Trauko http://go.to/trauko211Uno de sus vecinos, que no parecía tenerlo en alta estima, dijo que se había ido hacía dos días yque nadie sabía adónde. Eso fue corroborado por su casero, que había recibido por medio de un enviadoespecial la llave de la casa, al mismo tiempo que el importe del alquiler que le debía, en dinero inglés.Eso había sucedido entre las diez y las once de la noche anterior. Estábamos nuevamente en un callejónsin salida.Mientras estábamos habl ando, un hombre se acercó corriendo y, casi sin aliento, dijo que habíanencontrado el cuerpo de Skinsky en el interior del cementerio de San Pedro y que tenía la gargantadestrozada, como si lo hubiera matado algún animal salvaje. Los hombres y las mujeres con quieneshabíamos estado hablado salieron corriendo a ver aquello, mientras las mujeres gritaban:—¡Eso es obra de un eslovaco!Nos alejamos de allí apresuradamente, para no vernos envueltos en el asunto y que nosinterrogaran.Cuando llegamos a la casa, no pudimos llegar a ninguna solución definida.Estábamos convencidos de que la caja estaba siendo transportada por el agua hacia algún lugar,pero tendríamos que descubrir hacia dónde. Con gran tristeza, volvimos al hotel, para reunirnos conMina.Cuando nos reunimos todos, lo primero que consultamos fue si debíamos volver a depositarnuestra confianza en Mina, revelándole todos los secretos de nuestras conferencias. La situación esbastante crítica, y esa es por lo menos una oportunidad aunque un poco arriesgada. Como pasopreliminar, fui eximido de la promesa que le había hecho a ella.Del diario de Mina Harker30 de octubre, por la noche. Estaban todos tan cansados, desanimados y tristes, que no eraposible hacer nada sin que antes descansaran; por consiguiente, les pedía todos que se acostarandurante media hora, mientras yo lo escribo todo, poniendo al corriente los diarios hasta el momentoactual. Me siento muy agradecida hacia el inventor de la máquina de escribir portátil y hacia el señorMorris, que me consiguió ésta. El trabajo se me hubiera hecho un poco pesado si hubiera tenido queescribirlo todo con la pluma...Todo está hecho; pobre y querido Jonathan, ¡cuánto ha sufrido y cuanto debe estar sufriendotodavía! Está tendido en el diván y apenas se nota que respire; todo su cuerpo parece ser víctima de uncolapso. Tiene el ceño fruncido y su rostro refleja claramente su sufrimiento. Pobre hombre, quizá estápensando y puedo ver su rostro arrugado, a causa de sus reflexiones. ¡Si pudiera serles de algunautilidad...! Haré todo lo posible.Le he preguntado al doctor van Helsing, y él me ha entregado todos los papeles que no he vistoaún... Mientras ellos descansan, voy a examinar cuidadosamente todos los documentos, y es posible quellegue a alguna conclusión. Debo tratar de seguir el ejemplo del profesor, y pensar sin prejuicios en loshechos que tengo ante mí...Creo que, gracias a la Divina Providencia, he hecho un descubrimiento. Tengo que conseguir unmapa, para verificarlo...Estoy más segura que nunca de que tengo razón. Mi nueva conclusión está preparada, de modoque tengo que reunir a todos nuestros amigos para leérsela. Ellos podrán juzgarla. Es bueno serprecisos, y todos los minutos cuentan.Memorando de Mina Harker (Incluido en su diario)Base de encuesta. El problema del conde Drácula consiste en regresar a su hogar.a) Debe ser llevado hasta allá por alguien. Esto es evidente, puesto que si tuviera poder paradesplazarse como quisiera, lo haría en forma de hombre, de lobo, de murciélago o de cualquier otro Drácula Bram Stoker212animal. Evidentemente, teme que lo descubran o que le pongan obstáculos, en el estado de desamparoen que debe encontrarse..., confinado como está, entre el alba y la puesta del sol, en su caja de madera.b) ¿Cómo puede ser transportado? En este caso, el procedimiento del razonamiento poreliminación puede sernos útil. ¿Por tren, por carretera, por agua?1. Por carretera. Hay demasiadas dificultades, especialmente para salir de la ciudad.x) Hay gente; la gente es curiosa e investiga. Una idea, una duda o una suposición respecto a loque hay en la caja puede significar su destrucción.y) Hay, o puede haber, aduanas o puestos de control por donde haya que pasar.z) Sus perseguidores pueden seguirlo. Ese es su mayor temor, y con el fin de no ser traicionadoha repelido, tan lejos como puede hacerlo, incluso a su víctima... ¡A mí!2. Por tren. No hay nadie que se encargue de la caja. Tendría que correr el riesgo de retrasarse,y un retraso sería fatal para él, puesto que sus enemigos lo persiguen. Es cierto que podría huir denoche, pero, ¿qué sería de él al encontrarse en un lugar extraño, sin poder ir a ningún refugio? No es esolo que desea, y no está dispuesto a arriesgarse a eso.3. Por agua. Este es el camino más seguro en cierto modo, pero el que mayor peligro encierra enotros aspectos. Sobre el agua, carece de poder, con excepción de por la noche; incluso entonces,solamente puede atraer la niebla, la tormenta, la nieve y a sus lobos. Pero en caso de accidente, lasaguas vivas lo sumergirían y estaría realmente perdido. Podría hacer que su barca llegara a la orilla, perosi se encontraba en tierras enemigas, donde no estaría en libertad de desplazarse, su situación seríatodavía desesperada.Sabemos por lo sucedido hasta ahora que estaba en el agua; así pues, nos queda por averiguaren qué aguas.Lo primero de todo es comprender lo que ha hecho hasta ahora; entonces tendremos una ideasobre cuál debe ser su tarea.Primeramente. Debemos diferenciar entre lo que hizo en Londres, como parte de su plan general,cuando tenía prisa a veces y tenía que arreglárselas lo mejor posible.En segundo lugar debemos ponernos, lo mejor que podamos, a juzgar por los hechos queconocemos, que ha hecho aquí.En cuanto al primer punto, evidentemente pensaba llegar a Galatz, y envió la caja a Varna paraengañarnos, por si averiguábamos sus medios para huir de Inglaterra; entonces, su propósito inmediato yúnico era escapar. Para probar todo eso, tenemos la carta de instrucciones enviada a ImmanuelHildesheim, en el sentido de que debía recoger la caja y desembarcarla antes de la salida del sol.Asimismo, las instrucciones a Petrof Skinsky. En este caso, solamente podemos adivinar, pero debehaber habido alguna carta o mensaje, puesto que Skinsky fue a ver a Hildesheim.Así, hasta ahora, sabemos que sus planes han tenido éxito. El Czarina Catherine hizo un viajeextraordinariamente rápido... A tal punto, que las sospechas del capitán Donelson fueron despertadas,pero su superstición, unida a su inercia, sirvieron al conde y navegó con viento propicio a través de laniebla y todo lo demás, llegando a ciegas a Galatz. Ha sido probado que las disposiciones del conde hansido bien tomadas. Hildesheim recibió la caja, la sacó del barco y se la entregó a Skinsky. Este la tomó...y aquí es donde se pierde la pista. Solamente sabemos que la caja se encuentra en algún lugar, sobre elagua, desplazándose. La aduana y la oficina de consumos, si existe, han sido evitadas.Ahora llegamos a lo que el conde debió hacer después de su llegada a tierra, en Galatz.La caja le fue entregada a Skinsky antes de la salida del sol. Al salir éste, el conde podíaaparecerse en su verdadera forma. Aquí preguntamos: ¿por qué fue escogido Skinsky para que llevara acabo esa tarea? En el diario de mi esposo está indicado el tal Skinsky como un individuo que traficabacon los eslovacos que comerciaban por el río, hasta el puerto; y el grito de las mujeres, de que el crimenhabía sido cometido por eslovacos, mostraba el sentimiento general en contra de los de su clase. Elconde deseaba aislamiento.Gentileza de El Trauko http://go.to/trauko213Yo supongo que, en Londres, el conde decidió regresar a su castillo por el agua, puesto que ésteera el camino más seguro y secreto. A él lo llevaron desde el castillo los cíngaros, y probablementeentregaron su carga a eslovacos, que la llevaron a Varna, donde fue embarcada con destino a Londres.Así, el conde conocía a las personas que podían efectuar ese servicio. Cuando la caja estaba en tierra,antes de la salida del sol o después de su puesta, salió de su caja, se reunió con Skinsky y le dioinstrucciones sobre lo que tenía que hacer respecto a encontrar alguien que pudiera transportar la cajapor el río. Cuando Skinsky lo hizo, y el conde supo que todo estaba en orden, se dio a la tarea de borrarlas pistas, asesinando a su agente.He examinado los mapas y he descubierto que el río más apropiado para que los eslovacoshayan ascendido por él es el Pruth o el Sereth. He leído en el manuscrito que en mis momentos de tranceoí vacas a lo lejos y el ruido del agua al nivel de mis oídos, así como también el ruido de roce de maderacontra madera. Entonces, eso quiere decir que el conde, en su caja, viajaba sobre el río, en una barcaabierta..., impulsada probablemente por medio de remos o flotadores, ya que los bancos se encuentrancerca y navega contra la corriente. No se producirían esos ruidos si avanzara al mismo tiempo que lacorriente.Naturalmente, debe tratarse, ya sea del Sereth o del Pruth; pero, en este punto, podemosinvestigar algo más. El Pruth es el más fácil para la navegación, pero el Sereth, en Fundu, recibe alBistritza, que corre en torno al Paso Borgo. La curva que describe se encuentra manifiestamente tancerca del castillo de Drácula como es posible llegar por agua.Del Diario de Mina Harke (continuación)Cuando concluí la lectura, Jonathan me tomó en sus brazos y me abrazó; los demás me tomaronde ambas manos, me sacudieron y el doctor van Helsing dijo:—Nuestra querida señora Mina es, una vez más, nuestra maestra. Sus ojos se han posado endonde nosotros no habíamos visto nada. Ahora, estamos nuevamente sobre la pista y, esta vez,podemos triunfar. Nuestro enemigo se encuentra en su punto más débil y, si podemos alcanzarlo de día,sobre el agua, nuestra tarea habrá concluido. Tiene cierta ventaja, pero no puede apresurarse, ya que nopuede abandonar su caja con el fin de no despertar sospechas entre quienes lo transportan; en el casode que ellos sospecharan algo, su primera reacción sería la de arrojarlo inmediatamente por la borda, yperecería en el agua. Naturalmente, él sabe eso y no puede exponerse. Ahora, amigos, celebremosnuestro consejo de guerra, puesto que es preciso que proyectemos aquí mismo, en este preciso instante,lo que cada uno de nosotros debe hacer.—Voy a conseguir una lancha de vapor para seguirlo —dijo lord Godalming.—Y yo caballos para perseguirlo por tierra, en el caso de que desembarque por casualidad —dijoMorris.—¡Bien! —dijo el profesor—. Ambos tienen razón, pero ninguno deberá ir solo.Debemos tener fuerzas para vencer a otras fuerzas, en caso necesario; los eslovacos son fuertesy rudos, y van bien armados.Todos los hombres sonrieron, ya que llevaban sobre ellos un pequeño arsenal.—He traído varios Winchester —dijo el señor Morris—. Pueden usarse muy bien en medio de unamultitud y, además, hay lobos, El conde, si lo recuerdan ustedes, tomó otras precauciones; dio ciertasinstrucciones que la señora Harker no pudo oír ni comprender. Debemos estar preparados para todo.—Creo que lo mejor será que vaya yo con Quincey —dijo el doctor Seward—. Estamosacostumbrados a cazar juntos, y los dos, bien armados, podemos ser enemigos de cuidado paracualquiera que se nos ponga enfrente. Usted tampoco debe ir solo, Art. Puede ser necesario lucharcontra los eslovacos, y un golpe de suerte, ya que no creo que lleven armas de fuego, puede hacerfracasar todos nuestros planes. No debemos correr riesgos esta vez; no descansaremos en tanto lacabeza y el cuerpo del conde no hayan sido separados y estemos seguros de que no va a poderreencarnar.Drácula Bram Stoker214Miró a Jonathan, al tiempo que hablaba, y mi esposo me miró a mí. Comprendí que el pobrehombre estaba desesperado. Naturalmente, deseaba estar conmigo; pero, en todo caso, el grupo quepartiría en la lancha sería el que más probabilidades tendría de destruir al..., al... vampiro (¿por qué dudoen escribir la palabra?). Guardó silencio un momento y el doctor van Helsing intervino, diciendo:—Amigo Jonathan, eso le corresponde, por dos razones: primeramente, porque es usted joven,valeroso y puede pelear. Todas las fuerzas pueden ser necesarias en el momento final; además, tieneusted el derecho a destruirlo, puesto que tanto les ha hecho sufrir, a usted y a los suyos. No tema por laseñora Mina; yo la cuidaré, si puedo. Soy viejo y mis piernas no me permiten correr ya como antes;además, no estoy acostumbrado a cabalgar un trecho tan prolongado para perseguir al conde, comopuede ser necesario, ni a luchar con armas mortales. Y puedo morir, si es necesario, tan bien como loshombres más jóvenes. Déjenme decirles que lo que deseo es lo siguiente: mientras usted, lordGodalming y nuestro amigo Jonathan, avanzan con tanta rapidez en su hermosa lancha de vapor, ymientras John y Quincey guardan la ribera, donde por casualidad puede haber desemba rcado Drácula,voy a llevar a la señora Mina exactamente al territorio del enemigo. Mientras el viejo zorro se encuentraencerrado en su caja, flotando en medio de la corriente del río, donde no puede escapar a tierra, y dondeno puede permitirse levantar la cubierta de su caja, debido a que quienes lo transportan lo arrojarían alagua y lo dejarían perecer en ella, debemos seguir la pista recorrida por Jonathan. Desde Bistritz, sobreel Borgo, y tenemos que encontrar el camino hacia el castillo del conde de Drácula. Allí, el poderhipnótico de la señora Mina podrá ayudarnos seguramente, y nos pondremos en camino, que es oscuro ydesconocido, después del primer amanecer inmediato a nuestra llegada a las cercanías de ese tétricolugar. Hay mucho quehacer, y otros lugares en que poder santificarse, para que ese nido de víboras seadestruido.En ese momento, Jonathan lo interrumpió, diciendo ardientemente:—¿Quiere usted decir, profesor, que va a conducir a Mina, en su triste estado y estigmatizadacomo está con esa enfermedad diabólica, a la guarida del lobo para que caiga en una trampa mortal? ¡Deninguna manera! ¡Por nada del mundo!Durante un minuto perdió la voz y continuó, más adelante:—¿Sabe usted cómo es ese lugar? ¿Ha visto usted ese terrible antro de infernales infamias...donde la misma luz de la luna está viva y adopta toda clase de formas, y en donde toda partícula de polvoes un embrión de monstruo? ¿Ha sentido usted los labios del vampiro sobre su cuello?Se volvió hacia mí, fijó los ojos en mi frente y levantó los brazos, gritando:—¡Dios mío!, ¿qué hemos hecho para que hayas enviado este horror sobre nosotros? —y sedesplomó sobre el diván, sintiéndose destrozado.La voz del profesor, con su tono dulce y claro, que parecía vibrar en el aire, nos calmó a todos.—Amigo mío, es porque quiero salvar a la señora Mina de ese horror por lo que quiero llevarlaallí. Dios no permita que la introduzca en ese lugar. Hay cierto trabajo; un trabajo terrible que hay quehacer allí, y que los ojos de ella no deben ver. Todos los hombres presentes, excepto Jonathan, hemosvisto qué vamos a tener que hacer antes de que ese lugar quede purificado. Recuerde que nosencontramos en medio de un peligro terrible. Si el conde huye de nosotros esta vez, y hay que tener encuenta que es fuerte, inteligente y hábil, puede desear dormir durante un siglo, y a su debido tiempo,nuestra querida dama —me tomó de la mano irá a su lado para acompañarlo, y será como las otras quevio usted, Jonathan. Nos ha descrito usted todo lo referente a sus labios glotones y a sus risas horribles,cuando se llevaban el saco que se movía y que el conde les había arrojado. Usted se estremece, pero esalgo que puede suceder. Perdone que le cause tanto dolor, pero es necesario. Amigo mío, ¿no se tratade una empresa en la que probablemente tendré que perder la vida? En el caso de que alguno denosotros deba ir a ese lugar para quedarse, tendré que ser yo, para hacerles compañía.—Haga lo que guste —dijo Jonathan, con un sollozo que hizo que temblara todo su cuerpo.¡Estamos en las manos de Dios!Más tarde. Me hizo mucho bien ver el modo en que esos hombres valerosos trabajan. ¿Cómo esposible que las mujeres no amen a hombres que son tan sinceros, francos y valerosos? Asimismo, pensé Gentileza de El Trauko http://go.to/trauko215en el extraordinario poder del dinero. ¿Qué no puede hacer cuando es aplicado correctamente?, ¿qué nopuede conseguir cuando es usado de manera baja? Me siento muy contenta de que lord Godalming seatan rico y de que tanto él como el señor Morris, que posee también mucho dinero, estén dispuestos agastarlo con tanta liberalidad. Ya que, de no ser así, nuestra expedición no hubiera podido ponerse enmarcha, ni tan rápidamente ni con tan buen equipo, como va a hacerlo dentro de otra hora. No hanpasado todavía tres horas desde que se decidió qué parte íbamos a desempeñar cada uno de nosotros, yahora, lord Godalming y Jonathan, tienen una hermosa lancha de vapor, y están dispuestos a partir encualquier momento.El doctor Seward y el señor Morris tienen media docena de excelentes caballos, todospreparados. Poseemos todos los mapas y las ampliaciones de todos tipos que es posible conseguir. Elprofesor van Helsing y yo deberemos salir esta noche, a las once y cuarenta minutos, en tren, con destinoa Veresti, en donde conseguiremos una calesa que nos conduzca hasta el Paso del Borgo. Llevamosencima una buena cantidad de dinero, ya que tendremos que comprar la calesa y los caballos.Deberemos conducirla nosotros mismos, puesto que no hay nadie en quien podamos confiar en estecaso. El profesor conoce muchas lenguas, de modo que podremos salir adelante sin demasiadasdificultades. Todos tenemos armas, e incluso me consiguieron a mí un revolver de cañón largo; Jonathanno se sentía tranquilo, a menos que fuera armada como el resto de ellos. Pero no puedo llevar un armaque llevan los demás; el estigma sobre mi frente me lo prohíbe. El querido doctor van Helsing meconsuela, diciéndome que estoy bien armada, puesto que es posible que encontremos lobos. El tiempose está haciendo cada hora que pasa más frío y hay copos de nieve que flotan en el aire, como malospresagios.Más tarde. Me armé de valor para despedirme de mi querido esposo. Es posible que no volvamosa vernos nunca más. ¡Valor, Mina! El profesor te está mirando fijamente y esa mirada es una advertencia.No debes derramar lágrimas ahora..., a menos que Dios permita que sean de alegría.Del diario de Jonathan Harker30 de octubre, por la noche. Estoy escribiendo esto a la luz que despide la caldera de la lanchade vapor; lord Godalming está haciendo de fogonero. Tiene experiencia en el trabajo, puesto que tuvodurante muchos años una lancha propia en el Támesis y otra en Norfolk Broads. Con relación a nuestrosplanes, hemos decidido finalmente que las suposiciones de Mina eran pertinentes y que si el conde habíaescogido una vía acuática para regresar a su castillo, debía tratarse necesariamente del río Sereth y delBistritza. Supusimos que en algún lugar cerca del grado cuarenta y siete de latitud norte sería el escogidopara atravesar el país entre el río y los Cárpatos. No teníamos miedo de avanzar a buena velocidad sobreel río, en plena noche; el agua es profunda y las orillas están lo suficientemente separadas de nosotroscomo para que podamos navegar tranquilamente y sin dificultades, incluso en la oscuridad. LordGodalming me dice que duerma un rato; que es suficiente por el momento que se quede uno de nosotrosde guardia. Pero no puedo dormir... ¿Cómo iba a poder hacerlo, con el terrible peligro que pesa sobre miquerida esposa y al pensar que se dirige hacia ese maldito lugar...? Mi único consuelo es que estamosen las manos de Dios. Lo malo es que, con esa fe, sería más fácil morir que continuar viviendo, paraterminar de una vez con todas estas preocupaciones. El señor Morris y el doctor Seward salieron parahacer su enorme recorrido a caballo, antes de que nosotros nos pusiéramos en marcha; debenmantenerse sobre la orilla del río, a bastante distancia, sobre las tierras altas, como para que puedan veruna buena extensión del río sin necesidad de seguir sus meandros. Para las primeras etapas, llevanconsigo a dos hombres, para que conduzcan a sus caballos de refresco... Cuatro en total, con el fin de nodespertar la curiosidad. Cuando despidan a los hombres, lo cual sucederá bastante pronto, deberáncuidar ellos mismos de los caballos. Es posible que necesitemos unirnos todos y, en ese caso, todospodremos montar en los caballos... Una de las sillas de montar tiene un pomo móvil, que puedeadaptarse para Mina, en caso necesario.Hemos emprendido una aventura terrible. Aquí, mientras avanzamos en medio de la oscuridad,sintiendo la frialdad del río que parece levantarse para golpearnos, rodeados de todas las vocesmisteriosas de la noche, vemos todo claramente. Parecemos ir hacia lugares desconocidos, por rutasdesconocidas, y entrar en un mundo nuevo de objetos oscuros y terribles. Godalming está cerrando lapuerta de la caldera... Drácula Bram Stoker21631 de octubre. Continuamos avanzando a buena velocidad. Ha llegado el día y Godalming estádurmiendo. Yo estoy de guardia. La mañana está muy fría y resulta muy agradable el calor que sedesprende de la caldera, a pesar de que llevamos gruesas chaquetas de piel. Hasta ahora, solamentehemos pasado a unos cuantos botes abiertos, pero ninguno de ellos tenía a bordo ninguna caja deequipo de ninguna clase, de tamaño aproximado a la que estamos buscando. Los hombres se asustabansiempre que volvimos nuestra lámpara eléctrica hacia ellos, se arrodillaban y oraban.1 de noviembre, por la noche. No hemos tenido noticias en todo el día ni hemos encontrado nadadel tipo que buscamos. Ya hemos pasado Bistritza, y si nos equivocamos en nuestras suposiciones,habremos perdido la oportunidad. Hemos observado todas las embarcaciones, grandes y pequeñas. Estamañana, temprano, la tripulación de uno de ellos creyó que éramos una nave del gobierno, y nos tratómuy bien. Vimos en ello, en cierto modo, un mejoramiento de nuestra situación; así, en Fundu, donde elBistritza converge en el Sereth. Conseguimos una bander a rumana que ahora llevamos en la proa. Estetruco ha tenido éxito en todos los botes que hemos encontrado a continuación; todos nos han mostradouna gran deferencia y nadie ha objetado nada sobre lo que deseábamos inspeccionar o preguntar. EnFundu no logramos noticias sobre ningún barco semejante, de modo que debió pasar por allí de noche.Siento mucho sueño; el frío me está afectando quizá, y la naturaleza necesita reposar de vez en cuando.Godalming insiste en que él se encargará del primer cuarto de guardia. Dios lo bendiga por todas susbondades para con Mina y conmigo.2 de noviembre, por la mañana. El día está muy claro. Mi buen amigo no quiso despertarme. Dijoque hubiera considerado eso como un pecado, ya que estaba dormido pacíficamente y, por el momento,me olvidaba de mis pesares. Me pareció algo desconsiderado el haber dormido tanto tiempo y dejarlovelando durante toda la noche, pero tenía razón. Soy un hombre nuevo esta mañana y, mientraspermanezco sentado, viéndolo dormir a él, puedo ocuparme del motor, del timón y de la vigilancia. Sientoque mis fuerzas y mis energías están volviendo a mí. Me pregunto dónde estarán ahora Mina y vanHelsing. Debieron llegar a Veresti aproximadamente al mediodía del miércoles. Necesitarían cierto tiempopara conseguir la calesa y los caballos, de modo que si se habían puesto en marcha, avanzando conrapidez, estarían ya cerca del Paso del Borgo. ¡Que Dios los ayude y los cuide! Temo pensar en lo quepueda suceder. ¡Si pudiéramos avanzar con mayor rapidez! Pero no es posible. Los motores estántrabajando a plena capacidad, y no es posible pedirles más. Me pregunto también cómo se encuentran elseñor Morris y el doctor Seward. Parece haber interminables torrentes que bajan de las montañas hastael río, pero como ninguno de ellos es demasiado ancho..., en este momento cuando menos, aun cuandosean indudablemente terribles en invierno y cuando se derrite la nieve, los jinetes no encontrarán grandesdificultades para cruzarlos. Espero alcanzar a verlos antes de llegar a Strasba, puesto que si paraentonces no hemos atrapado al conde, será quizá preciso que nos reunamos para decidir qué vamos ahacer a continuación.Del diario del doctor Seward2 de noviembre. Llevamos tres días galopando. No hay nada nuevo y, de todos modos, nohubiera tenido tiempo para escribir nada, en caso de que hubiera habido algo.Solamente tomamos los descansos necesarios para los caballos, pero ambos lo estamossoportando muy bien. Los días en que corríamos tantas aventuras están resultando muy útiles. Debemoscontinuar adelante; nunca nos sentiremos contentos en tanto no volvamos a ver la lancha.3 de noviembre. En Fundu nos enteramos de que la lancha había ido por el Bistritza. Deseé queno hiciera tanto frío. Había señales de que nevaría, y si la nieve cayera con mucha fuerza, nos detendría.En ese caso, tendremos que conseguir un trineo para continuar, al estilo ruso.4 de noviembre. Hoy nos enteramos de que la lancha fue detenida por un accidente, cuandotrataba de ascender por los rápidos . Los botes eslovacos suben bien, con la ayuda de una cuerda y Gentileza de El Trauko http://go.to/trauko217dirigiéndolos correctamente. Algunos de ellos ascendieron sólo unas horas antes. Godalming era unajustador aficionado y, evidentemente, fue él quien puso la lancha en marcha otra vez. Finalmente,consiguieron cruzar los rápidos, con ayuda de los habitantes, y acaban de emprender la marcha,descansados. Temo que la lancha no mejoró mucho con el accidente; los campesinos nos informaronque después de que volvió nuevamente a aguas tranquilas, seguía deteniéndose de vez en cuando,mientras permaneció a la vista. Debemos avanzar con mayor brío que nunca; es posible que prontonecesiten nuestra ayuda.Del diario de Mina Harker31 de octubre. Llegamos a Veresti por la tarde. El profesor me dice que esta mañana, alamanecer, a duras penas pudo hipnotizarme, y que todo lo que pude decir fue: "oscuro y tranquilo".Ahora está fuera, comprando una calesa y caballos; dice que más tarde tratará de comprar más caballos,de manera que podamos cambiarlos en el camino. Nos quedan todavía ciento diez kilómetros porrecorrer. El paisaje es precioso y muy interesante; si nos encontráramos en diferentes circunstancias,¡qué encantador resultaría contemplar todo esto! Si Jonathan y yo viajáramos solos por estas tierras, ¡quéplacer sería! Podríamos detenernos, veríamos a la gente, aprenderíamos algo sobre ella y llenaríamosnuestras mentes con todo lo pintoresco y el colorido del campo salvaje y hermoso y las personas tansingulares. Pero, ¡ay...!Más tarde. El doctor van Helsing ha regresado. Consiguió la calesa y los caballos; vamos acenar, y emprenderemos el viaje dentro de una hora. La casera nos está preparando una enorme canastade provisiones; parece ser suficiente para toda una compañía de soldados. El profesor la anima y me diceen susurros que es posible que pase una semana antes de que podamos volver a obtener alimentos. Eltambién ha estado de compras, y ha enviado a su casa un conjunto maravilloso de abrigos y pellizas ytoda clase de ropa de abrigo. No tendremos ningún peligro de sentir frío.Pronto nos pondremos en marcha. Temo pensar en lo que puede sucedernos; verdaderamente,estamos en las manos de Dios; solamente Él sabe lo que puede suceder y le ruego, con toda la fuerza demi alma triste y humilde, que cuide a mi amado esposo; que, suceda lo que suceda, Jonathan puedasaber que lo amo y que lo he honrado más d  

Dracula (Con Resumen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora