Capitulo 9

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Ángel regresó a la sala después de unos minutos con el semblante mucho más sosegado que antes, tomó asiento junto a Dani que se encontraba con las piernas estiradas y los ojos cerrados. En todo el tiempo que estuvo corriendo jamás se percató del punzón creciente en su tobillo, era ahora cuando ya descansaba que empezaba a notarlo, ya no como una simple punzada si no como un martillazo. Tenía el ceño fruncido debido al dolor.

-¿Qué sucede, Danielle? -Preguntó Ángel al tiempo que le colocaba una mano en el hombro.

-El tobillo me está matando -Se quejó ésta.

Al otro lado Micka bufó poniéndose de pie. Le había dicho antes que si quería la podía cargar en el camino de subir las escaleras y Danielle se negó rotundamente, su gran orgullo de corredora y de mujer no la dejaba aceptar ninguna ayuda física que Micka pudiera brindarle. Si ya se había dejado ayudar en el hospital fue por suerte.

-Te dije que podía cargarte. -Recordó Micka con el fin de hacerla sentir culpable, y lo logró.

-No empieces con los 'te lo dije' que ya no sirven, Micka. -Reprendió Ángel mientras le acariciaba la cabeza a Danielle.- Ayúdame a llevarla a la habitación para que descanse. -completó.

Micka asintió, se acercó a ellas con rapidez para así no tener que soportar los rechazos próximos de Dani, la levantó del mueble con ayuda de sus brazos, los únicos que portaban ayuda en ese momento porque Danielle se había vuelto pesada y rígida como una roca para que Micka no la cargase. Danielle empezó a quejarse sin articular palabra alguna, solo gemía, se movía y trataba de decirle que la suelte pero Micka no lo hizo, así como ella tampoco dijo nada porque el dolor no se lo permitía. Por un momento Micka pensó en agradecerle al tobillo por haberse torcido. Esperó a que se quedara quieta para avanzar hasta la habitación de huéspedes en casa de Ángel.

. La colocó sobre la cama con sumo cuidado antes de susurrarle al oído: -Quiero que descanses, duerme lo necesario. Estaremos a salvo.

No tuvo que insistir muchas veces para que Danielle lo obedeciera, se encontraba tan cansada que se durmió simplemente al cerrar los ojos.

''La camioneta de color rojo se acercaba hacia ella con velocidad. La pierna no le respondía, y a sus gritos de auxilio tampoco nadie lo hacía. Se estaba desesperando. Trato de incorporarse una vez más, pero cayó al mero intento. Miró hacia al frente otra vez con la esperanza de que el auto se haya desviado, sin embargo, este no se detenía. Una lágrima brotó de sus ojos, al tiempo que la vista se le volvía de completo rojo, antes de entregarse a una muerte segura pudo ver, dentro de la camioneta, a una conocida figura.''

Danielle se despertó de golpe por el escándalo proveniente de afuera de la habitación.

-¡Ella no está aquí! -Escuchó que Micka gritaba.

-Sí que lo está, -contestó con voz muy calmada Angel.- pueden ir a revisar a la habitación, les aseguro que la encuentran ahí.

A Danielle se le congeló la sangre, se le secó la boca y cuando oyó la voz de su tío pensó que se había vuelto loca.

-Micka, Micka, Micka -decía William con tono de pena.- ¿Haz caído en las redes de Danielle? Admito que es difícil no hacerlo pero creía que eras un hombre mucho más inteligente.

-No quiero que la lastimen. -sollozó Micka.

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Créditos a: Jamie Patricia Celi Andrade

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Las quiero

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