Aliada con el enemigo

Capitulo 6

-Micka -exclamó Danielle dando un paso al frente con el objetivo de tomar fuerza para salir corriendo en busca de Micka pero su tío se lo impidió

-¿Qué haces? Necesita ayuda

-A tu padre no le agradaría que te acercaras a la deshonra de la familia -De esta manera William había dejado muy en claro que Danielle tendría que quedarse, pero ella no se conformaría con eso, de manera audaz se escabulló hasta salir de la habitación y dirigirse hacia el estacionamiento, en donde había visto, desde la pequeña ventana del hospital como Micka era arrastrado contra su voluntad.

-¡Danielle regresa aquí! -Gritó William mientras apresuraba el paso para alcanzar a su sobrina que se había escabullido de donde él la tenía, en un pestañeo.

Maldijo por lo bajo, sacó su celular del bolsillo y marcó un número. ''¿Pedro? Sí, no, qué te importa. Solo corre a alcanzarla. ''colgó suspirando.

Aminoró el paso a raya, le sonrió a un par de enfermeras coquetas que lo miraban de reojo, alborotó un poco su cabello y comenzó a tararear una cancioncita que aprendió cuando era pequeño en casa de su abuela mientras caminaba como el que más por los pasillos dirigiéndose hacia el estacionamiento por el ascensor. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------- --

-Niño, no importa cuánto grites nadie vendrá por ti y si lo hacen, morirán. -dijo Rodrick entre risas.

Micka lo calcinó con la mirada mientras trataba de desatar sus manos.

-¿Por qué me culpas de que ella esté viva? ¿Acaso no eras tú el encargado original de matarla? ¡No puedes terminar tus propias tareas y encargas a otros de que lo hagan como todo el inútil que eres! o no espera, tal vez es porque te acobardas, te da miedo. ¡¿De qué te sirve ser tan grande y feo si te meas antes de hacer algo por ti mismo?! -gritó Micka lleno de coraje con lágrimas eufóricas en los ojos.

Rodrick se acercó hacia él, que estaba de rodillas en el suelo. Sonrió amargamente antes de estampar la palma de su mano en la mejilla de Micka. La piel se sonrojó al instante. Éste último no bajo la cabeza, es más, la puso en alto mirando a los ojos a Rodrick. Hizo un juramento interno: ese hombre se las pagaría toditas.

Por un instante todo fue silencio, entonces apareció Danielle corriendo descalza hacia ellos. Micka quiso reír a carcajadas debido a la imagen que tenía frente a él. ¿Qué creía ella que podría hacer? Nada los iba a salvar, ese era el fin.

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Créditos a: Jamie Patricia Celi Andrade