Capítulo 51 (Special Death)

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— Ya despertó mí linda princesa — Su voz resonó por su mente aturdida quien le puso más importancia a ese olor a humedad y la visión borrosa que tenía. Los recuerdos viajaron a su mente desesperada como sí de una película se tratará, Harleen reaccionó mirando al Joker fijamente con algo de rencor.
Escuchó los truenos y las gotas de las lluvias que se estrellan contra la ventana, todo está en oscuridad y pensando qué tal vez solo era un sueño, de que jamás había pasado semejante cosa entonces imaginó que Jack era quién estaba a su lado acariciando su mejilla. Realmente no se podía ver el rostro del hombre solamente la silueta masculino.

Jack — Susurró tranquila tragando saliva y sintiendo como el sudor de su frente se seca.
— Dime que todo fue un mal sueño — Pidió.

No obtuvo respuesta rápido.

— Sí, todo es una pesadilla — La luz se encendió, Harleen sonrió ante la respuesta pero cuando sus ojos vieron la claridad reflejaron horror solamente, ni una pizca de amor.

— Bienvenida a nuestro dulce hogar, bueno estuviste un buen rato dormida... Soy muy listo con los negocios así que ¡El dinero es lo de menos! Debemos ahora que dedicarnos a buscar a ese murciélago para tener clientes. ¡OH! Se me olvidaba no soy Jack, soy Mr.J

— ¿Cuanto tiempo pasó?

— Tres días — Contestó levantándose de la cama — Lamento haberte hecho daño.

— ¿En serio? — Preguntó la rubia sentándose en la cama, observando que está vestida con un bonito camisón de seda color carmesí.

— Tal vez, sinceramente amo ver el sufrimiento ajeno — Confesó — Pero como te había dicho antes, es cuestión de que seas buena niña. Tendrás que obedecerme en todo, no puedes contradecirme ¿Entendido? Hay reglas amor

— No puedo vivir con un animal, Jack.

— ¡Vuelves a decirme Jack y te jodes estúpida!

Harley tuvo que cubrirse con las sábanas. El Joker paso su mano por el cabello color verde tratando de no alterarse tan fácilmente.

— Bebé, solamente no me digas​ así — Él acarició el cabello rubio como sí ella fuera un cachorro. — En realidad te tengo que decir que es hora de irme, quería decírtelo en otro momento pero no tengo tiempo, no puedo estar contigo más, así es que he tenido que decidir que me iré de una vez por todas cada quien...

— No hablarás en serio — Lo interrumpió ella con los ojos llenos de lágrimas. Eso él lo noto y ladeó los labios asintiendo decidido.

— Como te había dicho, no eres parte de mi plan Harleen Quinzel — Confesó

Eso le había dolido.

— ¡Puddin!

Gritó cuando el cruzó la puerta, con lágrimas cayendo de rostro, se levantó de la cama y trató de correr para evitar que él se fuera. Pero él había atascado la puerta, no podía salir de ahí

— ¡No me dejes! Puddin

Susurró cayendo al suelo mientras entraba en un trance lleno de decepción. Recargó su cabeza en la puerta de madera cansada.

Los días pasaban y ella no podía superar que él la había dejado tal vez para siempre, un hombre algo bajo de estatura le había ido a abrir la puerta pero ella no había querido salir.

Ni siquiera sabía dónde estaba.

— Veo que ... No quiero saber dónde está.

Harley no le respondió al hombre de baja estatura qué se sentó a su lado.

Gotham : La de vida de los villanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora