— Parece como sí todos hubieran muerto ¿No? Rachid — Exclamó divertido el Joker. El hombre que lo acompaña con una sonrisa asiente haciendo unas llamadas para ver por qué los socios no viene y donde esta Joel. En el hospital general de Gotham se encontraba Joel ahora ya despierto después de que los vecinos escucharan todos esos gritos de dolor.
— ¿Dónde demonios estás, cabrón?
Habló esperando respuesta de Joel.
— Escucha, no importa donde esté yo, importa Jack. Informa que la loca de Harley Quinn quiere hacer una emboscada seguramente ella ya desapareció a Yink y Annette Bush. ¿Entiendes? Quiero que se vayan de ahí
Richid colgó la llamada algo pálido.
— Jefe, creo que los socios ya no vendrán mejor vámonos nuevamente a la ciudad hacer los planes contra Metrópolis. — Comento.
— Escuché todo lo que dijo Joel, sí Harley quiere morir también le concedo su deseo ¿no?
***
Sus tacones suenan por el frío suelo del barco llamado Portugués . Pasa como toda una ladrona para que los hombres no la vean, pero en un intento de querer pasar uno de ellos la ve y con el wookie Tookie comienza a llamar refuerzos, no sin antes avisar al Joker de que la mujer había llegado tal y como lo había dicho Joel, justo en la misma trampa otra vez.
— ¡Alto!
Le gritaron, Harley respiro hondo preparando su cuerpo para una batalla agitada, sabía como defender de ellos, cada uno tenía un punto débil que ella siempre descubría.
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Entre disparos y golpes pudo escapar de todos ellos dando un salto fuera del barco parando en el pequeño puente de madera, miro al cielo y se pudo dar cuenta que estaba a un segundo de llover.
Las gotas comenzaron a caer, pero no era cualquier lluvia, era una lluvia de color verdoso, ácida totalmente lo curioso es que todos los hombres que la seguían detrás de ella quedaron dormidos totalmente y ella seguía ahí sin ningún síntoma por lo toxico, sabía que ella podría soportar esos niveles de toxicidad.
— Jack.
Fue lo único que pronunció al sentir alguien detrás de ella, al voltear lo observo, el cabello verde y esa piel pálida como la de ella y los tatuajes que invaden su cuerpo, un relámpago iluminó el rostro de ambos llenos de odio.
— ¿Quieres venganza? — Preguntó burlón. — No eres más que mi perra faldera ¿Acaso siempre me seguirás? — Harley rechino los dientes aguantando los insultos.
— Eres un...
— No lo soy — Contestó — Tú hija está viva.
Mintió, pero esa mentira iba ablandar el corazón de Harleen, haciendo que nuevamente lo volviera amar y todo mejorará. Los ojos de Harleen se iluminan y siente como sus piernas de doblan ante la sorpresa ¿Es cierto?
