La pequeña ciudad de Gotham era normal. Como todas las demás tenía criminales con ideas lógicas, roban por dinero y necesidad más no por locura y diversión. La policía podía fácilmente con esos criminales y no se necesitaba al justiciero de la noche. Esos criminales son inofensivos ante la sociedad, aunque eso estaba por cambiar con la primer villana demente que cambiaría a Gotham.
Harleen Quinzel
Estudiante de la preparatoria Gotham. Último semestre tan solo un paso para poder salir del agujero lleno de perdición dónde se encuentra Y como cada noche no estaba en casa sí no en las calles o club clandestinos con su novio Guy Kopski, un vendedor de droga socio de uno de los mafiosos de la ciudad ( Máscara negra )
La famila Quinzel no exactamente era la mejor para Harleen y una infancia sana: Su padre murió cuando ella tenía tres años, su hermano es un drogadicto casi moribundo y su madre claramente le daba más importancia al novio.
Al igual que ella. También consumía droga y su novio le conseguía la mejor, sólo para ella o la vendía entre sus clases en la universidad. « Dinero fácil » siempre se repetía. No solamente tenía a su madre y hermano mayor. Su madre había quedado embarazada de un tipo del estado de Texas, un amante del toreo Tenía un hermano más de cinco años y lo amaba más que a su propia vida, su pequeño
— Buen día, ellos son los Psiquiatras del asilo Arkham vienen a verlos en su progreso.
Harleen dejó de morder el lápiz y vio a los doctores pasando al aula. Uno en particular le llamó la atención: Un hombre de cabello castaño, ojos bonitos azules y lentes.
— Mi nombre es Jack y vamos a ver qué tan bien están para empezar con el exámen de admisión al psiquiátrico — Avisó. — La doctora Chase Meridian les dará una guía.
La Dra. Meridian era conocida como una novia del billonario Bruce Wayne. Podrido en dinero, sumamente solitario pero guapísimo. Harleen como siempre usaría tácticas para seducir al hombre, se levantó a sacarle punta al lápiz.
— Bonito día ¿No?
Le habló al Doctor. Él asintió prestando atención a los demás alumnos algo que la molesto. No tenía su atención, se agachó a tirar la basura enseñando sus atributos, Jack solamente hizo un gesto.
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— Pasa a tu lugar — Ordenó Chase. Ante esa orden la rubia puso los ojos en blanco sentándose en su pupitre y simulando que leía la guía aunque ya tenía el pase automático No podía dejar de ver a ese doctor.
El timbre sonó avisando la salida de esa clase. Harleen se quedó unos momentos recogiendo sus cosas «No tenía amigos» escuchó a Chase decirle a Jack sobre su comportamiento.
— Esta alumna tiene antecedentes de acostarse con los maestros, querrá tener algo contigo Jack, para poder entrar fácilmente a Arkham
— En determinado caso, no sería conmigo sí no con el director del psiquiátrico, creeme.
Harleen soltó una tos falsa llamando la atención: aunque fueran susurros eran demasiados obvios al verla. Los doctores dejaron de hablar de ella y recogieron sus cosas saliendo del aula avergonzados.
Su última hora era a gimnasia ( Su favorita ) Muy buena en ese aspecto, tenía un cuerpo soñado, pequeña cintura, abdomen trabajado y unas piernas ejercitadas. Harleen es una chica hermosa pero con problemas emocionales, muy fuertes
— ¡Doctor Jack! ¿Cual es su apellido? — Lo alcanzó en el estacionamiento.
— Jack Napier. ¿Usted es Quinzel?
— La que se acuesta con todos — Hablo recordando la plática de la mañana.
— Lo lamento señorita, no era mi intención.
— No suya no pero de Chase si. ¿Es casado?
Harleen sonrió tratando de seducir. Sería un privilegio acostarse con ese hombre.
— No — Respondió cortante.
— Me tengo que ir, Jack — Le dio un beso rápido en los labios, Jack se quedó quieto mientras ella se alejaba como sí nada. El doctor negó con la cabeza subiendo a su auto olvidando ese suceso. Harleen rogaba al cielo que Guy no hubiera visto el beso, al llegar hasta la motocicleta de su novio lo saludo subiendo detrás de él, aferrándose a su cintura
Por las noches por lo regular no se encontraba en casa, pero esa sí, su hermano se quedaría sólo y ella tenía que cuidarle, en cuanto al mayor de seguro estaba en un prostíbulo.
Preparaba la cena mientras su hermanito observaba las caricaturas.
— ¡Tomy! La cena está lista — Aviso sirviendo el bistec y la ensalada. El niño corrió al comedor ¡Moria de hambre! Harleen le acarició el cabello rubio y rizado del menor.
Subió a su habitación para ponerse cómoda, al pasar por el pasillo pudo ver un retrato de ella cargando a su hermano cuando era un bebé. Fue una mañana muy buena, su hermano mayor estaba en sus cinco sentidos y la tomó
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Se cambió de vestimenta y volvió a bajar rápidamente para ver cómo estaba Tomy.
Se encontró con su padrastro, un rubio ya algo viejo con cabello hasta los hombros. Siempre vestía de cuero, parecía motociclista, lo ignoró y se fue a lavar los trastes sucios mientras su hermano cenaba y veía la televisión.
— ¿Que haces hermosa? — Pregunto Harry. Harleen volvió a ignorarlo, hasta que sintió como Harry la tomaba del trasero y la pegaba a él, se alejó bruscamente.
— ¡Me vuelves a tocar y te jodes! — Gritó.
— ¡Alguien está de mal humor!
— En serio Harry — Mordió su labio inferior con tristeza — Lo de esa noche fue un error, me sentía muy sola, es un secreto que mamá no debe saber, me odiaria el resto de su vida.
Harry sonrió bebiendo de su cerveza.
— ¡Ya llegué! — Tomy grito « Mami » Lo que rompió la tensión. Sin duda Harleen tenía muchos pecados en su corta vida.
