Capítulo Siete

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Pequeño.




Bajé del camión de mudanza con mucha pereza mientras miraba el lugar con fastidio. Odiaba esté lugar, no quería mudarme, apenas había logrado que pasaramos otro año con la señora Rose en su local. Mudarme aquí significaría tener mi propia habitación y dejar a Louis solo, sin mí.


Ni siquiera debería existir esas palabras juntas, "Louis sin mí", que horror.


Además, mudarme aquí debe tener su lado bueno, tiene haber algo que pueda aprovechar de está situación a mi favor, algo para que todos mis planes no se desmoronen.


-¡Harry!- Escuché a Louis llamarme, lo que hizo que me tranquilizará y no pierda la cabeza ahora. -¿Podrías ayudar a llevar las cajas adentro de la casa?- Lo miré unos segundos antes de darme la vuelta y entrar a la casa mientras lo oía llamarme de nuevo.


La casa no era grande, ni siquiera tenía un segundo piso, pero parecía tener lo necesario, una sala, cocina, dos cuartos y un baño. No tenía nada de impresionante o maravilloso, parecía muy normal. Su patio también era pequeño, pero tenía un árbol grande.


-¿Y? ¿Te gusta nuestra nueva casa?- Louis apareció a un costado mío con una caja grande. Entonces intenté quitársela para cargarla yo. -No, es muy pesada para ti.- Pero Louis no me dejó. -En el camión hay cajas más pequeñas para que las traigas.- Que diga eso me hizo fruncir el ceño.


-Yo puedo cargar cosas grandes y pesadas, hasta te puedo cargar a ti.- Apenas comenté eso y Louis me miró unos milisegundos antes de empezar a reírse en voz alta. Eso me molestó un poco. -No te rías, es cierto, yo puedo cargarte.


-Harry, tú no puedes cargarme. Al menos, no por ahora, pero si quieres hacerlo debes alimentarte bien y hacer mucho ejercicio, no tienes que cargar cosas pesadas para demostrarme que puedes hacerlo. Así que, por ahora, ayúdame a traer algunas cajas de la mudanza hasta aquí. ¿De acuerdo?- Me dijo sonriendo antes de pasar por mi lado e ir hacía una de las habitaciones mientras yo me quedaba ahí parado pensando en lo que dijo, al tiempo que sonreía levemente.


Te lo demostraré, Louis, te demostraré que puedo cargarte y que mejor forma de hacerlo que llevarte cargando a nuestra cama.


Pensar en eso me animó, así que salí de casa para ayudar con las cajas de mudanza y mirar mejor el vecindario en el que vivíamos ahora. No vi a ninguna otra persona por ahí, pero la mayoría de las casas tenían perros guardianes.


¿El barrio será peligroso? ¿O es que ahora todas las personas ya no salen afuera y se quedan encerrados en el interior de sus casas?


Mejor para mí, ahora mismo no quisiera lidiar con más personas a mi alrededor y me alegra que no suceda como en las películas donde los vecinos visitan tu casa para darte la bienvenida. Esas personas siempre me parecieron gente chismosa que solo quiere meter su nariz donde no le llaman.


Ya era muy entrada la tarde cuando al fin terminamos de sacar todo y ordenar algunas cosas dentro la casa. Los de la mudanza se fueron, pero quise golpear a uno en cuanto vi que miraba el trasero de Louis. Si quería defenderlo debía empezar a pensar en los tipos de ejercicio que podría hacer, también podría meterme a jugar algún deporte.


-Bien, Harry.- Me llamó al momento de entrar y cerrar la puerta. -¿Ya sabes cuál será tu habitación? Si aún no lo sabes, podrías elegir una y ordenarla mientras yo preparó la cena. Seguro tienes hambre, así que trataré de no demorar mucho.- Me dijo sonriendo.


Rendirse |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora