(6) Y si...?

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La llamada por vídeo chat fue muy larga, pero los tres la disfrutaron. Primero llamaron a las familias, les contaron como estaban y se informaron de lo nuevo. Luego a las parejas, o más bien, a Nick, el novio de Alisha. Más tarde llamaron a sus más cercanos amigos. Apagar la computadora y cortar la llamada les dolió más de lo que esperaban, pero todo lo bueno acaba, y una vez terminada la conversación se recostaron en la alfombra y un silencio extraño atrapo el lugar.

No había necesidad de hablar.

Pero querían hablar.

Pero temían lo que podrían pensar los demás.

No hablaron, miraron con nervios a distintos lados de la sala. Sentían ganas de hablar pero.

Sky se canso.

-¿Que aremos con el dinero?- Pregunto sentándose de la nada.

Ambos jóvenes, que aun estaban acostados, miraron a la recién levantada.

-¿Ese es tu miedo? ¿Que con la acosadora de Lucy que nos sigue a donde sea que vamos?

Ali se quedó observándolos. Y comenzaron a gritarse por alguna u otra razón.

-Chicos, entiendo que estén nerviosos por lo que se esta presentando entre el viaje y nosotros. Pero pelear no es la solución.

Ambos de menor edad observaron a la mayor quien estaba cruzada de brazos esperando una respuesta.

-Ali tiene razón- Comentó cortante el único hombre del lugar.

Y un nuevo silencio atrapo el lugar, ya era menos tenso pero los nervios seguían atrapándolos. Al menos a ambas chicas. Esa tarde Alan se salto el contacto de Valentino. Esa tarde Alan finjo una sonrisa mientras hablaba con Regina, ya que le molestaba pensar en que su mejor amigo no lo tomaba enserio... Al menos así se sentía.

-C...¿Cómo estas?... Quiero decir, por lo de Val- Murmuro Sky.

Solo hizo una mueca y movió los hombros. No quino hablar mucho, pensaba que quebraría en lagrimas. Se sentía un marica.

Sonrió y salio del lugar para perderse en sus pensamientos.

Dejo a ambas chicas algo perdidas.

Alan salio y el viento fresco toco su rostro. Todo le daba algo de inseguridad y sin darse cuenta como, choco con una chica de cabellos oscuros y enrulados que usaba una camisa roja y unos jeans. Lo observo extrañada.

-¿Estas bien?- Pregunto parándose derecha y mostrando ser bastante más alta que el chico.

Alan atino a asentir, estaba algo mareado. Ambos comenzaron a hablar.

Sin darse cuenta habían pasado casi 2 horas en las que esa extraña, cuyo nombre era Lana, y Alan habian encontrado más de una cosa en común. Las risas de ambos abarcaban las calles ahora en un atardecer nublado.

-Hey, nunca me dijiste por que estabas lloroso cuando chocaste conmigo.

Alan levanto la vista de su celular aun con una sonrisa y la miro.

-Oh... Tuve un problema con un amigo cercano y... Tan solo estaba dolido...

-¿Qué te hizo?

-Le creyó a alguien más sin tomarme en cuenta.

-...Wow... Que idiota.

Ambos rieron.

-De todas formas, si es un idiota, no pudes andar por la vida creyendo lo que dicen los demás sin preguntar.

-¡Ya ves! Ugh es... ¡Ugh!- El de ojos claros gruño con fuerza.

-Pfff si fuera tu lo dejo. Ni loca soy amiga de alguien así.

Amigos hasta la muerte. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora