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La comida de aquel día fué perfecta. La carne, todos alrededor de una misma mesa... Muchos de nosotros sonreíamos. Carl estaba feliz. Hacía mucho que no veía ilusión en su cara.
Me acordé de cuando su padre dijo que había matado a Shane. Él empezó a llorar abrazado a su madre. Después me enteré de que había sido Carl quien le había disparado en la cabeza después de convertirse en uno de ellos.

Todavía era un crío, pero no actuaba como tal. Había tenido que madurar a la fuerza con todo lo que estaba pasando. Lori lo miraba feliz de verle feliz. Después miró a Rick y su semblante cambió. Rick estaba serio. No sabía cuanto tiempo estarían así.

Pasamos una tarde tranquila. Rick estuvo con T-Dog mirando las armas y la munición que nos quedaban. Daryl estaba afilando los cuchillos. Maggie y Glenn estaban sentados en el sofá abrazados el uno al otro. Yo me puse a mirar en uno de los muebles que habían en el salón. Habían libros, discos... lástima de no tener un tocadiscos cerca, había buena música.

Miré la sinopsis de alguno de los libros que habían allí. Aprovecharía para leer algo mientras la tranquilidad estuviera presente. Al sacar dos o tres libros, pude ver que detrás de ellos, en la pared, había una caja fuerte.

- Rick. Ven a ver esto.

- ¿Que pasa?

- Creo que ahí dentro tiene que haber algo. Puede que sean armas.

- Es posible. Daryl, ayúdame a mover esto.

Apartaron el mueble y la caja era mucho más grande de lo que me había parecido en un principio. Tuvimos suerte de que la caja no tuviera combinación, solo hizo falta mover la palanca y abrir.

- Madre mía... - en la caja habían varias armas de fuego, algún que otro cuchillo y munición.

- Al final, que siempre quieras leer algo, no va a ser tan malo.

- Que gracioso Daryl. Cuando quieras te enseño. Seguro aprenderás cosas nuevas.

- Vaya - dijo Rick sonriendo - ese si que ha sido un golpe bajo.

Me puse a reír. Daryl también rió y en menos de 2 segundos, todos estábamos riendo.

Sacamos las armas y las metimos dentro de una de las bolsas que también habían en la caja fuerte y las cargamos en el coche.

- Hemos hecho bien en quedarnos un poco más.

- Si. Tenía razón en lo de aprovechar un poco esta tranquilidad.

- Si... pero sabes que esto no dura siempre. Estamos teniendo suerte.

- Suerte o no, hemos vuelto a sonreír un poco.

- Si, es cierto. Esta noche descansaremos bien. Mañana, como mucho a media tarde, nos iremos. Seguiremos buscando. Tiene que haber algo bueno para nosotros. Estoy seguro.

Asentí con la cabeza y volví dentro.

Aquella noche también cenamos ciervo. T- Dog encontró un par de botellas de vino tinto entre todo lo que había mientras lo metían en el coche y aprovechamos la ocasión para abrirlas y acompañar a la rica carne.

Al acabar la cena, Daryl cogió una de las botellas y salió al porche. Esperé un poco y luego salí. Estaba sentado en las escaleras de la entrada con la botella en una mano y un cigarro en la otra.

- Hey.

- Hey.

- ¿Puedo?

- Claro - se apartó a un lado y me dejó sitio para sentarme - ¿Quieres?

- No... Creo que he bebido suficiente. - le dió una calada al cigarro y me lo pasó - Gracias.

- Nunca se bebe demasiado.

- En serio, no quieras verme borracha.

- Bueno, conocería otra parte de ti.

- De verdad, no quieras conocerla - una risita escapó de sus labios.

- Vale. ¿Que tal la mano?

- Bien, casi no me duele. Fué un corte tonto.

- Debes tener cuidado. Toma - me pasó la botella. Yo negué con la cabeza - Vamos, no sabemos cuando volveremos a probar un buen vino.

- Está bien - cogí la botella y le dí un par de tragos - Rick me ha dicho que mañana por la tarde tiene pensado que nos vayamos.

- Si, a mi también me lo ha dicho - se quedó pensativo un momento - Últimamente pasas mucho tiempo con él, ¿no?

- Bueno, ya te dije que Lori y él se comunican a través de mi. Tú también pasas mucho tiempo con Carol. No creo que eso sea algo malo ¿no? Rick es mi amigo y Carol es tu amiga.

- Si, claro - le dió un trago a la botella y volvió a pasármela. Esta vez no se la rechacé y volví a beber.

No se cuanto estuvimos en silencio bebiendo y fumando. Cada vez me acercaba más a él. A pesar de el calor que me hacía sentir el alcohol, mi cuerpo estaba frío.

Dentro de la casa ya no se escuchaba nada. Parecía que se habían ido todos a dormir. Daryl se levantó como pudo y casi se cae cuando me ayudaba a mi a levantarme. Le tenía cerca, muy cerca. El olor a tabaco y a alcohol en él, no era para nada molesto. Me cogió de la barbilla y subió mi cara para tener contacto con su mirada.

- Creo que no deberíamos habernos bebido toda la botella - dije mirándole a los ojos.

- Nadie ha salido a reclamarla.

-La verdad es que no. Creo que deberíamos ir dentro. Empiezo a tener frío.

- Espera.

Me acercó de nuevo a él. Me estaba mirando a los ojos. A mi me entró la risa tonta después de haber bebido y él me hizo callar poniendo su mano en mi boca.

- Más vale que no nos escuchen.

- Se han ido a dormir todos. No nos van a escuchar.

- No me refiero a los de dentro - hizo un gesto con la cabeza señalando hacia afuera.

- Oh... claro. Perdona - solté una risita tonta que amortigüé tapándome con la mano.

- Venga, vamos dentro.

Volvió a cogerme de la mano y entramos dentro. Rick volvía a estar en el sofá del salón. Nos vió entrar y sonrió.

- Más vale que subáis a dormir. Mañana será un día duro.

- Buenas noches Rick.

Daryl me ayudó a subir por las escaleras ya que iba dando tumbos. Al llegar arriba, nos paramos en la puerta de la habitación en la que había pasado la noche anterior.

- No tenía que haberte incitado a beber.

- Ya te dije que no sería bueno.

- Ves a dormir. Ya has oído a Rick. Mañana va a ser duro.

- Oye...

- Dime.

- Antes... fuera... Antes de que me diera la risa. ¿Que querías?

- Nada - y miró al suelo.

- No. Me paraste para que no entrara. Algo querías.

- No quieras saberlo. Era una tontería. Ahora estamos bien y eso es lo que importa. Podemos ser amigos.

- Pero yo no quiero ser tu amiga.

Levantó la vista del suelo y vi una mirada confusa. No pude soportarlo más. Llevaba mucho tiempo queriendo estar con él de nuevo y el alcohol me ayudó a no pensar en nada más. Cogí su mano y entramos en la habitación.

MUERTE VIVA #Norman2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora