MUERTE VIVA #Norman2017

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- Perfecto Lisbeth. Y dime, ¿ibas a algún sitio en concreto? ¿Tienes un lugar de referéncia?

- No. Mis familiares están lejos de aquí y ni siquiera se si todavía están vivos. Así que lo único que hago es intentar que no me maten. ¿Vosotros os dirigís a algún sitio?

- De momento estamos más o menos com tú. No tenemos rumbo fijo. Ahora que hemos parado aquí, vamos a aprovechar a coger suministros. ¿Nos ayudas?

- Por supuesto.

Todos empezamos a mirar coche por coche para conseguir todo lo que podíamos encontrar en ellos.
También aprovecharon para vaciar algún que otro tanque de gasolina para tener reservas. Dos de las mujeres, Lori y Carol se qedaron junto con Carl y Sophia, que no debían de superar los 10 años.

Shane empezó a reir como loco y todos fuimos a ver que pasaba. Había encontrado un camión repleto de agua embotellada. Cargaron alguna en la caravana y seguimos buscando.

- Mierda - dijo Daryl, que le tenía cerca.

- ¿Que pasa? - se llevó la mano a la boca y me señaló a un grupo de caminantes que se acercaban a nosotros por la carretera - Joder.

- Vamos a avisar a los demás.

Nos acercamos al resto y como pudimos nos escondimos debajo de los coches.
Cuando pasó el grupo, Sophia no aguantó más y salió de su escondite, con tan mala suerte que un caminante que se había quedado rezagado la vió y fué a por ella.
Salió corriendo y se adentró en el bosque. Vimos como Rick fue a buscarla enseguida y sin pensarselo.

- ¡Mi niña! - gritaba una y otra vez Carol. Lori intentaba darle esperanzas diciendole que no se preocupara que Rick había ido a buscarla y que la traeria de vuelta.

El primer dia que estaba con esta gente y ya me estaba arrepintiendo. No me gustaba estar sola, pero mucho menos tener que ver como perdíamos a gente.

Las horas, los minutos, los segundos se hacían eternos. Todos estábamos pendientes de ver aparecer a Rick en algún momento.
T-Dog sacó un paquete de tabaco que había encontrado en uno de los coches y Daryl al pasar por su lado se lo quitó de las manos.

- Vamos tío. No me jodas.

- ¿Acaso tienes con que encenderlo?

- No, pero tu tampoco.

- ¿Alguien tiene un mechero?

- Yo - dije detrás de él.

- Vaya, al final va a estar bien que hables un poco. ¿Me lo pasas? - dijo poniendose uno de los cigarros en la boca.

- Yo primero - me tiró el tabaco casi a la cara. Me encendí uno y se lo pasé a T-Dog. Luego cogí otro para mi y al final le pasé a Daryl el mechero - Ahora si quieres te lo puedes encender.

- Puta - dijo casi en un susurro, pero lo suficientemente alto como para oírle.

- Eres un amargado.

Fui donde estaban Lori y Carol para intentar ayudar en lo que pudiera para calmar a la pobre mujer.

- Vamos, seguro que Rick la habrá encontrado. Solo dale tiempo. ¿Verdad Lori? - Lori, por lo que había podido intuir, era la mujer de Rick, y Carl su hijo.

- Por supuesto. Rick es un hombre de palabra. Dijo que la encontraría y la va a encontrar.

Creo que no pasaron ni diez minutos cuando vimos aparecer a Rick. Pero venía solo.

- ¡NO! Mi niña... ¡mi niña!

- ¿No está aqui? - dijo Rick con la cara descompuesta

- ¿Como que si no está aquí? - dijo Shane acercandose a él - Tú has ido a buscarla. ¿No la has visto?

- Si, la ví, pero le dije que me esperara al lado del rio y le mostré por donde tendría que ir si no volvía. Me fui a buscar a los caminantes que la seguían para acabar con ellos, y al volver ya no estaba. La he estado buscando por la zona y al no verla pensé que había vuelto aquí.

- ¡Pués aqui no está! - grito Carol tirandose encima de Rick.

- Tenemos que salir a buscarla antes de que anochezca - dijo Daryl. Cogío su ballesta y se la puso a la espalda. Miró a Rick y los dos, junto con Shane se fueron de nuevo al bosque.

Carol estuvo toda la tarde llorando dentro de la caravana. Yo me estaba agoviando un poco y decidí subierme encima de la autocaravana con Dale, quien estaba haciendo guardia.

- Hola Lisbeth. ¿Que tal llevas el día? ¿Contenta de estar con gente?

- Si quieres que te diga la verdad, no es mi mejor día. Había empezado bastante bien, pero ha empeorado por momentos.

- Si, no tiene pinta de ser un buen dia. Antes has dicho que llevas sola desde que empezó todo esto. ¿Como se lleva el estar solo?

- Fatal. Es lo peor que puedes imaginar. Vale que no te arriesgas a perder a nadie, pero el miedo que pasas por las noches, no poder dormir en dias... Esta noche ha sido la noche que más he podido dormir. Siempre encuentro algún arbol grande donde poder estirarme, pero siempre con un ojo abierto.

- Nosotros teníamos un campamento a las afueras de Atlanta. Pero una noche llegaron caminantes y perdimos a varias personas. Decidimos que aquel sitio ya no era seguro y nos pusimos en movimiento. Llegamos al CDC de Atlanta y ahí encontramos a un científico que nos explicó como funcionaba el virus. Pero decidió que no tenía ganas de vivir y destruir todo el complejo. Casi morimos todos aquel dia... Desde entonces vamos por la carretera.

- Vaya, vuestro camino ha sido bastante accidentado.

- Bastante.

Nos quedamos en silencion mientras mirábamos en todas direcciones, observando que no vinieran más caminantes.
Ya estaba empezando a anochecer y Rick, Daryl y Shane no habían vuelto todavía. Todos empezabamos a preocuparnos en serio. No sabíamos siquiera si les había pasado algo a ellos también.

- Veo algo - dijo Glenn - Creo que ya vienen.

Carol salió del coche para acto seguido volver a meterse en él y seguir llorando.

- No la hemos encontrado - dijo Rick acercandose a Lori - Está anocheciendo y es muy arriesgado seguir ahí fuera. Mañana a primera hora volveremos a salir a buscarla.

- Deberías ir a hablar con Carol. Seguramente prefiere que se lo expliques todo tú.

Me aparté un poco de ellos y me acerqué a ver que era lo que estaba haciendo Daryl.

- No tienes bastante con saber que no te soporto que tienes que seguir molestandome?

- ¿Tan mal te sentó que alguien te abrazara? Que conste que fuiste tú quien vino a ayudarme a bajar del camión. Y si, esa fue mi reacción al ver a gente viva. Lo siento si te molestó.

- Pués si, me molestó. Creo que no eres nadie para permitirte el lujo de dar abrazos a gente que ni siquiera conoces - se acercaba peligrosamente a mi - así que deja de darme por culo.

Se fue, no sin antes empujarme con su cuerpo al pasar. No había conocido a nadie tan amargado en la vida. Estaba claro que no volvería a preocuparme en ver ni siquiera como estaba.
Aún con el odio con el que me miraba y me hablaba, y el odio que yo le estaba cogiendo a él, dos lágrimas corrieron por mis mejillas. Esas palabras dolían.