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- Rick...

- ¿Es él?

- No, no es mi hermano. Pero tengo que quedarme aquí. Quizás vuelva a buscar la brújula. No se separaba de ella nunca. Está en muy buen estado. Se nota que la sigue cuidando igual de bien. Tiene que estar cerca de aquí.

- No podemos arriesgarnos. No podemos quedarnos.

- Lo sé. Me quedaré yo a esperar.

- ¿Que? Ni hablar. No voy a dejar que te quedes aquí tú sola.

- No lograrás hacerla entrar en razón - le dijo Daryl - Llevo un buen rato intentándolo.

- No sabes si está vivo. No puedes jugarte la vida por alguien que no sabes ni como ni donde está.

- ¿Por qué sois tan negativos? Es mi hermano pequeño. No voy a seguir nuestro "camino a ninguna parte" sin saber si él está bien.

- Lis - Daryl volvió a acercarse a mi. Los demás nos dejaron solos en la habitación - No hay manera de que nos podamos comunicar entre nosotros. No podemos dejarte sola. No puedo dejarte sola.

- Yo me quedo. Lo siento.

- No quiero perderte.

- Yo tampoco quiero perderte, pero necesito saber si está bien. Daryl... - se acercó y me besó. Las lágrimas corrían por mis mejillas, esta vez de rabia y de impotencia ¿que podía hacer?

- Me quedo contigo.

- Daryl, Rick te necesita.

- También me necesitas tú. Podemos coger la moto. Si nos dicen la dirección que van a tomar, será fácil encontrarles. No pienso dejarte aquí.

Salió de la habitación y fue donde estaban Rick y los demás. Cuando salí fuera vi como le daban una mochila con provisiones a Daryl y empezaban a despedirse de él.

- Iremos hacia el norte por la 53. No nos desviaremos en ningún momento - dijo Rick a Daryl - Si no sabéis nada de su hermano en, como mucho, dos días, salid de aquí.

- No hace falta que me lo digas. No voy a ponerla en peligro.

- Lis. Espero que tengas suerte y te reencuentres con tu hermano. También espero vernos pronto.

- Tranquilo Rick. Cuida de los demás. Yo ya tengo aquí a alguien que me cuida. Y nos veremos pronto, no te preocupes.

Me dió un fuerte abrazo y se marcharon todos. Nos quedamos solos Daryl y yo en aquella pequeña urbanización.

- Será mejor que entremos en la casa. Está apunto de anochecer.

- Si, claro.

Pasamos en silencio gran parte del tiempo. Sé que Daryl estaba enfadado conmigo por haber decidido quedarme. Encendió un par de velas cuando ya era noche cerrada y se sentó a mi lado dándome un par de chocolatinas que había sacado de la bolsa.

- Más vale que comas algo. El chocolate te dará energías.

- No creo que me entre nada ahora mismo.

- Vas a comer.

- Vale, está bien - lo dijo tan serio que no podía negarme - ¿Crees que vendrá?

- ¿Me preguntas eso ahora?

- Si.

- Quiero creer que si. Es alguien importante en tu vida, y tú eres alguien importante en la mía. Supongo que no quiero verte sufrir.

- Me gusta que pienses que soy alguien importante en tu vida, porque tú lo eres en la mía.

- Y ¿por que no querías que me quedara contigo?

- Porque si te pasara algo por mi culpa, no me lo perdonaría jamás - me miró y dejó que me apoyara sobre su pecho.

- Deberías dormir un poco. Me quedaré haciendo la guardia.

- Quédate conmigo.

- No puedo. Si me quedo aquí y te pasa algo a ti, tampoco me lo perdonaría nunca.

- Está bien, pero si oyes o ves algo raro, más vale que me avises.

- Tranquila. Duerme.

Me dió un pequeño beso en los labios y se fue a vigilar la zona. Aún sin ganas de dormir, caí rendida nada más acomodarme en mi sitio. Llevábamos días durmiendo como podíamos dentro de los coches y ese sofá me parecía de lo más cómodo.

Cuando abrí los ojos ya era de día. Pude ver a Daryl sacar algo de comer de la bolsa. Ni siquiera sabía si había descansado en toda la noche.

Me incorporé un poco haciendo que mirara hacia donde yo estaba y me dedicó una pequeña sonrisa. Cogí la brújula de mi hermano y la volví a mirar. Sin duda era la suya. La "J" grabada en la parte de atrás era una prueba más que clara de que lo era.

- ¿Has dormido bien?

- ¿Y tú has dormido?

- No podía dormir. Me ha venido bien vigilar toda la noche.

- Te hubiera sentado bien haber descansado. Te hubiera mejorado el humor.

- No estoy de mal humor.

- Siempre estás de mal humor - no pude evitar reírme de la cara que puso. Era cierto que era muy reservado y que parecía que tenía mal genio, pero para nada lo tenía.

- Anda, come algo. Si hoy no sabemos nada de tu hermano, mañana nos vamos de aquí.

- ... - cogí lo que me daba y me lo comí sin rechistar.

Fuera, el día era tan espléndido como el del día anterior. El cielo estaba completamente despejado y se podía notar el calor del sol en invierno.

La mañana transcurrió de lo más tranquila. Empezaba a pensar que no encontraría a mi hermano sentada en un sofá esperando a que apareciera por la puerta de la casa, en la que encontré, lo único que me daba esperanzas de encontrarle vivo.

Por la tarde Daryl estaba preparando la zona con latas vacías. Había decidido sentarse a mi lado a esperar y descansar un poco y las latas nos ayudarían a oír si alguien o algo se acercaba a la casa.

Volvió a sacar algo de comer de la bolsa y se sentó a mi lado en el sofá. No dejaba de mirarme mientras comía y me ponía nerviosa.

- ¿Que pasa?

- Nada... - bajó la mirada - solo que me gusta mirarte.

- Pues puedes seguir mirándome - levantó de nuevo la mirada y le sonreí. En un momento le tenía colocándome encima suyo. Apoyé mi frente en la suya - Hace mucho que no estamos solos.

- Si.

- Me encanta estar así contigo.

- Y a mi.

Puso su mano en mi nuca, me atrajo hacia él y me besó. Sentía el deseo en ese beso. Colocó las manos en mi cintura y fue subiéndolas poco a poco sin separar sus labios de los míos. En un movimiento rápido, se puso encima mío y me quitó la camiseta. Hacía frío, pero el calor que desprendíamos era más que suficiente para mantenernos calientes.

Oímos un ruido que venía de fuera. Daryl me miró asustado y se puso de pie. Me dio la camiseta y me ayudó a levantarme. Me había quitado el cinturón con mi machete en su funda y me agaché a cogerlo, cuando pasó todo.

- No mováis ni un músculo.

Me quedé petrificada mientras Daryl, en un rápido movimiento, se puso delante de mi y apuntaba con su ballesta al hombre que había justo delante de él. No podía ver como era, pero veía que apuntaba a Daryl con un rifle. 

MUERTE VIVA #Norman2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora