[Capítulo 7]

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Salí del salón en busca de Claude, aún no entendía porque se había ido corriendo ¿Acaso le había hecho algo? Eso es lo que menos quería.
Camine sin rumbo alguno, como era horario de clases todo el pasillo estaba muerto, sería fácil encontrarlo, o eso creía.

Caminé por más de quince minutos y la situación empezaba a preocuparme, mi corazón latía con fuerza; como cuando estaba con Felix, por el hecho de lo que estuviera pasandole.

Camine por casi toda la escuela, lo único que quedaba registrar era el armario del conserje, lugar por el cual era raro para esconderse, pero ingenioso.

Cuando llegue a dicho lugar, ahí estaba dormido. A decir verdad, con los ojos abiertos no era nada en especial, un chico normal, orbes azul cielo, jeans negros y playera blanca con una línea horizontal en el medio del mismo color que sus ojos. No tenía mal gusto para la moda sinceramente y la ropa se le ajustaba bien al cuerpo. Me preguntaba como sería verlo así Félix.

Claude tenia su lado encantador, dormia plácidamente como un tierno y hermoso bebé..Sonrei al recordar a mi pequeño primo. Se veía tan tierno durmiendo, no quería despertarlo. Mis intenciones eran distintas, tenía ganas de abrazarlo.

Por impulso me acerqué a el, parecía tan feliz en su sueño que preocure no despertarlo. Me abalanzó hacia el estrechado mi cuerpo con el suyo y cuidadosamente toco su cabello, lo acarico mientras su respiración tranquila choca con mi oído. Esta sensación era placentera, nuevas sencaciones se apoderan de mi. Aspiro su dulce perfume que desacansa sobre su piel.

Me quedó en la misma pose y lugar en el que estaba a principio, aunque mi primer abrazo no fuese con alguien que amaba, se sentía maravilloso hacerlo. A esto se le llamaba ¿Abrazo robado? Reí un poco por el chiste, cierto momento me recordaba los chistes de ese gato coqueto.

Sumida en mis pensamientos sentí como alguien me rodeaba con cierta calidez que hacía sentirme protegida y querida, ¿acaso estaba despierto? Bueno después de todo dar un abrazo gratis no es malo. A veces las mismas preguntas retumbaban en mi cabeza

《-¿Por qué los humanos seremos complicados? ¿Por qué damos vueltas, cuando las cosas son tan sencillas?-.》

Últimamente he dejado de pensar en preocuparme por ser correspondida. Digo, insistir un millón de veces en una cita...Una estúpida y maldita cita. Félix claramente me había dejado en claro que no quería saber nada de mi. Era doloroso pero debía aceptarlo, el destino por capricho así lo quería.

Sus grandes y delgados brazos me rodean aún mas, reconfortandome, paso una de sus manos hacia mi cabello y los acaricio lentamente mientras que con la otra acariciaba mi espalda.

-Eres simplemente hermosa, Bridgette-. dijo con un tono ronco.

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