RUNAWAYS

9. Seguridad.

El día de la fiesta finalmente había llegado. Vi el reloj y vi que era la una de la tarde, por primera vez me habían dejado dormir hasta tarde y no pude estar más agradecida. Me levanté y me metí al baño para darme la ducha más larga de mi vida.

Cuando salí, Audrey y Becca estaban esperándome con el vestido y todo lo que usaría esa noche, parecían tan entusiasmadas por ayudarme a preparar todo que no tuve los pantalones para decirles que yo podía encargarme de todo. Lo cual no era cierto, estaba segura de que ellas harían un mejor trabajo con mi maquillaje que yo.

Recordé lo que me había dicho Axel sobre hacer sentir a Audrey y a Becca parte de la misión, eso fue suficiente para no quejarme de nada y convertirme en un maniquí humano.

                                                                                               ***

Cuando todo terminó (unas tres o casi cuatro horas después) me miré al espejo y todo me pareció más real. De verdad iba a hacerlo, fingir ser otra persona y cometer un delito. Jack lo llamaba “recuperación” prácticamente estábamos robando algo, fuera el propietario actual el dueño o no, íbamos a entrometernos en su casa y sacar a escondidas algo que estaba en su poder…

Audrey chasqueó sus dedos en mi cara haciendo que regresara a la realidad. Me miré en el espejo y me costó trabajo reconocerme. No acostumbraba a usar maquillaje tan… sofisticado, hasta mi cabello parecía otro, estaba suelto y en ondas que yo jamás hubiera logrado. Mi madre no me hubiera reconocido, quizá estando sobria hubiera logrado encontrar un parecido con la hija desarreglada y  poco femenina que solía ignorar todos los días.

El vestido rojo era otra historia. Jamás me hubiera siquiera imaginado usando algo así…

-          Si se supone que debemos ser discretos – empecé - ¿Por qué estoy usando un vestido rojo que prácticamente grita “Por favor, échenme un gran vistazo”?

-          El rojo dejó de llamar la atención hace dos temporadas – argumentó Audrey comiendo una barra de chocolate – Habrá vestidos de tantos colores que empezarás a sentir que el rojo es el nuevo negro.

-          ¿Y qué excusa hay sobre el escote? – insistí, realmente aterrada de usar algo que no era para nada mi estilo - ¿Qué argumento hay para que ande por ahí mostrándole a todo el mundo mi espalda?

-          Dios, ¿Hay una chica ahí dentro? – preguntó Becca luciendo exasperada – Te ves perfecta…

-          ¡Exacto! – apoyó Audrey – Perfecta es la palabra, además, nosotras no dictamos las modas. Si estás tan molesta sobre el vestido puedes llamar a Valentino y decirle que no te gusta su colección de primavera.

Las miré sorprendida, mi miraba viajaba de ellas a mi reflejo en el espejo.

-          ¡Así es, te compramos un vestido muy caro! – bailoteó Audrey – Apuesto a que te sientes como una princesa.

-          Como una descubierta princesa – sonreí girando un poco y viendo mi pálida espalda en el espejo. No se veía mal, solamente me sentía un poco desnuda.

-          Escucha, Axel está fingiendo ser un verdadero niño mimado ultra rico, su novia debe estar a la altura.