17. Despedidas.

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Aunque hubiéramos ido a 1000 kilómetros por hora, eso no hubiera cambiado las cosas. Dos carros de policía estaban obstruyendo la calle por la que teníamos planeado salir. La única manera de escapar era subiéndonos a la banqueta, si no hubiera habido personas caminando en ese instante, estoy segura de que Axel lo hubiera intentado.

Pero solo pudo detenerse. Y en cuanto la motocicleta se detuvo abruptamente, las cosas que sucedieron a continuación me pasaron en cámara lenta.

Bajé de la moto, intentando no temblar en cuanto vi las pistolas con las que los policías nos apuntaban, o más bien a Axel. El me siguió manteniendo las manos arriba. En cuestión de segundos los policías lo esposaron y lo empujaron hasta la patrulla. Axel no dejó de mirarme en ningún momento, parecía… ¿tranquilo? Como si el hecho de que se lo estuvieran llevando a la comisaría no fuera un gran asunto.

A mí no me esposaron pero también me llevaron a la comisaría, donde mi madre estaba esperándome. Lucía tan diferente, no parecía tan delgada como cuando la había dejado. ¿De verdad había dejado el alcohol?

Antes de que pudiera reaccionar ella corrió hacia mí y me abrazó con tanta fuerza que creí que iba a quebrarme.

-          Creí que no volvería a verte – sollozó – ¿Estás bien? ¿Estás lastimada?

Gracias al cielo estábamos en la privacidad de una oficina de apariencia descuidada. Presentía que la conversación que estábamos a punto de tener no iba a ser muy linda. Entre menos público hubiera, mucho mejor.

-          Estoy bien, mamá – me separé de ella.

-          Por fin vas a regresar a casa, viviremos en otro lugar, tu padre y yo hemos decidido vivir… separados. Las cosas van a ser diferentes.

-           No quiero regresar – dije secamente.

-          Molly, sé que todo es muy reciente pero, los chicos de su edad pueden cambiar el pensamiento de chicas como tú, lo que hizo es ilegal, eres menor de edad y no puedes simplemente recorrer el país con alguien como él…

-          ¿Crees que me lavó el cerebro? – crucé los brazos indignada – Hui de casa por mi propia voluntad, y todo lo que he hecho desde ahí ha sido de esa manera, nadie me ha obligado a nada. Quiero estar con Axel.

-          Sé que cuando te fuiste de casa las cosas estaban mal, yo… llevo más de cuatro meses sin el alcohol. He cambiado, tienes que dejarme demostrar que he cambiado.

-          No puedo, mamá. El solo hecho de pensar en irme de esta ciudad y dejar a Axel se siente como algo equivocado.

-          Realmente no tienes muchas opciones Molly, si no regresas conmigo, tu padre hará que te envíen a un internado. Mientras seas menor de edad no podemos dejarte sola con un chico al que la policía persigue…

Me paralicé por lo que me pareció un minuto.

-          ¿Qué? ¿La policía persigue a Axel? ¿Presentaste cargos contra él? ¡Él no me secuestró! ¡Nadie lo hizo! Así es que si tú o mi padre presentaron una denuncia estúpida, exijo que la retiren ahora mismo.

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