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Mi alarma ha sonado, despierto y salto fuera de la cama con mi cabello alborotado y ojos cansados ¿saben que significa?.. ¡Exacto! Debo regresar a la universidad.
Bajo las escaleras aún con la pijama puesta, percibo un delicioso aroma a... ¡Hotcakes! Me dirijo a la cocina y mi madre se encuentra preparando el desayuno mientras canta con la espátula en su mano, puedo sentir un ambiente muy cálido, pareciera que el tiempo hubiera pasado velozmente.
—Buenos diaaaas!— Exclamé sonriendo mientras tallaba mis ojos.
—¡Cathy! Alistate para la universidad, yo debo ir al trabajo pero te estoy haciendo el desayuno— Dijo mi madre mientras se encontraba en la estufa.
—De acuerdo mami, gracias y suerte en tu trabajo— Le di un beso en su mejilla.
—Suerte en la universidad amor— Respondió.

Subí a mi recamara un poco adormilada, me duché utilizando un shampoo con aroma a Fresa, al salir decidí utilizar un vestido celeste muy fresco, ya que el día era caluroso, me perfume bastante y bajé junto con Toby, mamá ya se había ido, rápidamente desayune y le llame a Melissa..
—¿Amiga puedes pasar por mí? Hoy regreso a la universidad y no quiero llegar sola— Dije con un tono desesperado para convencerla.
— Tienes suerte, voy cerca de tu casa porque fui a comprar un vestido, sal en 5 minutos.. Bueno.. en 6— Dijo Melissa, apenas podía entenderla pues la música en su automóvil estaba muy alta.
—Vale, te amo, gracias— Colgué y alisté todo, rápidamente lavé los platos del desayuno, despedí a toby con 100 besos y salí.
—Amigaaaa— Gritó Melissa, tocando el claxon desesperada— Ya es tarde—.
—Tu llegaste tarde— Dije sarcásticamente.
—Lo sé, disculpa— Respondió Melissa a mi sarcasmo y comenzó a reír.

El trayecto a clases ya saben como es si se trata de ir con Melissa, no tocó el tema de mi padre, sabe que no me gusta hablar sobre mi familia, todo el tiempo habló sobre chicos, y cada 5 minutos pintaba sus labios; cuando recién la conocí en San Diego era realmente estresante, ahora mismo sé que si no hace ese tipo de cosas, definitivamente no es Melissa.

Llegamos y bajé rápidamente, Melissa tenía razón, ya era tarde, lo peor de todo era soportar las preguntas que todos harían por mi padre, además que ya había pasado casi un mes desde que las clases habían iniciado, todos ahora tenían amigos, y yo, aún tengo la sensación de ser nueva en este colegio.

Al entrar por el pasillo gigantesco podía sentir muchas miradas, algunas de compasión, otras de curiosidad y claro, no faltaban las de burla, y ahí se encontraba mi chico, al final del pasillo... Bien, no es mi chico pero ahí estaba Jacob, con una sudadera azul marino que le resaltaba sus ojos, y su cabello, algo tenían esos rizos que se veían inigualables.
Al verme, rápidamente se dirigió hacia mí, y antes de decir cualquier cosa me abrazó.. Me encanta.. Su abrazo obvio.. ¿o él? No,no,no me encanta su abrazo.
—¿Como sigues?— Preguntó al terminar el abrazo.
—De no ser por todas las miradas que tengo encima.. Creo que mejor— Sonreí ligeramente.
—No les hagas caso, no dejaré que te digan algo— Sonrió— ¿Vamos a clase?— Dijo.
—Vamos— Respondí.

¿Qué diablos le pasa?.. O mejor dicho.. ¿Qué diablos me pasa a mí? Cada vez que sonríe hace que mis manos comiencen a temblar un poco, que mi voz se torne débil y mis ojos se llenen de brillo.. No es algo que me agrade, pues nunca me había sucedido esto con un hombre, estás mal Catherine, debes calmarte.

Como era de esperarse, todos los maestros de las primeras 4 horas me expusieron un gran discurso, se los agradezco de verdad, pero lo que menos quiero ahora es recordar que mi padre ya no estará con nosotros, simplemente seguir adelante, porque sé que si mi mamá me ve fuerte, ella también lo estará, esa es mi prioridad por ahora.

Salimos a nuestro receso y mientras caminábamos rumbo a la cafetería me di cuenta que había un cartel bastante llamativo sobre la pared.. "Concurso de baile".
—¡MIRA JACOB!— Exclamé emocionada, y realmente no exagero cuando digo que mi voz se escuchó hasta la cafetería.
—¿Baile? Aguarda.. ¿Bailas?— Me preguntó Jacob intrigado.
—Mmm lo hacía, es cierto, creo que ya no tengo la misma práctica de antes— Seguí caminando en dirección a la cafetería.
—Oye no! Cathy, ahora mismo te inscribirás— Me detuvo Jacob.
—No tengo la misma facilidad, además no tengo tiempo, olvidalo— Respondí.
Jacob únicamente me miró y siguió caminando a mi lado sin decir palabra alguna.
Para ser sincera me entristecí un poco, pero era real, tenía meses que no bailaba y no tenía el tiempo necesario para practicar, tenía proyectos que elaborar y bastantes libros por leer.

Al llegar a la cafetería Jacob compró gomitas, lo que le fascina, a mi parecer es algo muy tierno, nos sentamos en una de las pequeñas mesas de cafetería y decidí inventar un juego con él y con aquellas gomitas que no soltaba, consistía en que le cubría los ojos con mi mano y le daba una gomita a probar, el debía adivinar el sabor de aquel osito dulce que ponía entre sus labios, debo reconocer que era muy bueno adivinando.. Jamás se lo dije, pero por momentos imaginaba.. Si así de bonito me la pasaba siendo su amiga, ¿como sería siendo algo más que simplemente una amiga? Era encantador tenerlo tan cerca de mí, poder apreciar sus facciones y verlo divertirse junto conmigo, solo eran pensamientos fantasiosos míos, después debía volver a comprender la relación que teníamos y debíamos seguir teniendo, una bonita amistad.

Terminó el día de escuela, y fue mejor de lo que imaginé, al llegar en la mañana antes de atravesar las inmensas puertas corredizas, sentía un gran temor por los comentarios que podía recibir, pero la compañía de Jacob hizo sentirme bastante protegida y segura.

Me despedí de él con un gran abrazo y antes de que me alejara escuché:
— Aguarda, ¿Cual es tu fecha de nacimiento Cathy?— Preguntó tomando un bolígrafo de su mochila color turquesa y utilizando su mano como libreta de notas.
—¿Mi fecha de nacimiento? ¿Tan pronto comenzarás a pensar en mi obsequió?— Comencé a reír.
—Mmm tal vez— Sonrió — Ahora por favor Srita Sellers, es para un trabajo— Volvió a sonreír.
Comienzo a creer que se percata de que mostrando su dulce sonrisa puede convencerme de todo.
—Bien— Le lancé una mirada de sospecha— Noviembre 19, 1997 si gustas saber otra cosa no será tan fácil ehhh!!— Dije mientras me alejaba de el.
—Te veo mañana— Guiñó el ojo.

Mi mamá pasó por mí a la uni, de camino a casa me platicó que tendría una entrevista por la tarde, al parecer podían ascenderla en su trabajo, me dio muchísima felicidad por ella, es una mujer que siempre se está esforzando en lo que hace.

Comimos juntas un poco de ceviche de camarón, estaba delicioso, al terminar, mi madre se dirigió a bañarse y arreglarse para aquella entrevista, yo por lo mientras recogí la mesa, y ordené la cocina, después subí a mi recámara para elaborar aquellas tareas que no había entregado aún.

—Ya me voy Cathy, no tardo nada— Gritó mamá desde la planta baja.
—Suerte Mami, te amo— Respondí desde mi recámara.
—Encierrate bien, marcame si algo ocurre, te amo— Respondió y cerró la puerta.

Pasaron aproximadamente 35 minutos cuando alguien tocó la puerta, ¿Alguien nos visita? Mamá no me avisó nada.
Bajé sigilosamente las escaleras, pues no dejaban de tocar, al observar por la mirilla me di cuenta que era un hombre, sosteniendo una hoja sobre su rostro, así que decidí abrir, al hacerlo me llevé una gran sorpresa..
—¿Jacoooob? Que que qu.. ¿Que haces acá?— Estaba tan nerviosa, emocionada y confundida que me trababa al querer hablar.
—Quiero que leas esto en voz alta— Me entregó aquella hoja que sostenía.
—De acuerdo, mmm.. Por este medio le damos nuestro mas cordial agradecimiento a Catherine Sellers por ingresar al concurso de baile juveni... ¿QUE? JACOB ¿ES REAL?— Exclamé viéndolo fijamente a los ojos con una gran sonrisa en mi rostro.
—¿Acaso te mentiría?— Respondió sonriendo.
En ese instante no pude evitar soltar un grito de emoción y abrazarlo mientras saltaba, era increíble, él, era increíble.

Me separé de él lentamente después de dar el abrazo mas largo de mi vida, y al hacerlo mi mejilla rosó suavemente sobre la suya, todo el ruido se esfumó, un gran silencio nos abrazaba, quedamos muy cerca, nos miramos fijamente a los ojos y luego a los labios, no decíamos nada, pero las miradas hablaban por si solas..
Colocó su mano sobre mi rostro y acarició dulcemente mi mejilla, mientras yo subía mi mano para sentir su sedoso cabello, cada vez nuestros rostros se acercaba un poco más, mi respiración comenzó a acelerarce, en ese momento cerré mis ojos y pude sentír sus tersos labios sobre los míos, no tengo palabras, me sonroje bastante y mis nervios eran muy notorios.. Aquel beso hizo que me diera cuenta de algo, mi madre tenía razón, me había enamorado...

—Perdoname— Dijo Jacob al separarse de mí sin siquiera poder mirarme.
—No es tu culpa, disculpame a mi, me dejé llevar por la emoción— Respondí aún sin creer lo que había sucedido.
—Creo que mejor debería irme— Respondió apenado mientras se alejaba poco a poco
—Si emm.. Gracias de nuevo, nos vemos mañana— Dije mientras lo observaba alejarse.

Esa noche claramente no pude dormir, recordaba aquel beso como algo maravilloso, el aroma de su piel y la suavidad de sus labios, pero no entiendo que significa.. Acaso...¿Tambien está enamorado de mí?...

Dolorosamente perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora