08

16 0 0
                                    


El teléfono comenzó a resonar en la habitación, nos despertó de golpe, vi el reloj que se encontraba en el buró marrón junto a la gigantesca lámpara con tulipa color crema, 9:30 am, teníamos planeado levantarnos un poco mas tarde, pues nos encontrábamos muy fatigadas.

Mamá y yo nos hospedamos en un hotel cerca del hospital donde mi padre se encontraba, al parecer todo iba de maravilla, la noche anterior no había podido platicar con él, pero me conformaba con ver la sonrisa que portaba mamá al recostarse para descansar.

—¿Si?—Dijo mi madre un poco adormilada al responder el teléfono.
—Sra Sellers, tiene una llamada del hospital, ¿gusta atenderla?— Pude escuchar que comentaba un joven de recepción.

Mi madre dejó los datos del hotel en donde estamos para que el hospital la mantenga al tanto si algo sucede con papá.

—Por supuesto— De inmediato su rostro mostró algo de preocupación.
—Sra Sellers, habla la secretaria del doctor Demián, le informo que a su marido le harán unos estudios urgentes, al parecer se encuentra un poco confundido, creemos que es el medicamento que se le suministró pero es solo para asegurarnos— Comentó una chica muy tranquila.
—En un momento salimos rumbo al hospital— Dijo mi madre mientras rápidamente preparaba sus cosas para ducharse.
—Le recomiendo que se presente en unas cuantas horas, podrá ver a su marido después de los análisis pero esto demorará un tiempo— Comentó la secretaria.
—Comeremos algo e iremos para allá, gracias por avisarme, no dude en llamarme si algo ocurre— Dijo mi madre mientras me hacía señas para que le pasara su toalla.
—Claro que si, está en buenas manos, linda mañana— Finalizó la llamada la secretaria con un tono muy amable.

Mi madre se metió a la regadera, mientras yo ordenada un poco la habitación, se que en cualquier momento llegaría el ama de llaves a realizar esa tarea, pero nunca me ha gustado ver una habitación desordenada, así que aproveche para arreglar las camas un poco y elegir la ropa que usaría.

Salió mi madre del baño y ahora era mi turno, me encanta ducharme, aparte de sentirme aseada, me llena de energía y mejora mi estado de ánimo.
Terminé y me cepille el cabello, creo que ya necesito cortarlo, es algo molesto que se enrede entre sí, enchine mis pestañas, les puse rímel y pase ligeramente un gloss brillante por mis labios, ¡estoy lista!.
Bajé con mamá al restaurante del hotel, ordenamos algo ligero, fruta,yogurt, granola, y jugo de naranja.
Mientras traían nuestra orden me preguntó algo que hizo sonrojarme un poco.
—¿Quien es Jacob hija?— Me miró intrigada con una sonrisa en su rostro.
—¿Jacob? ¿Cual Jacob?— Dije soltando una risa nerviosa.
—¿Cual más? Talvez... el que anoche te llamó mas de 9 veces mientras estábamos en el hospital— Dijo sin quitar la mirada de mi rostro.
—¿Viste mi celular cierto?— La miré entrecerrando mis ojos.
—Talvez... lo dejaste prendido mientras te bañabas— Río bastante.
—Mamá que chismosaaa—Reí— Un amigo de la universidad, es lindo— Dije mientras tomaba un trozo de pan que estaba sobre un plato en el centro de nuestra mesa, y le untaba un poco de mantequilla con mi cuchillo.
—Así que es lindo.. ¿Cuando lo conoceré?— Dijo mi mama con una sonrisa y una mirada como si estuviera retándome.
—¡Mama! Solo es mi amigo— La miré sonrojada, sonreí y mordí mi trozo de pan.
—¿Y? Me gusta conocer a los amigos de mi hija— Respondio riendo.

En ese momento el mesero llegó, me salvó de esa charla incómoda, mi madre me conoce bastante, sabe cuando un chico comienza a agradarme, o cuando me pongo nerviosa con un tema en específico.

Nos sirvieron nuestra fruta en un lindo y amplio plato blanco con decorados plateados, la fresa y el kiwi resaltaban bastante, a un lado tenía una copa de cristal con yogurt natural y en otro pequeño recipiente de porcelana estaba la granola, mi mamá unicamente mezcla la granola y el yogurt pero no lo agrega a su fruta, se come por separado ambas cosas, yo soy todo lo contrario, siempre mezclo yogurt fruta y granola, me encanta la combinación.
Terminamos de saborear nuestro almuerzo y salimos del restaurante, decidimos ir caminando al hospital, pues esta cerca del hotel, el clima había mejorado, ya no había brisa, ahora solo se apreciaban algunas nubles grises en el cielo y el viento había disminuido bastante, en el trayecto pasamos junto a una tienda de souvenirs, me llamó bastante la atención, vendían variedad de cosas, así que convencí a mama de entrar.

Siempre me ha gustado comprar llaveros, y más si son de monumentos que caractericen a otras ciudades, por ejemplo de Italia tengo uno de la Torre de Pisa que mi hermano me obsequió en una ocasión, y cuando vaya a París seguro me comprare uno de la Torre Eiffel, creo es una pequeña obsesión que tengo.

Como era de esperarse rápidamente me dirigí al área de los llaveros, había una gran variedad de ellos, pero me fascinó uno que era del museo de arte de Philadelphia, ese museo está desde 1877, debía comprarlo, le dije a mi mama que escogiera uno para ella y otro para papá, se dirigió a una sección donde había llaveros pero en forma de distintas golosinas, y tomó uno de un pastel y otro en forma de galleta, en ese momento me dijo que le llevara uno a Jacob para agradecer todas sus atenciones, la idea me gustó, me tardé bastante en elegir el correcto hasta que encontré uno divino en forma de chocolate, recordé que el me había obsequiado un chocolate, así que decidí llevárselo, estoy segura que no se lo espera y le gustará mucho.

Salimos de allí, y después de 8 minutos llegamos al hospital, estaba mas que lista para ver a mi papá; en ese momento pudimos notar que había un gran alboroto en el área donde papá debía estar, los doctores y enfermeras corrían, con suero, con aparatos extraños y se sentía un ambiente tenso.
El doctor Demián nos vio y rápidamente se acercó a nosotras...
—¿Que ocurre? ¿Hicieron los estudios? ¿Puedo ver a mi esposo?— Decía mi madre mientras miraba correr de una puerta a otra a gran parte del personal.
—No se como decirle esto, por favor tomelo con calma..— Dijo el doctor mirándo a mi mamá y mirándome a mi.
—Tomar con calma que!!!!— Dijo mi madre subiendo el tono de su voz.
—Su esposo se mostraba confundido.. Y al parecer el problema que tuvo se complicó mientras dormía, el cuerpo rechazó el medicamento... Señora.. Su esposo cayó en coma... Pero estamos haciendo todo lo posible para brindarle un excelente tratamiento, seguro sale de esta— Respondió el doctor, tratando de ser lo mas delicado posible al decirlo.
— ¿EXCELENTE TRATAMIENTO? ¿SE DA CUENTA DE LO QUE ACABA DE DECIR?— Mi madre rompió en llanto.

Según la mayoría de los casos que conozco cuando una persona cae en coma es casi imposible que despierte, me parecía nefasto que el médico dijera tan tranquilo "saldrá de esta".

Tome a mi madre con mis brazos, porque literalmente se desvaneció, la abracé con todas mis fuerzas, la abracé para que supiera que no estaba sola y lloré, lloré junto a ella, porque no podía creer lo que estaba ocurriendo, fue como quedarme en shock, es difícil pensar que una noche antes vi a mi papá sonreír, con sus ojos llenos de emoción por estar junto a mamá.. Pero hoy.. Hoy me doy cuenta que no pude siquiera decirle que lo amo, no pude decirle que estaba ahí, que lo vi y aunque fue de lejos me alegró bastante, no pude mostrarle aquel llavero de galleta que le había comprado con tanta felicidad.
Y claro, no pierdo la esperanza aún pero.. ¿es increíble no? Ese día, tan lindo y divertido que pasé con mamá había cambiado, en tan solo un segundo, mi padre se encontraba en coma...

Dolorosamente perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora