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Por fin estoy con mis chicas, por fin estoy en la playa, por fin puedo contarles lo de mi compromiso, por fin, por fin, por fin. Mi madre y Alessandro ya lo saben, se lo contamos nada más llegar.
Adele esta bastante gordita, va de unos cinco meses creo y se le nota bastante, esta feliz, muy feliz y eso me hace feliz a mi.
En estos momentos estamos tumbadas sobre la fina arena, tomando el sol y hablando de cosas irrelevantes.
-Me he comprometido. -digo causando un completo silencio.
-¿Qué? -pregunta Lucy mirándome con cara de circunstancias.
-Que Ian y yo estamos comprometidos. -digo y les enseño el dedo con el anillo.
-¡Socorro! -grita Amanda. -Eso es genial.
Las reacciones de las demás son parecidas, todas se tiran encima de mi y me abrazan a excepción de Camila que me mira sin ninguna expresión en el rostro. Y aunque no quiero centrarme solo en lo malo no puedo evitar disgustarme por su reacción, ella es como de mi familia, es ya parte de ella y que su reacción sea esa, quedarse seria observando me duele. Intento fingir una sonrisa pero al parecer Lucy se ha dado cuenta de lo que pasa, me aprieta la mano y mira con reproche a Camila, esta se acerca y me abraza.
-Luego tenemos que hablar. -susurra y yo asiento.
Nada sale bien después de un "tenemos que hablar". Absolutamente nada. Soy consciente de ello.
-¿Vamos al agua o qué? -pregunta Adele sacudiéndose la arena.
Yo no puedo evitar tocarle la barriga a lo que ella responde riendo.
-Se mueve. -digo ilusionada al notar una patadita.
Me da mucha pena haberme perdido gran parte de los dos embarazos de Lucy, al igual que el embarazo de Diana y el de Adele ahora, es una de las cosas que más me ha dolido, por suerte las nuevas tecnologías me permiten estar al corriente de todo lo que pasa.
-¿Exactamente de cuánto vas? -pregunta Sophia.
-Pues la semana que viene cumpliré los siete meses. -dice orgullosa.
Adele no ha querido saber lo que lleva, ni ella ni Carter, prefieren que sea sorpresa, en las eco solo se han preocupado por la salud de su bebé, futuro bebé al que estamos llenando de regalos, la habitación del ya esta casi lista, las paredes son blancas y amarillas, pero no un amarillo chillón sino un amarillo pastel, la cuna es beige, al igual que el carro, la sillita del coche y el cambiador, solo faltan por poner algunas estanterías y montar la mini cuna en su habitación.
-¿No tienes curiosidad por saber qué llevas? -pregunta Diana mientras caminamos hacía el agua.
-Al principio si que tenía pero ahora me da igual, con tal de que venga sano o sana. -sonríe acariciándose la barriga.
Miro a Camila que esta mirando al suelo con expresión triste.
-Eso es lo más importante. -asiente Diana. -Pero yo tenía muchísima curiosidad.
Cada una empieza a divagar sobre lo que quiere tener, Lucy dice que quiere tener otra niña, Diana dice que quiere un niño para así tener a la parejita, Adele dice que le da igual, la mayoría dicen que niña y yo para ser sincera prefiero mellizos, chico y chica, los dos de golpe, todas hemos respondido a excepción de Camila que no abre la boca.
-Camz, ¿tú que prefieres? -pregunta Lucy.
-¿Yo? Nada. -dice y todas la miramos haciendo muecas.
-Pero Camz, tú decías que querías tener muchos hijos. -dice Amanda casi con miedo.
-Hay algo que no os he contado. -dice Camila.
Todas nos quedamos quieta, con el agua rozándonos los pies.
-¿Nos podemos sentar? -pregunta Adele y todas asentimos.
La ayudamos a sentarse y nos sentamos las demás dejando que las olas nos acaricien las piernas.
-A ver, se supone que yo me iba a hacer la operación de pecho antes de navidad pero hubo un problema, en los análisis de sangre salió que estaba embarazada, por eso la noche de la fiesta. -me mira y recuerdo como estuve con ella en el baño. -Estaba así, esa noche fue la que se lo dije a Mateo, se alegro muchísimo aunque fue raro porque somos demasiado jóvenes para ser padres, a nuestro parecer, en navidad perdí al bebé, empece a sangrar mucho y fuimos al médico, sentí que el mundo se me caía encima y estuve bastante mal, al igual que Mateo, ambos estuvimos unos días raros pero a principio de año intentamos que todo volviese a la normalidad y decidimos que iba a empezar a tomarme la pastilla para evitar más sustos pero resulta que en Nueva York tuvimos relaciones sin protección y yo me había dejado las pastillas en Miami así que contamos los días y al parecer no estaba ovulando, pero parece que contamos mal porque en Marzo me hice la prueba de embarazo y dio positiva lo que significaba que no me podía operar obviamente, y como ya os imaginaréis volví a sufrir un aborto estando esta vez de bastante más tiempo, me pude operar pero aún no lo he terminado de superar, yo de verdad quería tenerlo. -se limpia las lágrimas y Adele la abraza ya que la tiene al lado.
-Todo va a estar bien. -le acaricia la cabeza.
-Y para colmo Mateo se ha estado comportando como si le diese igual haber perdido a nuestro bebé, por segundo vez.
-¿Has hablado con él? -pregunto acercándome a ella para darle la mano.
-No, y tampoco quiero, lo hemos dejado. -dice y todas nos quedamos en shock.
¿Camila y mi primo lo han dejado? ¿En qué momento? ¿Qué clase de broma es esta?
Camila empieza a sollozar en el hombro de Adele y todas nos miramos, tenemos que hacer algo para que deje de pensar en eso, para que deje de pensar en todo.
-Cariño, entendemos como te sientes, pasar por una ruptura no es fácil pero todo volverá a estar bien, piensa que las cosas pasan por algo y que a todos nos han roto el corazón alguna vez. -dice Lucy acariciándole el pelo.
Claro que a todos nos han roto el corazón alguna vez e incluso más de una vez y además la misma persona. Me imagino a la perfección lo que esta sintiendo Camila, siente que su mundo se esta acabando y que no hay más salida, que cae en picado sin nadie que la frene pero va a aparecer alguien, quizás mi primo de nuevo o quizás otra persona, pero su paracaídas va a aparecer y la va a salvar aunque ella ahora crea que es imposible.
-Gracias. -susurra limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano.
-Camz. -le aprieto la mano. -Piensa que muchas veces es mejor quedarse sola. -le doy un beso en la frente. -Y que él se lo pierde.
