CAPITULO QUINCUAGESIMOTERCERO

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Enfermedad

karol, fue la primera en despertar, se sentó en la cama y se comenzó a desesperezar; su cuerpo se encontraba algo adolorido, claramente después de lo sucedido ayer; miro a su lado y ahí estaba Ruggero durmiendo boca abajo.

Ella miro la hora "las 10 de la mañana" lentamente se levanto de la cama con cuidado de no despertar a Ruggero, ella miro hacia bajo y se dio cuenta que seguía desnuda así que se puso lo primero que vio, una camisa de rugge, la cual le quedaba a ella como vestido.

Salio de la habitación y fue a inspeccionar la cabaña ya que anoche lo unico que inspecciono fue el cuerpo de Ruggero; fue bajando lentamente por las escaleras con cuidado de no hacer ruido, pues eran de madera y la madera suele chirrear; al terminar de bajar todos los escalones, se sentó en unos de los sillones que ahí se encontraban, el lugar era totalmente hermoso, había una chimenea, una lampara, mas los muebles, las decoraciones, eran maravillosas.

Se paro del sillón y siguió inspeccionando, por cada parte que iba se sorprendió, ese lugar era demasiado bonito, ella se sentía muy feliz ahí, como si siempre hubiese sido su hogar.

Su estomago, comenzó a sonar "tenia hambre" así que fue a la cocina y con los alimentos que hay habían comenzó a preparar el desayuno, en el mesón dejo el desayuno de Ruggero y lo tapo con un plato y ella llevo el suyo hasta la sala y se sentó en un sillón, y como ahí había una tv, la prendió y a volumen bajo empezó a ver los programas que hay pasaban.

Termino de desayunar y escucho un ruido, era Ruggero bajando por las escaleras; sus miradas se juntaron y karol le sonrió a lo que Ruggero le correspondió haciendo el mismo gesto.

— ¿amaneciste con hambre? — le pregunto Ruggero.

— si un poco ¿y tu?

— igualmente... pero con hambre de otra cosa — dijo y empezó a besar el cuello de karol, mientras ella reía, el la cogió de la cintura y la cargo para luego sentarla en una mesa que ahí se encontraba.

— te amo demasiado — dijo Ruggero, karol cogió las mejillas de el y lo acerco para luego juntar sus labios.

— ¿y crees que yo no? te amo con locura — dijo y volvió a unir sus labios; era un beso demasiado tierno, pero a la vez apasionado.

Ruggero desayuno... comida y luego se sentó junto a karol a conversar.

— me enamore de este lugar — dijo karol mirando todos los lados — es tan hermoso, vista maravillosa, no hay mucha gente, ni ruidos de carros, de motos, esto es paz y.... me gusta.

— ¿de verdad te gusta este lugar?

— si me quedaría a vivir aquí para siempre, pero tengo que ir a cuidar a mis nenes, no paso mucho tiempo con ellos y ademas debo aprender a ser una buena madre, tan solo tengo 18 años, y debo aprender a ser mas responsable, debo también trabajar y etc y etc.

— no te agobies karol, tu podrás con todo eso y con lo de trabajar... ni se te ocurra, yo trabajare, lo que gano es suficiente para mantener esta familia

— Ruggero, yo quiero valerme por mi misma, no quiero ser una mantenida por ahora que los nenes están pequeños pues lo entiendo los tengo que cuidar, pero cuando crezcan yo trabajare de lo que sea, yo hace un tiempo estuve hablando con Jhon mi ex-profesor en la academia y me dijo que tenia demasiado talento y podría ayudarme a trabajar de cantante o actriz.

— ¿tu sabes lo difícil que es la vida artística?

— lo se, lo se, pero primero es una de las cosas que mas me gusta y segundo es algo con lo que puedo ganar bastante y no tendría que esperar un milenio para que me den una oportunidad con la ayuda de Jhon esto seria super rápido.

— pero yo no quiero que trabajes... — seguía insistiendo Ruggero — yo puedo traer el dinero

— Ruggero, por ahora, pero recuerda que... — decía karol mientras recordaba la enfermedad de Ruggero, si el muere, ella y sus bebes quedarían desamparados por eso es que quiere trabajar — ... que... que...

— ¿que? — preguntaba Ruggero extrañado ya que karol no siguió con lo que estaba diciendo.

— que... bueno, yo trabajare y punto, no importa lo que digas — dijo karol sin terminar la oración de antes, ella lo recuerda, pero tal vez el no, y no quería que el se pusiera mal por eso.

— esta bien, tu ganas — dijo el y le beso la cabeza, karol se recostó en el hombro de Ruggero y ahí fue cuando se dio cuenta de algo.

— ¿que es eso que tienes en el cuello? — pregunto alejandose de el.

— ¿que, que tengo? — pregunto extrañado

— tienes... algo... rojo, no se — decía ella, mientras trataba de descifrar que era eso.

— seguro, algo que tu me hiciste ayer, tu labial... un chupón — dijo el juguetón

— ja-ja-ja no enserio Ruggero, eso no es para nada un chupon ni mucho menos labial

— a no debe ser nada, me he de haber golpeado o algo — decía el algo desinteresado.

— es que... — iba a decir ella, pero fue interrumpida por Ruggero.

— mejor ven, vamos a caminar un rato, acá afuera — dijo el y le tendió la mano, la cual karol le acepto insegura.

No porque no confiara en rugge ni nada de eso, si no porque tenia miedo de lo que el tenia en el cuello, ella estaba segura que no era un chupón; ella los reconoce muy bien, de hecho muchas veces le ha hecho a ruggero y nunca fueron así y que sea el labial... imposible se borraría así que eso tampoco era.

Ellos salieron a caminar y en el trayecto hablaban de cosas, pero karol seguía preocupada por eso en el cuello de Ruggero, mientras que el ya lo había olvidado totalmente, pero lo que ambos no sabían, es que eso era uno de los síntomas de la enfermedad de rugge, empieza como una marquita, pero luego se va distribuyendo por todo el cuerpo; la enfermedad de Ruggero lo esta carcomiendo, esta avanzando y el sigue estando en riesgo de morir y demasiado pronto.

Nada Valgo Sin Tu Amor "Ruggarol Hot" [APT2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora