Arrow

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La flecha apunta directo al corazón del acosador, este rápidamente usa a la mujer como escudo y pone la navaja en su cuello.

-¡Vete de aquí Arquero o la mato!- su navaja toca peligrosamente el cuello de la mujer. Ella aun no deja de verme, pero tiene una mirada llena de terror, los latidos tanto de ella como del hombre indican un miedo profundo.

-Baja la navaja y suéltala. Si no quieres una flecha en el pecho- escucho que los latidos del hombre se intensifican.

-Si... si quieres que la suelte...v-v-v-en y obligame- resulta cómico que el hombre intente desafiarme, siendo que esta mas dominado por el miedo que por la adrenalina.

Guardo la flecha en el carcaj, salto del edificio y caigo silenciosamente frente a ellos, afortunadamente el hombre retira la navaja del cuello  de ella y apunta hacia mi, temblando fuertemente.

-Ya estoy aquí, déjala a ella- mi voz resuena en las paredes del callejón, y parece que llega hasta los huesos de el. Suelta a la mujer quien corre hasta un deposito de basura y se agacha al lado de el.

Segundos después el intenta cortarme con la navaja y evitar sus movimientos me resulta sencillo. La hoja de la navaja pasa muchas veces a centímetros de mi, después de que esta casi toque mi cuello, sujeto su mano dándole la vuelta, presiono su cuello con mi brazo cortandole la respiración poco a poco. La intensidad de sus forcejeos disminuye a la par del aire en sus pulmones, cuando ya no hay ninguna resistencia libero la presión de su cuello y el hombre cae pesadamente al suelo.

La mujer corre hacia mi con intención de abrazarme pero una voz detrás de mi algo asustada la detienen.

-¡Baja el arco!- al darme la vuelta veo a un oficial relativamente joven apuntando hacia mi, me es sencillo detectar el miedo en el, ademas de que su arma tiembla igual que el. 

-Hice tu trabajo- levanto las manos sujetando aun el arco y mirando directamente al oficial quien tiene sus ojos desorbitados en mi. 

-¡Mataste a este hombre!- agita el arma frente a el.

-Revisa su pulso, no lo esta-.

El oficial camina hasta el ladrón y se agacha al lado sin dejar de apuntarme, toca un punto en su cuello y noto que su semblante se tranquiliza un poco mas pero aun no baja el arma.

-Casi toda la policía te busca ¿porque no debería de arrestarte ahora mismo?-el temor en su voz ha disminuido notoriamente, aunque aun tiembla un poco.

-Por que se que esta ciudad necesita salvación, se que necesita gente buena como tu, como los policías honestos que día a día luchan por salvar a su pueblo.- camino hacia el, baja un poco el arma y no se mueve-  Nosotros somos el antídoto para eso que envenena nuestra ciudad. Para lograrlo necesitamos los unos de los otros -alterno la mirada entre el y la mujer que nos observa en silencio- Para lograrlo debemos hacer algo mas...debemos ser algo mas-.


7 AÑOS ATRÁS

Sigo a Natsuki fuera de la cabaña hasta una zona despejada con "hombres de paja" a diferentes distancias uno del otro.

-Toma, ponte el carcaj- me cuelgo el carcaj sintiendo el peso de este mas las múltiples flechas-¿Diestro o zurdo?-.

-¿Eh?...ah, diestro- en mi mente solo esta la imagen de mi disparando flechas.

-Usa el arco con la izquierda y con la derecha toma la flecha- estiro la mano hacia mi espalda sacando del carcaj una de las flechas. Su punta es de metal y esta bastante afilada a los bordes, la vara parece ser igual de metal pues se ve resistente, pero es ligera y lisa. Las plumas de la cola son extremadamente suaves y rectas- La flecha tiene una ranura para que se puede sujetar correctamente en la cuerda, el arco tiene un posa-flechas para la acomodes ahí, hazlo-.

Ubico la ranura y el posa-flechas, con cuidado y un poco de lentitud acomodo la flecha ahí, siguiendo las indicaciones de Natsuki estiro la cuerda todo lo que esta y mis brazos me permiten.

-Manten los pies firmes, no es como un arma que tendrá retroceso al dispararla, pero entre mas firmes tengas los pies mejor sera tu puntería- paso un pie detrás del otro- Usa el ojo dominante para fijar el objetivo-.

-¿Ojo dominante?- volteo hacia Natsuki, mirándola de reojo pues ella esta detrás de mi.

-Tu ojo debe estar perfectamente alineado con el arco y a su vez con el objetivo- alineo la punta de la flecha, el hombre de paja y mi ojo izquierdo- Inhala manteniendo a tu objetivo, exhala y suelta la flecha-.

Lleno mis pulmones de aire limpio y fresco, cuando estoy listo dejo escapar el aire por la boca y suelto la cuerda, dándole libertad a la flecha.



FlechaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora