Hurricane

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BODEGA, HARLEM LATINO, CARLOS TAPIA- HORAS ANTES

Varios hombres esperan las indicaciones de su jefe, el, frente a la computadora observa la luz parpadeante que se mueve por las calles de la ciudad.

-¿Estas seguro que es el?- su mirada sube evitando la pantalla, las numerosas bolsas con droga y los enormes fajos de billetes posándose en su mano derecha.

-Es el, recibimos la confirmación del Cazador, el rastreador esta en el Arquero-.

-Bueno...¿que están esperando?- su allegado frunce el ceño algo confundido

-¿Como?-.

-¿No te has quedado sordo cierto? Vayan y acaben con el-.

-Carlos, creemos que hay mas personas en el lugar-.

-Eso no me interesa, maten a cualquier persona que este con el, o se les interponga. Háganlo o yo los mato a ustedes-.

-Entendido- el hombre se gira para salir a donde varios hombres lo esperan.

-Vuelve con su cabeza en una bolsa-.

NUEVA YORK, LOCACION DESCONOCIDA, JASON PIERCE- 2:30 AM

-¡Abajo!- lanzo a Sarah y Louisa al suelo cubriéndolas con la cama, mili segundos después cientos de balas entran por la ventana destrozando todo a su paso, cubro a las dos con mi cuerpo y la cama, de reojo veo que Angela intenta ocultarse pero recibe un par de disparos haciéndola desparecer por la puerta.

Las balas siguen entrando cubriendo nuestros cuerpos de escombro, cuando todo se detiene agudizo el oído...  varios hombres corren a través de la calle acercándose a la casa.

-Vienen para acá- rápidamente me pongo de pie corriendo hacia el armario y abriendo la puerta secreta- Vengan, rápido- las ayudo a levantarse cuando la armería ya se ha abierto las empujo hasta el fondo.

Salgo corriendo por el carcaj para llenarlo de todas las flechas posibles, estoy en la mesa de la armeria cargando cuando Louisa rompe el silencio.

-¿Que haces?- el miedo aun no se va de ella pero logra disimularlo muy bien.

-Ellos vienen para acá, no se como esta Natsuki y Angela esta herida- contesto sin voltear ni dejar de acomodar.

-Pero deben ser muchos, traen armas ¡te lastimaran! Quédate aquí, con nosotras, estaremos a salvo- su voz es tan suplicante que me logra detener.

-No puedo...créeme que no puedo, si los dejo afuera mataran a todas y seguramente explotaran la casa con nosotros dentro. Estas paredes son a pruebas de balas y explosivos, no les pasara nada, escucha. No abras la puerta hasta que yo vuelva...o ya no oigas nada, la puerta se sellara por dentro, nadie podrá abrirla por fuera excepto yo, estarán seguras ¿de acuerdo?- ella asiente notoriamente asustada y yo atino en darle un beso rápido en los labios.

Antes de salir saco de un cajón un pasamontañas totalmente negro y mientras se cierran las puertas le sonrió a Sarah -Cuida del castillo por mi-.

Aspiro aire profundamente y me pongo el pasamontañas al salir de la habitación me encuentro con Angela quien esta inconsciente en el suelo, checo su herida y por fortuna no es grave, la cargo en mi hombro llevándola a su habitación, cierro la puerta con seguro y segundos después siento una brusca alteración que me hace mover la cabeza a la izquierda pues justo donde la tenia un cuchillo se clava en la madera. Me doy la vuelta solamente para recibir un duro golpe en la mandíbula haciéndome golpear contra la puerta, rápidamente un brazo se cerro sobre mi cuello presionando con mucha fuerza.

-Al fin te tenemos Arquero...vivo o muerto el señor Tapia quiere tu cuerpo en una bolsa- eso ultimo activo mis sentidos. Golpee con el codo su estomago, arrebatandole todo el aire posible y haciéndolo retroceder- ¡Maldito! -grita sacando de su bolsillo otro cuchillo aun mas largo- El señor Tapia me va a recompensar muy bien si te llevo en trozos- dice poniéndose en guardia con el cuchillo en alto. Yo, en silencio y mirándolo fijamente me pongo en la misma posición y con el arco en una de mis manos.

Entrecierro los ojos detras de la tela del pasamontañas, cosa que el toma como provocación y se abalanza contra mi; el cuchillo vuela velozmente hacia mi, corta el aire múltiples arañando inclusive la madera de la puerta. El alarga su brazo pero antes de que toque mi piel lo bloqueo en el aire y lo golpeo en el pecho, el da unos pasos atrás con su mano cubriendo el lugar del golpe.

-Te estas tardando para cortarme en pedacitos-.

Después de gruñir como rinoceronte enfurecido, retoma su ataque lanzando cuchilladas veloces que incluso me cuesta evitar, nos movemos por el pasillo, yo esquivando sus ataques y el acercándose cada vez mas. En uno de esos movimientos no logre retroceder lo suficiente y la hoja hace un corte horizontal a lo largo de mi pecho, la playera tocando mi piel, dejando una estela rojiza y brillante, el ardor pronto se hace presente y al poner la mano en mi pecho esta pronto se cubre de sangre.

-Tal parece que no eres tan intocable como dicen- una sonrisa burlona surge en sus labios al verme sangrando.

-Soy mas que un arco- vuelvo a tomar mi posición. 

Su cuchillo vuelve a volar hacia mi pero ahora lo logro detener a centímetros de mi piel, comienzo a doblar su brazo. En mis oídos comienza a retumbar el sonido de sus articulaciones retorciéndose, su rostro se desfigura en una mueca de dolor al ver su brazo a punto de romperse. Doy una patada en su pierna haciendo que quede en una rodilla, sin soltar ni aflojar el  agarre en su brazo me agacho un poco frente a el.

-Nadie entra a mi casa, ataca a mi familia y sale vivo- sin decir nada mas saco de carcaj una de las flechas, con fuerza y sin dejar de mirarlo la clavo profundamente en el centro de su pecho, poco a poco va cerrando los ojos hasta caer  totalmente al suelo.

Vuelvo a llevar mi mano a mi pecho sintiendo la sangre que brota lentamente, el corte no es profundo pero definitivamente dejara una marca. Antes de que pueda darme cuenta un duro golpe se estrella contra mi mejilla derecha, lanzadome el piso y dejándome bastante aturdido; un fuerte zumbido en mis oídos y el ardor en la mejilla hacen que mis ojos lagrimeen, pongo mis puños en la madera del piso intentando ponerme de pie. 

Antes de que logre hacerlo unos brazos me levantan rápidamente en el aire, sin poder siquiera intentar liberarme estos mismos brazos me azotan contra la pared al lado de mi, haciendo que la decoración de esta caiga al suelo hecha trizas.

Muevo los brazos de un lado a otro intentando liberarme, pero ahora repite el mismo movimiento pero al lado contrario, directo hacia el barandal de madera. Al chocar con el, la madera truena con una de mis costillas. Aquellos brazos me avientan al frente haciéndome caer, con ayuda de un mueble me pongo en pie lentamente, cuando estoy estabilizado me doy la vuelta a tiempo para recibir otro golpe que me mueve completamente las ideas, el sabor metálico no tarda mucho tiempo en hacerse notar y un grueso hilo de sangre saliendo de mi boca lo hace notar aun mas. Mi cuerpo se ladea un poco pero el hombre me sostiene de la playera con ambas manos y me empuja contra el mueble, no tardo mucho en terminar acostado sobre el. Con fuerza me desliza por la superficie de este haciendo un desastre en el suelo.

Levanta su mano en el aire y veo a un tiempo un cuchillo que en segundos baja velozmente hacia mi.




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