Dissolved

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El ultimo hombre cae al suelo totalmente inmóvil, respiro agitadamente. Camino hacia la ventana y de un tirón retiro las cortinas haciendo que la luz nocturna llene la habitación. Con una mezcla de emoción y suficiencia observo el panorama: diez cuerpos en distintas posiciones están por todo el el lugar, desde uno dentro del armario hasta otro colgando del techo.

Muchos pasos bajan por las escaleras; los hombres restantes de Krov fueron llamados por los gritos de terror de sus compañeros. Rápidamente tomo el arco que se quedo sobre el armario y sin pensarlo armo una flecha apuntando hacia la puerta.

7 AÑOS ATRÁS

La flecha vuela velozmente hacia el blanco, acompañada de un silbido apenas perceptible, esta pasa a unos cuantos metros de donde tenia que acertar. Un poco decepcionado dejo salir el aire bajando el arco.

-Al menos hiciste volar la flecha- la voz de Angela tiene un leve tono de arrogancia, cosa que me irrita.

-Demuéstrame que tan bien lo haces tu- le extiendo el arco con fiereza y lo toma con brusquedad. Cruzo los brazos viéndola fijamente, saca una flecha de un carcaj en el suelo y la arma al arco, respira hondo estirando la cuerda, fija el objetivo y suelta la flecha...vuela velozmente acompañada de su suave silbido hasta acertar justo en el blanco.

-¿Con eso te basta?- sonríe fugazmente para despues arrojarme el arco. Dejo salir el aire ruidosamente sin quitarle la vista de encima.

-Sigue intentando Jason, la determinación y la perseverancia logran grandes cosas- Natsuki me mira con amabilidad y se sienta lentamente en el pasto con ayuda de su bastón.

Repito el proceso y la flecha sigue sin acertar.

-Respira Jason- Angela bufa burlonamente.

Un poco mas frustrado vuelvo a disparar y vuelvo a fallar. 

-Respira- Natsuki trata de serenarme pero en realidad esta irritándome mas-

-Estoy respirando- respondo bruscamente mostrando los dientes.

-Si no puedes darle a un blanco inmóvil ¿que esperas de uno que correrá hacia ti? Solo respira y concentrate, poco a poco lo iras haciendo mejor-.

Lleno de aire mis pulmones y cierro los ojos, el enojo dentro de mi se va apaciguando y solo queda la tranquilidad, solo escucho mi propia respiración y la de mis dos acompañantes, todo el demás ruido se ha ido. Armo de nuevo el arco y apunto al hombre de paja mas cercano, suelto la cuerda y la flecha vuela velozmente dando justo en el centro del pecho. Sonrío abiertamente y preparo la segunda flecha para el segundo blanco, repito y disparo, la flecha vuelve a dar donde yo apunte, asi con el tercero  y con el cuarto.

-Lo hiciste muy bien Jason- Angela escucha y rueda los ojos- Pero tu puntería debe ser perfecta, los blancos en movimiento son mas complicados y los blancos en movimiento que ademas te atacaran son peor aun-.

HOY

Los bramidos furiosos se hacen presentes cuando están a sola unas cuantas puertas de distancia, ya no me concentro en contar los corazones, solamente en salir de esta.

Una figura alta y fornida hace aparición en la habitación.

-¡Aqui es...- su advertencia quedo sin terminar a causa de la flecha que se clavo en su pecho, pero ya era demasiado tarde; mas de 15 hombres se amontonaban para entrar, disparo una flecha con flash en la pared y salto por la ventana sin siquiera mirar en donde caería, mientras vuelo por el aire acompañado de miles de cristales y un fuerte destello de luz blanca, haciéndome ver que me dirijo directamente a una pared de ladrillos.

Choco fuertemente con ella precipitándome hacia abajo, antes de seguir cayendo me sujeto de la cornisa de una ventana, pero al hacerlo un fuerte dolor acompañado de un desagradable sonido me aturde; me disloque el hombre al sujetarme con un solo brazo. Un calor comienza a inundar mi hombro a la par que mis dedos se empiezan a dormir, mi mano suelta la cornisa y caigo los pisos restantes aterrizando de espaldas duramente contra un cubo de basura doblando el metal de este. El dolor ardiente del brazo y el interno y agudo de la espalda me hacen lagrimear los ojos, con el brazo sano me sujeto del deformado basurero haciendo un esfuerzo descomunal para ponerme de pie ,agradeciendo que mis piernas aun responden.

La llegada a casa fue toda una tortura; las piernas tambaleaban y al descender por la alcantarilla no tuve la fuerza suficiente para sujetarme de la escalera y volví a caer ahora lastimándome los tobillos, recargándome de la pared camino paso a paso hasta llegar a las escaleras, las cuales subo a gatas, con el sudor perlando mi frente y aturdido introduzco la contraseña en el panel, Louisa aparece sonriéndome pero al ver mi estado esa dulce sonrisa se borra, sin mas fuerzas me dejo caer de rodillas parpadeando lentamente .





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