Before The Storm

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Llevo a Sarah sobre mi espalda al momento de bajar por la alcantarilla, sus brazitos se aferran a mi cuello y al momento de tocar suelo ella se suelta bajando lentamente, me agacho frente a ella.

-Prometo que te llevare con tus padres pero primero tengo que ver que estés bien ¿de acuerdo? Dentro de poco estaras con ellos- a pesar de que mi voz alterada resuena por todo el pasillo ella parece no temer, todo lo contrario pues toma mi mano para que caminemos.

Sus pequeños pasos acompañan a los míos que son mas grandes, llegamos a las escaleras y siento como su mano aprieta mas la mía ¿se espera una Baticueva o una Fortaleza de la Soledad? Sonrío de lado ante esta idea y después de introducir el código la puerta se abre frente a nosotros.

Se suelta de mi mano viendo todo lo que la tenue luz le permite, minutos después Louisa hace aparición por uno de los portales, una sonrisa se dibuja en sus labios pero se hace mas grande al verme, yo tampoco puedo evitarlo al verla.

-Estas bien- exclama segundos antes de lanzarse a mis brazos y ser bien recibida.

-Te prometí que volvería para el desayuno- respondo al juntar su frente con la mía y sonreirle. Aunque la emoción se nota en su rostro no oculta su preocupación y tristeza debido a las manchas de sangre y los cardenales que el traje no logra ocultar.

Angela y Natsuki llegan por donde lo hizo Louisa, la pequeña Sarah reconoce enseguida a Angela y la señala con su pequeño dedo y notoriamente sorprendida, ella le levanta las cejas siguiéndole el juego.

Me agacho detrás de ella y toco su hombro con suavidad, cuando veo su expresión de total sorpresa no evito sonreír, bajo el arco y me quito los guantes. Después deslizo la capucha descubriendo mi cabeza y alborotando mi cabello, al finalizar me quito el antifaz revelándome frente a sus pequeños ojos. Su boca se abre y se cierra como la de un pequeño pez.

-Hola Sarah- le sonrío apretando los labios- No iba a dejar que los malos se llevaran a mi pequeña favorita-.

-Tu...tu...tu eres...-.

-Solo por las noches, yo...-mis palabras quedan interrumpidas cuando sus brazos vuelven a rodear mi cuello ahora con mas fuerza, mis brazos se quedan flotando en el aire cerca de ella, pero luego de pasar la sorpresa inicial también la abrazo- Ahora ve con Natsuki y Angela, ellas verán que estés bien-.

-Pero si estoy bien- replica al soltarme y mirarme.

-Sarah- la miro con firmeza y solo asiente, después se va de la mano con Natsuki, detrás va Angela haciéndole gestos

Le guiño un ojo a Louisa subiendo las escaleras hacia mi habitación, al llegar arrojo el arco y el carcaj hacia la cama y me quito la chaqueta con todo y armamento dejándola en el respaldo de la silla frente a la computadora, dejándome solo con una playera de licra negra y ajustada. Al estirar el brazo un fuerte dolor en las costillas y en el abdomen de me hacen doblarme. 

-Agh...carajo- gruño apretando los dientes, levanto un poco la tela mostrando moratones de colores intensos; el morado, rojo y verde se notan bastante en contraste con el color de mi piel. Se por experiencia que esa combinación no es una buena señal-Oh mierda-.

-¿Estas bien Matty?- Louisa habla a mis espaldas, al no escucharla llegar di un leve respingo cubriendo mi abdomen rápidamente. 

-Ehm...no...digo si, si, todo en orden- ella se acerca y yo me muevo quedando de frente.

-¿Sabes cual es el arma mas destructiva del hombre?- mientras camina me mira a los ojos con poder.

Muevo los hombros sin saber la respuesta- ¿El azúcar?- respondo apretando los labios.

-Las mentiras- dejo salir el aire al ser descubierto- Muéstrame-. 

Bajo su mirada penetrante vuelvo a levantar la licra dejando ver mi abdomen y los moretones de este, Louisa al ver ahoga un grito cubriéndose la boca. Me mira a los ojos y veo que estos se llenan poco a poco de lagrimas.

-¿Quien...quien te hizo esto?- su voz es apenas un susurro, se nota que hace un esfuerzo por no llorar.

-Maxim...volví a encontrarme con el esta noche- respondo ladeando la cabeza.

-¿Tienes botiquín? Si haces lo que haces debes tener uno- asiento indicándole con la mirada que esta dentro de uno de los cajones del armario, ella camina hasta el armario con la mirada en cada uno de los cajones.

-Los demás tienen solo algo de ropa...uno de ellos mi ropa interior- digo como si averiguara lo que estaba pensando, escucho su corazón acelerarse y río, pero al hacerlo el dolor vuelve a atacarme, poco después Louisa regresa con un bote de pomada y unas cuantas vendas.

-Qui...quítate la playera y...acuéstate en la cama- su mirada esta en el piso y yo solo sonrio.

-No estaría mal primero una copa o algo- digo a modo de broma quitándome la playera y lanzandola al cesto, aun tengo puesto el pantalón y las botas del traje, así me acuesto boca arriba.

Ella se sienta en el espacio libre en la cama, sin decir nada comienza a cubrir mi abdomen con aquella pomada, desde el primer contacto mi piel recibió un escalofrío, y mi mente no pensó en nadie mas, durante todo el proceso nadie dijo nada, pero yo no podía dejar de verla, cuando termino me enderece en la cama y me lance rápido a sus labios aceptándome. 

-Nadie me había cuidado así- respondo poco después, cuando esta envolviéndome en vendas.

-Nadie se había preocupado por mi así- cuando termina me pongo una playera de algodón verde oscuro.

Alguien entra en el cuarto, Angela viene de la mano con Sarah quien parece estar mejor, estoy a punto de decir algo cuando fuera de la casa escucho el sonido de un arma cargándose...y este sonido se repite varias veces .

FlechaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora